'Who wants to live forever?'
El fotógrafo José Filemón inaugura el próximo viernes en el Centro Municipal Santiago y Zaraíche de Murcia su exposición 'Retratos', que podrá visitarse hasta el 24 de enero
Hay exposiciones evitables y otras imprescindibles, casi urgentes, y esta es una de ellas. Hay un mundo por contar en imágenes. Hay un universo de ... rostros como mapa de la cultura en Murcia o, más bien, desde Murcia. Jose Filemón, nacido en Caracas en los 70, ha generado una larga serie de retratos en los que la identidad cultural de una cierta Murcia se muestra en la plenitud de su realidad física. Este recorrido por las fisonomías de personajes tan icónicos como Carlos Tarque o Sonia Navarro fijan esa identidad en el devenir de una idea de resistencia contra la mediocridad a través de la riquísima cultura subterránea que siempre ha generado esta ciudad.
Lo que nos disponemos a ver es, por otra parte, la verdad del artista en la intensidad de una mirada que no acepta dulcificación de ningún tipo, es la salvaje percepción de una realidad feroz e innegociable en cada una de nuestras arrugas, en la rotundidad escultórica de los bustos, en la honestidad del gesto. En 'Los inmortales' (Russel Mulcahy, 1986) Cristropher Lambert decapitaba seres eternos mientras Freddie Mercury cantaba '¿Quién quiere vivir para siempre?'. Yo quiero vivir para siempre, y ser siempre joven y poderoso y que mi rostro exprese eternamente, como si fuese de piedra, que he vencido al tiempo.
Portada
Habrá una forma aún más eterna de mantener mi efigie, de conservar mi recuerdo en el tiempo aún cuando haya muerto, y será la portada de un disco de vinilo. Toda la construcción visual del rock se centra en las figuras de los músicos y se focaliza en los rostros de Mick Jagger y Keith Richards en la portada de 'Black and Blue'. Los rostros de las estrellas son tan atractivos que bastan para que el producto sea deseable. Es Jim Morrisson desproporcionado sobre el resto de los Doors en el disco homónimo o la sucesión de portadas ególatras de Michael Jackson que edifican un culto al hombre tan fascinante como preocupante, tal y como demostró después la historia.
Queremos ser portada de un disco, queremos ser historia del rock por encima de cualquier otra cosa porque es en el rock donde hemos forjado nuestro imaginario.
José Filemón afronta el retrato del personaje desde una óptica que bebe directamente en esta fuente. Es un proceso intenso y largo, forjado a lo largo de una vida formando parte de esa cultura. Ha entendido la idea porque ha formado parte de su construcción, como histórico de la música popular y como artista enormemente dotado de la fotografía. En esta serie ha desarrollado una galería en la que reúne una escena cultural. Hay en la exposición un recorrido imagen a imagen y otro como obra coral, como la captura de un tiempo de la cultura en Murcia, pero no estamos ante un trabajo meramente documental.
Toda fotografía es documento pero las fotos de Filemón lo son solo tangencialmente, son obras plenas de arte y observación que hablan de la historia del retrato al mismo nivel que de la historia del rock, porque sus retratados, sean o no rockeros, son rock. En esa comprensión del mundo desde la estética su mirada es intensa, a veces descarnada, dejando un cierto poso melancólico en la topografía de los rostros no embellecidos.
Compromiso
En sus fotos se sale como se es pero como se es para él. No son fotografías inocentes ni accidentales, en ellas hay todo un mundo de conocimiento del retratado y un compromiso con la realidad que muestra los poros de la piel y el paso del tiempo en ese sentido que nos enfrenta a la muerte sobre le que teorizase Roland Barthes.
Filemón recorre el camino inverso que va de las huecas fotografías de Jackson al brutal retrato de Irving Penn a Miles Davies y disecciona las etapas para detenerse antes del tremendismo de Penn. Entonces mira, dispara y ya eres rock. Vivirás para siempre.
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