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Las 'antipostales' de Néstor Lisón
El fotógrafo murciano ha explorado en la última década playas de toda la Península para descubrir que no son tan idílicas como nos habían contado
En las primeras fotografías que Néstor Lisón (Murcia, 1971) hizo en su vida están «mi abuela e Indurain». Era entonces amateur, esa gente para la ... que su motivación es el amor o la pasión por una cierta actividad. Sin más. Ya entrado en años, en un curso de especialización en fotografía contemporánea en 2015 en el Museo de Bellas Artes de Murcia (Mubam), defendió como proyecto final 'Al margen': un conjunto de imágenes en blanco y negro que son la antítesis de Murcia Río. Escenas anodinas solo en apariencia, pero donde hay verdad, misterio y hasta ciencia ficción. Fotografías en película, que le obligaban a seleccionar muy bien «los disparos» de su cámara Leica comprada en un mercadillo, «con unos desenfoques muy interesantes». La mayoría de aquellos disparos fueron en días nublados, incluso lluviosos, intencionalmente, siendo Murcia igual, «pero ya con otro aire».
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Después vinieron las memorias satíricas de Cienojetes, el blog de Nacho Canon (Óscar Cánovas) y Nicon Pepinos (Néstor Lisón) que dio pie a un libro irónico, 'Cienojetes, el gatillazo de la fotografía española', editado con entusiasmo por Paco Gómez ('Los Modlin') en el sello Fracaso Books. Ambos pusieron patas arriba la profesión, hacían cosas como dividir a los fotógrafos en dos categorías: «Los pirotécnicos, siempre atentos a la última tecnología, y los trascendentales, que hacen fotos de difícil entendimiento». El libro sería recomendado en una entrevista por Joan Fontcuberta para asombro de los dos autores.
Pero aún con estos líos, lo cierto es que Lisón no dejó nunca de hacer fotos de playas, lugares que frecuenta más por obligación que por devoción. De su periplo por enclaves de todos los puntos cardinales de la península salió un proyecto, 'Sun and sand' (sol y arena), con el que el Centro de Documentación y Estudios Avanzados de Arte Contemporáneo de la Región de Murcia (Cendeac) ha clausurado su ciclo 'Panorama 3'. Una reflexión sobre el uso del espacio playero a través de «antipostales», como dice Lisón. Cuestiona si la playa es tan idílica como la piensa el imaginario colectivo.
«Trabajas todo el año y para un mes de vacaciones te vas a la playa a aburrirte, dice mucho del género humano»
Lisón profundiza a través de la postal en esas imágenes que servían para promocionar la España que quería abrirse al turismo en el franquismo. «Esos códigos visuales de la postal», explica el fotógrafo, «han perdurado hasta la actualidad. Aún hoy decimos 'parece una postal' ante un paisaje que nos seduce, en alusión a las vistas idealizadas de las postales. Así como la mirada turística es una mirada seleccionadora, también la tarjeta postal –y cualquier fotografía– realiza una fragmentación de la realidad». Lugares como el Mar Menor, Torrevieja (Alicante) o Garrucha (Almería), donde la gente madruga para colocarse en primera línea y donde parece que no sucede nada más allá de la novedad que ofrece el mantero con toallas de mandala.
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Hasta ahora ha subido 31 de estas 'antipostales' a sus perfiles de Instagram: @sunandsandpostalcards y @nestorlison. Para este proyecto uno de sus referentes es un tótem de la fotografía española: Carlos Pérez Siquier ('La Playa, 1972-1996'), recientemente fallecido, que retrató el 'boom' turístico de Almería con su mirada atrevida e innovadora. También cita a Martin Parr o al cercano Juan Manuel Díaz Burgos, explorador de tropicalismos y negritudes, con sus 'Historias de playa'.
Carlos Pérez Siquier solía invadir la zona de peligro con desembarazo; Lisón se aproxima, pero no se pega
Néstor Lisón es todo lo contrario a un teórico encorbatado. «Soy así nerviosete, un polvorilla», suelta con desenfado, con una pizza por delante, este licenciado en Historia del Arte y operador de sala del 112. La foto semilla de este proyecto, como diría el fotógrafo Óscar Molina, fue la de una bañista en Torrevieja con una malla de pescar. «Como te digo, no me atrae nada la playa, el vuelta y vuelta en la arena lo encuentro aburridísimo. Lo que me gusta es nadar, soy aficionado a la natación. Pero cuando me veía obligado a ir, al final me dedicaba a andar. Iba siempre pensando que ese lugar idílico al que uno va de vacaciones no lo era tanto. Hacía al principio fotos que me llamaban la atención», cuenta Lisón, para quien la fotografía de playa no es un tema tan manido como parece. Así comenzó a hacer un banco de imágenes.
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«Las primeras estaban hechas con una cámara de formato medio, que tienen visor de cintura, porque te ponías cerca de una señora en bañador y se mosqueaba. Así que, cuando yo veía que sucedía eso, le daba a la manivela... algunos pensaron que estaba haciendo un vídeo», ríe sin parar.
«Sin duda, es el proyecto de mi vida, por el tiempo que le he dedicado, y también por todo lo que he sudado»
Dice Lisón que este es «el proyecto de mi vida» por el tiempo que le ha dedicado, «¡y sudor también!». «Alguna vez le dije a alguna bañista: '¡Señora! Me cuida usted esto un momento, que me quiero dar un baño... era la única manera de refrescarme...». Playas del Mar Menor, Alicante, Almería, Málaga, del Cantábrico desde el País Vasco a Galicia, e incluso de Portugal. El fotógrafo, que detestaba la playa, al final acabó demostrando fidelidad y sumisión por un territorio plagado de criaturas asombrosas. Pérez Siquier invade a menudo la zona de peligro, y con desembarazo; Néstor Lisón se aproxima, pero no se pega. «Quería sacar fotos distintas, quizás las actitudes son parecidas, aunque la luz cambia».
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«Mucho de todo»
«En una de las fotografías, tomada en Mazarrón, sale un señor y una señora con silletas de playa, él con unos prismáticos poniendo el ojo en lo que le interesa. Y tengo otra tomada en el Cantábrico, en una playa inmensa con un monte próximo, exactamente igual, de modo que las actitudes no cambian a veces», reconoce el artista. Vuelve a recordar que hay dos tipos de fotógrafos: los que tienen el proyecto pensado y hacen las fotos, y los que se van encontrando el concepto del proyecto conforme van avanzando. «Yo soy más de los segundos. Por mi manera de ser, como abordo muchas cosas y muchas se quedan sin terminar, tengo mucho de todo. Pero yo empecé a hacer fotos porque me aburría en la playa. Si te pones a pensar, nos dedicamos a trabajar un año entero y, el mes de vacaciones que tienes, te dedicas a bajar a la playa y a poner una pica en Flandes, y te peleas por tener la primera línea de playa, y te aburres... Pues eso dice mucho del género humano y el ocio que tienes en tu vida».
Si es cierto que la fotografía siempre miente, y que muchas veces no estás fotografiando el paisaje sino a ti mismo, porque te fijas en unas cosas y en otras no, las antipostales de Lisón son, sin llegar a lo sicalíptico, verdaderas.
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