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Viernes, 17 de junio 2016, 08:03
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Francisco J. Medina-Albaladejo, profesor de la Universidad de Murcia, describe la mole -con casi ocho mil metros cuadrados construidos- como «construcción de estilo neomudéjar, caracterizada por su realización a ladrillo visto», en la que «destacan especialmente los enormes arcos de ladrillo que marcan la secuencia de puertas, la serie de patios que combinan la alternancia de espacio abierto y cerrado, el aparejo de ladrillo en las jambas de ventanas y cornisas, y especialmente el ya mencionado espacio del panóptico con sus cuatro brazos en forma de cruz griega».
Abandonado a su suerte en 1980, en septiembre de 2009 se desprendió su cúpula central. Desde el 24 de septiembre de 1981, está considerado como edificio de interés histórico-artístico; y, en junio del 2000, el Ayuntamiento lo incluyó en el Catálogo de Edificios y Elementos Protegidos. Ha sido propuesto para numerosos fines: Museo de Murcia, Museo Provincial, Centro Cultural, Archivo Histórico Provincial, sede de la Agencia Tributaria, Plaza de Abastos Comercial, Cultural y Gastronómica El pasado 6 de junio, el alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, plateaba la posibilidad de abrir un período de información y convocar un concurso de ideas, para concretar la transformación de la vieja cárcel. Lo cierto es que la situación económica no ayuda a encontrar una posible y cercana recuperación. De hecho, fuentes municipales declaraban a este periódico que, actualmente, no se sabe cuándo, ni cómo podrán realizarse obras de algún tipo. «Ha sido una lucha constante para que el edificio pasase a propiedad del municipio, pero, en estos momentos, es imposible pensar en cómo será su futuro».
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