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Especiación

LA COLUMNA DE LA ACADEMIA ·

MANUEL HERNÁNDEZ CÓRDOBA

Lunes, 4 de febrero 2019, 22:47

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En el contexto químico, el término especiación se refiere a la discriminación entre las distintas especies químicas en las que puede encontrarse un elemento, por lo general un metal. Así, por ejemplo, el hierro puede estar presente en el agua, alimentos o muestras ambientales en dos formas, que se denominan ferrosa y férrica. El elemento es el mismo pero las propiedades químicas difieren mucho entre una y otra. Se comprende que la conveniencia de conocer la especiación de un elemento en una muestra dada se debe a que la reactividad química y el efecto sobre los seres vivos puede ser muy variable de una especie a otra, de forma que la concentración total en un alimento o muestra ambiental no es suficiente para obtener información sobre el efecto que produce.

La especiación de arsénico es de gran interés por la repercusión mediática que suscita este elemento. La toxicidad de los compuestos de arsénico es conocida desde tiempos muy pretéritos, de forma que muchos los consideran como venenos por antonomasia, apreciación excesiva pues otras especies químicas son mucho más tóxicas. El elemento no es muy abundante, pues su contenido promedio en la corteza terrestre es alrededor de dos gramos por tonelada, pero está ampliamente distribuido, de manera que puede encontrarse prácticamente en cualquier lugar en forma de compuestos inorgánicos u orgánicos, siendo los primeros mucho más tóxicos que los segundos. Dejando aparte los problemas originados en zonas de influencia minera, donde existen acumulaciones del elemento, la mayor exposición en nuestro entorno es a través de la ingesta de alimentos de origen marino. Sin embargo, la presencia de este elemento en peces no debe suscitar alarma. El mar es un sumidero de todo tipo de materiales que llegan disueltos o en suspensión a través de ríos y escorrentías, lo que incluye desde luego especies arsenicales. La sabia naturaleza desarrolló hace muchos años un proceso metabólico natural por medio del cual el arsénico ingerido por estos organismos queda bloqueado en una forma de muy baja toxicidad denominada arsenobetaína. Esto es, el músculo del pez puede contener arsénico, pero estará presente como una especie química casi inocua para el ser humano, que puede ingerir el alimento y luego excretarla sin problema. La especiación hecha en el laboratorio demuestra que la práctica totalidad del arsénico presente en los organismos marinos se encuentra como arsenobetaína, por lo que la ingesta habitual de estos alimentos no tiene que conllevar riesgo alguno.

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