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Así es la experiencia de un bautizo de buceo

Lo más importante para una primera inmersión es saber compensar la presión de los oídos, no olvidar respirar y saber realizar el vaciado de la máscara debajo del agua

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Lunes, 14 de agosto 2017

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Bajo el agua solo se escucha agua. Agua y respiración. La presión acapara tus oídos, como si quisiera robártelos con la alevosía de un niño juguetón. Entonces aprietas con ambos dedos tu nariz y espiras, queriendo soltar el aire por un conducto cerrado. Ya está. Se llama compensar: uno de los hábitos más frecuentes e importantes que se deben adquirir a la hora de enfrentarse a un bautismo de buceo.

La normativa regional establece en los 12 años la edad mínima para poder vivir esta experiencia. “Además de eso, para hacer un bautizo hay que tener una buena condición física, no tener problemas cardiacos, ni respiratorios, tener muchísimas ganas de bucear y de pasarlo bien”, asegura José Antonio Murcia, instructor nacional de buceo Dos Estrellas.

Él trabaja a diario en el Centro de Buceo Naranjito, en Cabo de Palos. Por allí pasan, en época estival, una media de 20 personas al día para hacer un bautismo de buceo. “La verdad es que cada año viene más gente que quiere probar la experiencia, pero son personas de todo tipo, tenemos desde niños hasta personas mayores. Normalmente vienen a probar, a ver si les gusta. Algunos vienen con miedo, pero luego se les quita, porque la actividad es bastante simple”, constata.

Para sumergirte por primera vez, solo debes recordar tres cosas: “No dejar de respirar, compensar la presión de los oídos y saber realizar el vaciado de la máscara debajo del agua. Lo demás lo controla en todo momento el instructor que te acompaña. Solo tienes que dejarte llevar y confiar en él”, dice José Antonio con una sonrisa.

Un deporte de riesgo

En Cala Pato habitan unos peces de color azul cobalto, casi fluorescentes, de unos dos o tres centímetros, imperceptibles a las miradas de aquellos que tienen mucho ruido visual. Solo la relajación y la concentración te permite verlos entre las algas y los corales. “Nosotros siempre decimos que cuando te sumerges, dejas arriba todas las preocupaciones y los problemas. Esa sensación de silencio, de ingravidez, que parece que vuelas, es algo que no se puede experimentar de otra forma”, atesora Murcia.

A pesar de lo inofensivo que parezca el fondo marino, el buceo está considerado como un deporte extremo, “pero dentro de los deportes de riesgo, es uno de los más seguros que hay por dos razones: la primera, que se necesita una formación para poder hacerlo, cosa que no pasa con otros deportes, y la segunda es porque los márgenes de seguridad que utilizamos en buceo recreativo son muy amplios y es muy difícil que pase algo que no tenga solución”, apunta el instructor.

La actividad que realizan en el Centro de Buceo Naranjito dura en total unas dos horas, repartidas entre una pequeña clase teórica, equipamiento, navegación, inmersión de unos 20 minutos y vuelta al centro. Tiene un precio de 55 euros, que incluyen todo el material necesario para el desarrollo de la actividad y una atención personalizada en todo momento.

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