La Dama de las Basuras
Paco López Mengual, excelente narrador y destacado ensayista, en el prólogo que va al frente de la obra, editada con el esmero habitual de Tirano Banderas, saca a relucir, muy oportunamente, las palabras de don Miguel de Unamuno, no el de 'Mientras dure la guerra', que no le hace ningún favor al personaje, sino el de 'Niebla' o el de 'En torno al casticismo', con las que el viejo rector aseguraba que «rodando de boca en oído y de oído en boca, contados al amor de la lumbre, permanecen vivos en la fantasía del pueblo». Se refería a los dichos, a los cuentos, a los relatos y leyendas que van pasando de padres a hijos y que, de vez en cuando, a través de los libros o de la prensa, quedan plasmados para siempre.
Mientras que el otro autor del libro, Emilio Tomás Loba, pone en versos octosílabos y rima consonante sus historias –más que para ser leídas, parecen prestas y dispuestas para ser contadas o cantadas, acompañados de un violín o una guitarra–, como el archiconocido crimen de La Perla o el de la gitanilla Preciosa, a la que diera vida Cervantes. Mengual, con su habitual sencillez, con su pluma sugerente y certera, se hace cargo de esas otras crónicas en las que Murcia quedó asociada para siempre a las guerras napoleónicas, con la presencia de las tropas francesas haciendo siempre de las suyas, o a la historia sagrada con los cuatro ejemplares santos cartageneros que, amén de hacer feliz a una familia, envidIa de todo el pueblo, dejaron indeleble huella en los primeros siglos de la Historia de España. Y por si fuera poco, añade Mengual otros relatos más recientes, repletos de sabor añejo, agridulces, como los buenos platos de la gastronomía china, como es el caso de la Dama de las Basuras, extraña señora a la que pudimos contemplar no hace muchos años por las calles de Murcia.
