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Manuel Alcaraz. J. M. Rodríguez / AGM
La Escuela de la Politécnica de Cartagena, una historia de pasado y de futuro

La Escuela de la Politécnica de Cartagena, una historia de pasado y de futuro

M. J. MORENO

MURCIA

Lunes, 5 de febrero 2018, 22:33

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La impartición de estudios de Minería en Cartagena se remonta al final del siglo XIX, surgidos por la necesidad de formar profesionales con cualificación técnica para incorporarse a las empresas responsables de las explotaciones de la Sierra Minera de Cartagena y La Unión.

Comienzan en 1871 en la Escuela Especial de Maestros Facultativos de Minas, precursora de la Escuela de Capataces de Minas y Maquinistas Conductores creada por Real Decreto el 4 de septiembre de 1883 por el rey Alfonso XII, y considerada el germen de la actual Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos y de Ingeniería de Minas de la Universidad Politécnica de Cartagena. Explica el director de la Escuela, Manuel Alcaraz, que «aunque al principio es dependiente del Ministerio de Industria, se puede considerar la Escuela como el primer centro en impartir estudios técnicos universitarios en Cartagena, incluso antes de la creación de la Universidad de Murcia». La pujanza económica del sector minero incrementa en el período 1840-1900 la población de Cartagena desde los 30.000 hasta los 100.000 habitantes.

La Escuela ha tenido diferentes localizaciones, desde la Real Sociedad Económica de Amigos del País, hasta que en 1965, en su primera fase, se trasladó al edificio de San Antón y finalmente en 1972 se instaló en un edificio propio en el Paseo Alfonso XIII. Actualmente, continúa en dicho edificio, habiéndose reformado y acondicionado a las nuevas necesidades, y siendo parte del Campus Alfonso XIII de la UPCT.

De la misma manera, la denominación de la titulación ha sufrido variaciones desde los antiguos facultativos de Minas, a los peritos de Minas y, posteriormente, a los ingenieros técnicos de Minas, que establecía la Ley de Enseñanzas Tecnológicas en 1964, en las ramas de Explotación de Minas y en la de Recursos Energéticos, Combustibles y Explosivos, y en menor número, en Mineralurgia y Metalurgia.

Una vez creada la UPCT, la Escuela implantó los estudios de Ingeniero de Obras Públicas en la especialidad de Hidrología, creándose la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Civil. Y es la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior la que configurará la denominación actual como Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos y de Ingeniería de Minas de la UPCT, en la que se ofertan tres titulaciones que habilitan a profesiones reguladas: el Grado en Ingeniería de Recursos Minerales y Energía, el Grado en Ingeniería Civil y el Máster en Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos.

«Sin embargo -comenta Alcaraz-, lo que no ha variado a lo largo del tiempo, como señas de identidad de la Escuela, son los excelentes profesionales que de ella han salido y el estrecho vínculo de la Escuela con las Empresas del sector».

Eficiencia

En la actualidad, los estudios de minería de la Escuela se imparten a través del Grado en Ingeniería de Recursos Minerales y Energía, que habilita a la profesión de ingeniero técnico de Minas. En dicho grado se forman a profesionales cualificados técnicamente para aprovechar los recursos energéticos y minerales de manera eficiente y respetuosa con el medio ambiente.

Esta profesión, aunque con mucha historia, tiene un enorme futuro, adaptándose a los retos tecnológicos, sociales y económicos, y convirtiéndose en uno de los actores principales de la gestión de los recursos.

Destaca el director de la Escuela de la UPCT que «los titulados tienen un amplísimo abanico de salidas profesionales tales como: extracción, preparación y aprovisionamiento de metales como el litio, metal fundamental para el desarrollo de las baterías de los coches eléctricos; o el tántalo para los 'smartphones'; o el cobre para todo tipo de cables; extracción sosteniblemente de los áridos para el hormigón, de la roca ornamental para una construcción de calidad, de la sal para disminuir el punto de congelación de nuestras vías de comunicación o de la sílice para la producción de cristales o la regeneración de playas. Y aprenden las últimas tecnologías de construcción de túneles, así como la gestión del espacio subterráneo. Además, se les habilita para la fabricación, el uso y manejo de explosivos, tanto para voladuras normales, como especiales, en demolición o bajo agua. También son competentes en la fabricación y manejo de explosivos para pirotecnia».

Asegura que «los egresados de la Escuela reciben formación en combustibles y energía. En Pprospección y explotación de yacimientos de gas y petróleo, y procesado del mismo para la obtención del producto final en la refinería, incluyendo su transporte y gestión. Y en generación de energía eléctrica, tanto a partir de fuentes renovables (solar térmica, solar fotovoltaica, eólica, geotérmica, biomasa), como de fuentes termoeléctricas convencionales (combustibles fósiles, energía nuclear), así como en gestión de la energía (mercados eléctricos y de gas, distribución de vectores energéticos)».

«Se les enseñan las herramientas necesarias para ser expertos en el subsuelo utilizando, por ejemplo, técnicas no invasivas como la geofísica para identificar yacimientos de agua subterránea, estudiar el comportamiento sísmico del suelo, o la búsqueda de restos arqueológicos», añade. En definitiva, una formación completa y acorde a las necesidades del sector en el siglo XXI.

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