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Viernes, 17 de junio 2016, 08:30
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El director general de Prisiones, Constante Miquélez de Mendiluce, se hizo cargo, en nombre del gobierno, del nuevo edificio, el 6 de diciembre de 1928 -año y medio después de lo inicialmente pactado-, en presencia del arquitecto Vicente Agustí; el arquitecto-director de las obras, Joaquín Dicenta; y el contratista, Mariano Ruiz Gómez, y José Hernández Martínez director de la prisión. El centro penitenciario fue bendecido por el obispo Vicente Alonso Salgado, el 26 de mayo de 1929.
Faltaba amueblar el edificio y efectuar el traslado de presos. 'La Verdad' publicaba un extenso editorial, en el que afirmaba que «ahora solo nos toca aguardar a que, instalado el mobiliario, se trasladen los reclusos y cese ya, definitivamente, el ludibrio que representaba el inmundo caserón de la calle Vara del Rey. Celebremos que el gobierno de la Dictadura haya acabado con semejante escarnio de la civilización y de la humanidad de nuestros días». En febrero de 1929, la situación no había cambiado, pese a que -según 'El Tiempo'-poco faltaba para la inauguración de la cárcel.
El centro penitenciario, «construido con arreglo a los adelantos últimos y, sin duda, un modelo para esta clase de edificaciones», al fin fue bendecido por el obispo, Vicente Alonso Salgado, el domingo, 26 de mayo de 1929, a las seis de la tarde. Los discursos del obispo, director de la prisión, concejal Sánchez Pozuelos, en representación del alcalde, y gobernador civil, José Castelló, glosaron lo que supondría de refugio decente para los presos, pese a su situación legal, y el honor que suponía para Murcia disponer de un edificio de esta grandiosidad.
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