La ambición de la Sección Femenina
El general Franco propuso en 1939 el objetivo de crear una mujer sumisa que sirviera a los intereses del Régimen; la sumisión las obligaba a no rebelarse contra un marido violento y aún cuando tuvieran certeza de la infidelidad de sus maridos debía mostrarse comprensivas
Isabel María Abellán
Catedrática del Geografía e Historia en el IES Alfonso X
Sábado, 1 de abril 2023, 08:10
Pilar Primo de Rivera fue la delegada nacional de la Sección Femenina. Era la hermana del presidente de Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, ... e hija de Miguel Primo de Rivera, el dictador que gobernó España desde 1923 hasta 1930 con el apoyo de Alfonso XIII.
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La Sección Femenina fue fundada el 12 de julio de 1934 como respuesta a la negativa de Falange Española a aceptar mujeres dentro de sus filas.Nació, pues, como un grupo de apoyo que habría de llevar consuelo a los falangistas encarcelados por sus actos violentos contra los partidos y sindicatos de izquierda, especialmente contra las organizaciones juveniles.
«La Falange, a través de su entonces líder y cofundador, José Antonio Primo de Rivera, participó en las diferentes conspiraciones e intentonas militares que se produjeron para derrocar a la República», dice Joan María Thomàs Andreu, en 'José Antonio. Realidad y Mito'.
En el año 1937, cuando el General Franco se convirtió en Generalísimo de los ejércitos y en Jefe de Estado de la España dominada por los militares sublevados, promulgó el decreto 378 por el que se creaba el Servicio Social para la mujer, la llamada «mili de las mujeres». Pero es en 1939, una vez ganada la guerra, cuando el General Franco piensa en la mujer como un instrumento muy valioso para la creación de la Nueva España. Determina que todas las mujeres debían ser sometidas a la disciplina falangista.
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Desde 1934 hasta 1945 la Sección Femenina Española mantuvo estrechos contactos con las respectivas secciones femeninas de Italia y Alemania. Al terminar la Guerra, la Sección Femenina creó Centros de Auxilio Social para dar de comer a los niños y niñas que habían quedado desamparados al desaparecer sus padres, ya fuera porque habían fallecido o se encontraban encarcelados.
De los diferentes organismos que surgen dentro de la Sección Femenina es el Servicio Social el que mejor responde al deseo del Generalísimo de formar a la mujer para convertirla, como madre y esposa, en transmisora de los valores de la Nueva España.
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Pero, para sorpresa de la que escribe estas líneas, no todas las mujeres podían realizar el Servicio Social. Muchas estaban excluidas. ¿Por qué? Fundamentalmente porque eran pobres y analfabetas. Son mujeres que trabajaban en el campo, en las fábricas, en el servicio doméstico, que tenían jornadas agotadoras y que, por lo tanto, nunca tuvieron, ni medios ni dinero para ir a la escuela.
También estaban exentas de hacer el Servicio Social las mujeres casadas y las viudas con hijos.
El Servicio Social duraba seis meses repartidos en dos veranos. ¿Qué mujeres eran entonces las que sí debían hacer el Servicio Social de forma obligatoria? Todas aquellas que tuvieran entre 17 y 35 años y que desearan obtener un título académico, afiliarse al único sindicato existente, obtener un pasaporte, el carnet de conducir o el permiso de armas.
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Durante los seis meses que duraba el Servicio Social las mujeres eran instruidas en diferentes materias: Religión, Formación del Espíritu Nacional-Sindicalista, Historia, Educación Física, pero sobre todo Formación en el Hogar. Esta asignatura se desglosaba en otras como corte y confección, cocina, lavado y planchado, pero de todas, la más importante, era aprender a hacer la canastilla del bebé.
La Sección Femenina quería crear un modelo de mujer que se distanciara del creado durante la Segunda República. Mujeres que eran «intelectuales, pasionales, desobedientes, gritonas y feas».
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La Nueva Mujer debía ser ante todo sumisa, silenciosa, no debía llamar nunca la atención, ni con sus opiniones, ni con su forma de vestir, debía ser recatada, incluso cuando practicara deporte. Debía tener espíritu de entrega, de sacrificio, de renuncia. Ser abnegada, estar siempre conforme con lo que dijera su marido, no quejarse por nada. Pero, sobre todo, la Nueva Mujer debía «sonreír siempre».
La sumisión obligaba a las mujeres a no rebelarse contra un marido violento. «El cachete de un marido es merecido si la mujer ha tenido un ataque de celos».
En 1973 tenía 300.000 militantes. Cuando se disolvió en 1977, 24.000 mujeres fueron colocadas en bibliotecas públicas y en colegios sin necesidad de hacer cursos de reciclaje
Y era precisamente, esto último, los celos, el sentimiento que la mujer debía reprimir siempre. Aun cuando tuviera certeza de la infidelidad de su marido, debía mostrarse comprensiva, porque los hombres tenían «otras necesidades» que necesitaban satisfacer fuera del hogar.
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Con los celos reprimidos entramos en un aspecto sobre el que teorizaron muchos médicosde la época de reconocido prestigio. Se trata dela frigidez femenina. A esta circunstancia le dio un nombre realmente extraño el doctor Vánder cuando en 1961 publicó su libro 'Enfermedades y trastornos de la v ida conyugal'. En él afirma, entre otras cosas, que una mujer realmente femenina carece de deseo erótico. A esa ausencia de deseo sexual lo llamó «Instinto Genésico Pasivo». En el mismo sentido se manifiesta el jesuita y médico Federico Arvesu en su libro 'La virilidad y sus fundamentos'. O el presidente de la Real Academia Nacional de Medicina, el doctor Botella Llusiá en su libro 'Vida conyugal y sexual':
«Hay muchas mujeres, madres de numerosos hijos, que confiesan no haber notado nunca placer sexual, y esto sin embargo no las frustra, porque la mujer, aunque diga lo contrario, lo que busca detrás del hombre es la maternidad».
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Y, un poco más adelante afirma lo siguiente: «Si un hombre es un sexo, un músculo y una inteligencia, la mujer es un sexo, un vientre y un corazón». En este sentido la Sección Femenina también es muy clara: «Si tu marido te pidiera prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes».
Para saber si la Sección Femenina consiguió realmente el objetivo que propuso en 1939 el General Franco de crear una mujer sumisa que sirviera a los intereses del Régimen, es algo que sólo podremos saber a través de ellas mismas. Lo que sí podemos afirmar es que a través de la organización de Coros y Danzas, en concreto a partir de 1942, las integrantes de esta organización pudieron participar en giras por España, y por el exterior, asistiendo, por ejemplo, a varios festivales en la Alemania nazi.
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En el año 1973 la Sección Femenina tenía 300.000 militantes. Cuando se disolvió en 1977, 24.000 mujeres fueron colocadas en bibliotecas públicas y en colegios sin necesidad de hacer cursos de reciclaje profesional.
A pesar de la extinción de la Sección Femenina la organización de Coros y Danzas se mantuvo.
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