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Los artistas protestaron contra la subida del IVA.
Frente al desánimo, inquietud

Frente al desánimo, inquietud

Finaliza el curso envuelto en unas circunstancias no muy halagüeñas. La tan manida crisis también se ha ocupado de castigar al mundo del arte, que ha luchado por sobrevivir y lo ha conseguido. Cierto que inmerso en unas carencias que, no hace muchos años, ni se ejercitaban ni se esperaban. Los que podríamos llamar 'presupuestos artísticos' han sentido en sus propias carnes las rebajas, los recortes y los reveses que afectan a cualquier ámbito de nuestra fastidiada sociedad. Tratado el tema de un modo impasible, podría decirse que se trata de algo normal, porque esta faceta de nuestra existencia no tiene por qué considerarse sobrevalorada y aislada de los infortunios que a su alrededor se viven. Aún así, que el arte, en sus más variados comportamientos, siempre respetado por las sensaciones de variada belleza que destila, atraviese una etapa tan poco brillante provoca espasmos.

PEDRO SOLER

Viernes, 17 de junio 2016, 08:00

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El pintor Antonio López afirmaba hace unos días, en un seminario celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de Santander, que «si la vida nos lleva al abismo, el arte nos acompañará y será nuestro testigo». Digamos que, pese a la peliaguda situación, pocos confían en que el abismo pueda engullir nuestro futuro. Hay que creer en una recuperación que elimine la catástrofe.

Mientras tanto, no hay por qué negar que el ambiente artístico regional está sufriendo reveses, con frecuencia transformados en prolongadas exposiciones, para hacer efectivo el disimulo. Las salas oficiales, que otras veces han agilizado sus comportamientos con puntuales renovaciones de artistas de primera fila, han dejado transitar el curso con la presencia, durante meses y meses, de un mismo autor. Los catálogos que en otros tiempos eran completos testimonios de esas exposiciones, por lo general han quedado reducidos a unos dípticos, que solo han recogido la elementalidad del artista y su obra.

Subsistencia

Se conoce, porque es acontecimiento reciente, lo sucedido con las fundaciones que llevan el nombre de dos artistas murcianos tan insignes como Molina Sánchez y Antonio Campillo. No hay que insistir en el comportamiento oficial ni recurrir a promesas incumplidas, aunque sí elogiar cierta actuación paraoficial, en cuanto a una de estas entidades se refiere. También son públicas las dificultades que los museos y otros organismos atraviesan, ante la carencia de las subvenciones prometidas y avaladas por las autoridades culturales.

En lo referente a las salas privadas, alguna ha cerrado sus puertas ante lo imposible, pero otras permanecen aferradas a lo que es un proyecto de subsistencia y credibilidad en ese concepto del arte de sus directores, que siguen sosteniendo frente a los aprietos que soportan en la venta de obras. Hay galerías que han alternado las exposiciones de sus artistas más cercanos con otras en las que han sacado a relucir los fondos de sus valiosos y variados archivos. Tales directores no tuvieron inconvenientes en manifestarse con crudeza, en el reportaje del que fueron protagonistas el pasado diciembre. Y defendieron la labor de los artistas-artistas «que lo está pasando muy mal, con casos de pura miseria». A esta situación se sumó la aplicación de la subida del IVA a todos los contenidos artísticos. «Ha sido la puntilla», se afirmó.

Frente a este pesimismo, también afloran signos de confianza, debidos a la inquietud de jóvenes protagonistas, que combinan sus inquietudes artísticas con su sentido de la cultura independiente. Son esos locales de alternancia y amistad, en los que el arte, a través de sus variadas manifestaciones, se convierte en temática fija en el desarrollo habitual. 'Progreso 80', 'La Azotea', 'El Quirófano', 'Los Pájaros', Horno de luz', 'La Nena' son espacios abiertos a los jóvenes artistas. Tampoco pueden olvidarse restaurantes como Hispano, Tiquismiquis, Mesón El Jumillano o Vox Populi, que han hecho de sus paredes una muestra constante de fotografía y pintura. Por último, hay que sumar otros locales que, muy recientemente, junto a las prendas comerciales que ofrecen al público, no falta una exposición de 'collages' -de Sara Barrio, en la minigalería Bambo- o de pintura muy variada -Siete galería de arte. Quiérese decir, en resumen, que, dentro de las desanimadas e incontestables experiencias vividas, permanece la inquietud y el interés de no pocos jóvenes, que creen que el arte se hace imprescindible, como síntoma de unidad y como medio de sacar adelante negocios en nada relacionados con las iniciativa puramente artísticas.

Las distintas secciones de 'Ababol' han sido, a lo largo del curso, un reflejo de acontecimientos y puntuales efemérides, junto a exposiciones de autores notables, más humildes y recién iniciados en su trayectoria.

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