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Construcción del Tajo-Segura en marzo de 1978, en la zona del Postrasvase. Las obras finalizaron ese año con la perforación del túnel del Talave Tomás
El Trasvase nació con la Constitución

El Trasvase nació con la Constitución

El gran salto de la agricultura ·

Las obras del acueducto Tajo-Segura estaban en la recta final con la perforación del emblemático túnel del Talave. El campo inició la revolución, pasando del modelo tradicional a una industria agroalimentaria de vanguardia

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Jueves, 6 de diciembre 2018, 04:05

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'Diez días para terminar la perforación del Talave', publicó 'La Verdad' el 28 de febrero del año en el que se votó la Constitución. La mayor infraestructura hidráulica de España nació con la Carta Magna, ya que cuando se abrieron las urnas ya estaban las obras finalizadas, preparadas para transportar las primeras aguas del Tajo al Segura el 31 de marzo de 1979.

El ingeniero Manuel Mirón lo relata con detalle en su libro 'Cien años de la Cuenca del Segura'. El Trasvase resultó ser una carrera de obstáculos a cual más desafiante. Fue un auténtico milagro que finalizaran las obras y que se pusiera en funcionamiento, tanto por la complejidad del proyecto como por la fuerte oposición política que encontró al final del camino. El milagro también fue político: las Cortes Generales se disolvieron justo cuando arreciaba la polémica entre defensores y detractores del Trasvase, tanto a nivel territorial como en el seno de los partidos políticos. Como ahora; nada nuevo bajo el sol. El segundo factor clave fue el ministro de Obras Públicas, Joaquín Garrigues Walker, que consiguió un escaño de diputado al Congreso por Murcia.

Garrigues fue quien dio la orden, en la madrugada del 29 de marzo, de poner en marcha la impulsión de Altomira, en la cabecera del Tajo, para que circulara el agua hacia la cuenca del Segura. Los caudales llegaron el mismo día en el que se celebró la tercera investidura de Adolfo Suárez como presidente del Gobierno.

Obra sin inauguración

Relata Manuel Mirón: «A falta de padrinos políticos, los técnicos de la Administración y de las empresas constructoras, auténticos artífices de la obra, no quisieron perderse el momento de la llegada del agua. Entre los presentes se entrecruzaban sentimientos de satisfacción por la labor realizada y de tristeza al ver el desprecio oficial a lo conseguido. La 'madrina' del acto fue Anita Perea, esposa de Enrique Albacete, director de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), que se acababa de jubilar y que había intervenido en todo el proceso constructivo del Trasvase. Siguiendo el protocolo, la madrina rompió una botella de champán contra el paramento de hormigón. Lo que pocos saben es que a continuación y de forma discreta, vertió un botellín de agua bendita en el cuenco. ¿Será por eso que el Trasvase, más mal que bien, todavía continúa?», cuenta.

El resultado fue una obra sin inauguración que cumple cuarenta años. La recta final de los trabajos fue relatada en las páginas de 'La Verdad' al hilo de las declaraciones del ministro Garrigues Walker -que recibió hace unos años la Medalla de Oro del Sindicato de Regantes a título póstumo-, de los acuerdos de Consejo de Ministros y de los debates en las Cortes. Manuel Fraga, líder de Alianza Popular, tuvo que contener a uno de sus diputados por Toledo y declaró que su partido «desea el Trasvase cuanto antes», recuerda Mirón.

La propia infraestructura estuvo a punto de fracasar debido a las dificultades para acometer el túnel del Talave, de 32 kilómetros, que fue entonces el mayor de Europa de tales características. Las filtraciones de agua se llevaron por delante la máquina perforadora 'Robin', que se trajo expresamente para finalizar la traza. Hasta se pensó en congelar el acuífero para poder terminar la obra. Al final se superaron todos los obstáculos del terreno y se caló el túnel.

Una revolución

En paralelo, se discutía cuánta agua se podría transportar y en qué fases, por lo que el ministro Garrigues Walker aclaró que se haría de forma escalonada durante varios años hasta llegar a los 600 hectómetros anuales. Gregorio Peces Barba, secretario general del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso de los Diputados, declaró en su visita a Murcia el 4 de marzo de 1978 que sería «un error nacional no terminar el Trasvase. Vamos a empujar para que siga adelante y que, paralelamente, se realicen las compensaciones a las provincias» de la cuenca cedente.

El Consejo de Ministros aprobó las últimas obras del Postrasvase en Murcia, Almería y Alicante: la impulsión en el Azud de Ojós y los canales principales derecho e izquierdo. En septiembre, la traza principal estaba terminada y se realizó la primera prueba con el agua cruzando el túnel del Talave.

Mientras tanto, la cuenca del Segura se preparaba para recibir las aguas del Tajo. En marzo se aprobó la transformación en regadío de 7.000 hectáreas del municipio de Torre Pacheco. El Campo de Cartagena cambió del cereal al regadío, impulsado por una revolución agrícola que cambió la vida económica y social de la Región.

Despegue de la exportación

El Trasvase Tajo-Segura fue el germen de la potente industria agroalimentaria del Sureste y del Levante de nuestros días, con el añadido de que se implantó una nueva cultura del agua. Asimismo, el Trasvase acabó en gran parte con la emigración a los países europeos que vaciaba los pueblos murcianos. El Sindicato Central de Regantes del Trasvase organizó su estructura a través de 80 comunidades de regantes de la Región de Murcia, Alicante y Almería, y puso en marcha 147.000 hectáreas de cultivos altamente tecnificados. Se duplicó la superficie de regadíos de la cuenca del Segura.

El Tajo-Segura fue una revolución: redujo la emigración, generó una nueva cultura del agua y cambió la Región

La producción creció en paralelo a la exportación y la industria conservera, propiciando y favoreciendo a la vez numerosos sectores auxiliares de maquinaria, logística, transportes, semillas, abonos y productos fitosanitarios. Asimismo, se fomentó la investigación e innovación asociadas a la agricultura. La Asociación de Productores-Exportadores de Frutas y Hortalizas de la Región de Murcia (Proexport), constituida en 1975 con 53 grupos de empresas y cooperativas, se fortaleció con el acueducto y el desarrollo de nuevas explotaciones. En 1985 se constituyeron Apoexpa (Asociación de Productores-Exportadores de Frutas, Uva de Mesa y Otros Productos Agrarios) y la Federación de Cooperativas Agrarias de la Región (Fecoam); y en 1998 lo hizo la interprofesional del limón (Ailimpo).

Gran cabaña porcina

La superficie cultivada ascendía en el año 1977 a 1.131.000 hectáreas para todos los usos, de las que 570.000 estaban labradas. Las producciones en hortalizas y arbolado tuvieron un gran crecimiento en casi todas las variedades: patata, alcachofa, melón, pimiento, tomate, y sobre todo brócoli, que antes no existía; así como en uva de mesa, melocotón y albaricoque. Sin embargo, empezaron a bajar las toneladas de cebada, trigo, algodón, pimiento para pimentón y alfalfa. La producción de claveles ha tenido una evolución meteórica: de 1.710 a 124.300 toneladas.

La Región de Murcia contaba con un importante censo ganadero, sobre todo de porcino. En el año 1977 se contabilizaron oficialmente 764.687 cabezas de cerdo, la segunda mayor cabaña de España, después de Lérida.

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