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M. J. MORENO
Lunes, 8 de mayo 2017, 22:16
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El pasado 15 de febrero se cumplieron 50 años del momento en que el régimen franquista aprobó el proyecto del Trasvase Tajo-Segura, que se finalizó en la Transición a la España constitucional y democrática (1979). Se trata de una de las obras de ingeniería hidráulica más grandes realizadas en España y permite derivar agua del río Tajo, desde los embalses de Entrepeñas (en la provincia de Guadalajara) y Buendía (en la provincia de Cuenca) al Segura, a través del embalse del Talave, situado en el municipio albaceteño de Liétor y cuyo uso principal es la regulación de caudales para atender las demandas de regadío y abastecimiento de tierras y gentes de Albacete, Alicante, Almería y de la Región de Murcia.
-Con la perspectiva que dan los años, ¿qué ha supuesto el Trasvase Tajo-Segura para la Región?
-Ha sido positivo no solo para la Región, sino para todo el ámbito seco mediterráneo, conocido como Región Climática del Sureste; que incluye las tierras y gentes del espacio comprendido entre la línea litoral de Cabo de La Nao y Cabo de Gata y, hacia el interior, hasta la isolínea de menos de 400 mm. de precipitación anual. Es decir, buena parte de las provincias de Alicante, Murcia y Almería.
También favorece a todas las comunidades autónomas a las que une y atraviesa, al permitir conectar las cuencas del Tajo, Júcar, Segura, Vinalopó y Almanzora, en un aprovechamiento conjunto. Como refleja el título del Anteproyecto General (noviembre de 1967): 'Aprovechamiento Conjunto de los Recursos Hidráulicos del Centro y Sureste de España. Complejo Tajo-Segura', redactado por los ingenieros J. Mª Martín Mendiluce y J. Mª Pliego Gutiérrez.
-Entonces, ¿Por qué tiene tantos detractores?
-Quizás porque no conocen bien las tierras (133.000 hectáreas de regadíos) y a las gentes (2,5 millones de bocas, de personas) del Sureste que dependen de él. Así como la dimensión nacional (canal multiusos) del Trasvase Tajo-Segura (ATS). Cuenta con una utilidad múltiple, como el abastecimiento de las poblaciones inmediatas a la traza del TTS y hasta la recuperación ambiental de humedales como el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Estas transferencias de agua e infraestructuras generan riqueza nacional (PIB, balanza comercial, etc.); como sostenían hace más de 100 años los regeneracionistas Lucas Mallada y Cueyo (1841-1921) y Joaquín Costa Martínez (1846-1911), entre otros. Y, más recientemente, políticos de distinto signo, como Indalecio Prieto Tuero (1883-1962) o Joaquín Garrigues Walker (1933-1980).
-¿De forma parecida se podría explicar que no se haya desarrollado el trasvase del Ebro?
-El trasvase de aguas del Ebro al Levante ya figuraba en el I Plan Nacional de Obras Hidráulicas (1933). Recuérdese la defensa de la corrección de los desequilibrios hidrográficos y socioeconómicos que Manuel Lorenzo Pardo (1881-1963) pretendía con el 'Plan de Mejora y Ampliación de los Riegos de Levante', incluido en este primer PHN; el 'Aprovechamiento de las aguas sobrantes del Ebro' que Félix de los Ríos Martín (1879-1963) preparó en 1933 y 1937; o el proyecto de trasvase recogido en la Ley 10/2001 de 5 de junio del Plan Hidrológico Nacional, derogado en la Ley 11/2005 de 22 de junio. Y, a buen seguro, se incluirá en el proyecto que se realizará en un futuro (quizás dentro de un Pacto del Agua o de un nuevo PHN), ya que la cuenca del Ebro arroja en Tortosa más de 5.000 hectómetros cúbicos de agua al Mediterráneo de media anual.
-Llama la atención que el agua pueda tener dueño, ¿cómo se explica este asunto?
-El agua es patrimonio de toda la humanidad, es un bien del que estamos obligados a hacer un buen uso y a conducirlo en las mejores condiciones a las regiones donde escasea y se necesita para el desarrollo. El agua es un bien al servicio de todos los españoles, que exige solidaridad entre las cuencas, teniendo presente la devolución de costes. El Trasvase Tajo-Segura, a través de tarifas y peajes, permite los usos intercuencas e intracuenca y devuelve los costes de inversión y de explotación.
-¿Qué hay del impacto ambiental de los trasvases?
-A las grandes obras para transferencia de aguas, sobre todo intercuencas, deben aplicarse los estudios de impacto territorial y ambiental, de forma lógica y razonable, científica, sin apasionamientos, para llevar a cabo propuestas que minimicen los impactos, si es que los hubiese, especialmente si afectan a elementos de valor hidráulico, paisajístico, histórico, cultural, etc. En estos casos, hasta podrían considerarse desvíos de trazado. Lógica y racionalmente, al estudio científico deben aplicarse las valoraciones realizadas sobre el impacto en las cuencas cedentes y receptoras en cuanto a calidad y volumen. Así, no se debe reservar para caudal ecológico más volumen del necesario para la avifauna y vegetación de ribera de las áreas afectadas. Fue un error aumentar el caudal ecológico en Aranjuez del Tajo de 4 m3/seg a 6 m3/seg y, sobre todo, aplicarlo mal, en una errónea política de desembalses. Así, en el periodo 1977/78- 015/16 más de 219 hm3/año fueron excedentes. La media de caudales trasvasada fue de 324 hm3/año y podría haber sido de 530, muy cercana a las previsiones de 600 hm3/año de la primera fase del TTS. Esto habría permitido reducir la sobreexplotación de acuíferos y bajar los consumos energéticos de las plantas de desalación, y más en un país con déficit energético.
-¿El Trasvase Tajo-Segura precisa una serie de actuaciones para su continuidad y futuro?
-Por supuesto, hay que apostar por la solución Oeste del abastecimiento de Madrid, es decir, mirar al Sistema Central, a Gredos y Guadarrama, con más de 1.000 mm. de precipitación anual y elevada innovación para enviar agua de calidad de las cuencas del Tiétar, del Alberche, etc. Se debe completar la depuración de todas las aguas residuales de Madrid y del Corredor del Henares, para facilitar 600 hm3/año de calidad en el Tajo a la altura de Talavera de la Reina. Hay que acabar con el exceso de desembalses en el Sistema del Alto Tajo (cabecera), se transfiere a Portugal más de lo acordado en el Convenio de Albufeira. Y, una vez construidos los embalses de Montoro y Fresneda, ya no es preciso transferir del Tajo hasta 30 hm3/año para el abastecimiento de las comarcas de Puertollano y Valdepeñas, podría hacerse desde las cuencas del Guadiana y Guadalquivir. El Plan Hidrológico de la Cuenca del Tajo (2015-2021) establece la demanda ambiental y socioeconómica del Sistema de Cabecera en 239 hm3/año. Por tanto, el volumen mínimo fijado de 400 hm3 de reserva en el Memorándum y en la Ley de Evaluación Ambiental parece excesivo y debiera reconsiderarse a la baja. La red de infraestructuras del acueducto y postrasvase Tajo-Segura son autovías de agua, incluidas las de concesiones e intercambios de derechos entre cuencas y en la misma cuenca, con conexión a otras redes como las de la Mancomunidad de Canales del Taibilla, la Conducción Rabasa-Fenollar-Amadoiro (a la que se unirá Júcar-Vinalopó) y la Conexión Negratín-Almanzora, que vertebran el modelo territorial y el desarrollo del Sureste de España.
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