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La esposa del presidente del Cabildo de Cofradías de Murcia, con sus tres hijos, en Santiago de la Ribera (San Javier).
Los primeros murcianos en Santa Pola

Los primeros murcianos en Santa Pola

8 apellidos murcianos ·

La familia de médicos Sánchez-Parra disfrutó durante décadas de la costa alicantina, hasta establecerse en Santiago de la Ribera

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Lunes, 14 de agosto 2017, 08:42

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Eran de los pocos murcianos que, a través de carreteras que solo de eso tenían el nombre, descansaban en una despoblada Santa Pola, cuando apenas era un villorrio que ni imaginaba convertirse en el gran centro turístico actual. Pero allí, año tras año, los Sánchez-Parra, saga de reconocidos médicos murcianos, entretenía sus veranos en una casa que el abuelo Ramón, de tercer apellido García, había mandado construir en la plaza de Levante.

Fue don Ramón un prestigioso urólogo licenciado por Salamanca, académico de la Real de Medicina y Cirugía de Murcia, a quien se concedió la Encomienda de Sanidad y las cruces de Oro y Plata de la Cruz Roja por su constante apoyo a la institución. Padre del recordado Ramón Sánchez-Parra Jaén, quien a su vez lo fue de Ramón Sánchez-Parra Servet, actual presidente del Cabildo de Cofradías de Murcia y que recuerda cómo desde muy niño fue Santa Pola su destino cuando acababan las clases.

La vida discurría mucho más tranquila que en la actualidad, pero acaso con menos rutinas. Los indispensables baños en la playa se mezclaban con constantes viajes a Tabarca. Pero también era entonces el islote un lugar casi despoblado, cuyas aguas cristalinas aún recuerda Ramón como si estuviera zambulléndose en ellas.

Los baños en Santa Pola tenían por entonces la sombra de unos enormes toldos, que por el sur siempre se llamaron velas, donde la familia iba y venía desde el agua hasta que se acercaba la hora de la comida, siempre bien nutrida de frescos pescados y ensaladas, como era costumbre tan sabrosa como secundada por cuantos veraneaban en la costa.

Si la isla ya era una atracción para los más pequeños, no menor era la vecindad de uno de los españoles más populares de aquel siglo. Se trataba de Santiago Bernabéu, el futbolista, entrenador y presidente del Real Madrid durante 35 años. Don Santiago veraneaba junto a los Sánchez-Parra, con quienes mantenía una espléndida relación. Por eso eran frecuentes las visitas, cuya experiencia era para aquellos niños algo que quedaría prendido siempre en sus recuerdos.

Otra de las citas obligadas cada verano era la asistencia a la fiesta de la alborada, en Elche. Era, como lo sigue siendo, un homenaje a la Virgen de la Asunción. El lanzamiento de cohetes ya era entonces una de las señas de identidad del festejo, que se remonta a la Edad Media.

Apenas contiene la emoción el presidente Sánchez-Parra cuando evoca aquellos años de su infancia, cuando su padre viajaba cada lunes a Murcia y aquí se mantenía, porque el trabajo obliga, hasta los viernes, cuando dedicaba los fines de semana a disfrutar de esta familia fundadora también de la Cofradía del Cristo del Refugio, esa popular imagen que recorre las calles de la ciudad cada Jueves Santo en la bella procesión del Silencio. Y si la saga podía presumir de ascendencia cofrade -de hecho, Ramón Sánchez-Parra también preside en la actualidad la cofradía-, no menos vinculada estuvo siempre al coso de La Condomina. Ya el abuelo fue cirujano titular de esa y otras plazas de toros de la provincia y también del Hospital de la Cruz Roja. Entretanto, creó su propio sanatorio quirúrgico donde intervenía a su clientela, en la calle que ahora lleva su nombre.

Las obligaciones del cirujano taurino, que luego heredaría su hijo, otro tan ilustre médico como querido por la sociedad murciana, obligaba a la familia a interrumpir sus vacaciones el último día de agosto, ya dispuestos para retornar a la ciudad, recibir a la Fuensanta y participar en los festejos que organizaba, como organiza, la familia Bernal en el antiguo coso murciano.

Pero los hijos crecen. Y cambian los lugares de veraneo. En el año 1983, los Sánchez-Parra descubrieron Santiago de la Ribera, donde se establecerían las nuevas generaciones de la familia. Ese mismo año, en apenas unos segundos, supo el presidente Ramón que quería compartir el resto de su vida con aquella hermosa joven. Hoy, treinta y cinco años después, continúan juntos veraneando en el mismo lugar, donde también han crecido sus hijos.

Ramón Sánchez-Parra Jaén

Digno continuador de la saga familiar, era hijo de un urólogo y nieto de un ginecólogo, el doctor Ramón Sánchez-Parra Jaén todavía se recuerda en Murcia como uno de los grandes galenos del siglo XX y que, además, conjugaba en su persona un carácter afable y solidario, siempre dispuesto a ayudar a quienes más lo necesitaban. Además de seguir el rastro académico de sus ancestros, también mantuvo la tradición de erigirse como cirujano de la plaza de toros de Murcia, cargo que su abuelo ya ostentaba en 1922. Además de emparentar con otra linajuda familia murciana, los Servet, e impulsar de forma decisiva la Cofradía del Refugio, Ramón fue licenciado en Medicina y Cirugía por la Complutense en 1952 y se formó como cirujano y urólogo con su padre en el Servicio de Cirugía General y Urología del Hospital de San Juan de Dios de Murcia, centro en el que desarrolló su carrera. Adquirió una formación urológica que le permitió acceder a la jefatura del servicio a la jubilación de su mentor en 1972. Destacó como cirujano taurino, y fue miembro de la Asociación Internacional de Urología en 1971.

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