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LA PIONERA REBECA GERSMANN

LA COLUMNA DE LA ACADEMIA ·

FRANCISCA SEVILLA ACADÉMICA

Lunes, 18 de febrero 2019, 22:34

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Aunque el oxígeno molecular (O2) fue introducido en la atmósfera terrestre por organismos fotosintéticos primitivos con anterioridad a la aparición del hombre, este no descubrió científicamente que era tan vital para su existencia hasta hace unos 230 años, cuando Joseph Priestle, en 1774, enfocando los rayos del Sol sobre óxido de mercurio, recogió el oxígeno puro o 'aire deflogisticado' que se desprendía. Este investigador especuló no solo con las posibles aplicaciones médicas del oxígeno puro, sino también con su probable toxicidad biológica derivada, como se ha conocido hace relativamente poco, de la formación inevitable de especies reactivas del oxígeno (ROS del inglés: reactive oxygen species), con las que humanos, plantas y el resto de organismos aeróbicos convivimos. Sin embargo, ¿por qué las ROS han pasado inadvertidas durante tanto tiempo? En los años 50 no se ponían en duda los beneficios del O2, el gas atmosférico necesario para mantener nuestra actividad. En su presencia obtenemos mucha más cantidad de energía (oxidando combustibles metabólicos como la glucosa y otros nutrientes) que en su ausencia (anaerobiosis). Sin embargo, es este proceso de quemar nutrientes en la mitocondria uno de los que generan una gran cantidad de ROS, unos 50 trillones diarios. En este escenario destaca la extraordinaria labor realizada por la bioquímica argentina Rebeca Gerschman (1903-1986), quien postuló en 1954 la teoría sobre 'La toxicidad del oxígeno y su implicación en procesos patológicos y en el envejecimiento', conocida como Gerschman theory. Este hecho le proporcionó un gran número de detractores, ya que en aquella época se desconocía la existencia de moléculas endógenas capaces de eliminar las ROS (con capacidad antioxidante). No fue hasta 1969, con el descubrimiento por dos científicos norteamericanos, Joe M. McCord e Irwin Fridovich, de la 'Superóxido Dismutasa', una enzima capaz de eliminar el radical libre anión superóxido (especie reactiva) para convertirlo en peróxido de hidrógeno (menos reactivo) y oxígeno, cuando la importancia de las ROS y su generación endógena quedó firmemente establecida.

McCord y Fridovich confirmaron la teoría propuesta 15 años antes por Rebeca Gerschman, por la que el O2 que necesitamos para respirar también provoca toxicidad. La investigación realizada por Gerschman fue fundamental para establecer las teorías actuales sobre ROS y antioxidantes, y tuvo reconocimiento internacional, siendo propuesta para el Premio Nobel de Fisiología y Medicina. Sin embargo, actualmente es prácticamente desconocida tanto para el público en general como para parte de la comunidad científica. En estas últimas décadas, la Biología del Oxígeno y sus Especies Reactivas constituye un campo científico espectacularmente dinámico. En estas fechas en las que se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en Ciencia, he creído interesante resaltar a esta extraordinaria científica adelantada a su tiempo.

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