Humor a perdigones

Ni la madurez ni el éxito han moderado a este dibujante, humorista gráfico, historietista y eterno adolescente, que lleva desde la escuela disparando a perdigonazo limpio contra el garrulismo bizarro y la estupidez global. «Soy muy burro. No me contengo», reconoce, a punto de cumplir 18 años en la revista 'El Jueves' «haciendo actualidad a mi manera, en plan surrealista, con mis delirios», pone cara de gamberro pillado por la maestra en plena faena, porque Pedro, cúspide rapada y barba de alerones decimonónicos, a lo Don Pantuflo Zapatilla -padre de Zipi y Zape-, es el compañero de pupitre ideal. Si uno lo conoce en la madurez, piensa que ha echado a perder la infancia. Y se cambiaría ya por el misterioso Garcerán, el colega de escuela con quien «hacíamos tebeos de risa, los demás se descojonaban y decíamos, esto mola». En Garcerán, Pedro vio potencial cuando presentó en clase la redacción titulada 'Llévame contigo, ovni'.

Como el humorista tira al monte, Pedro y su guionista se lanzaron a «versionar en clave porno 'El hombre y la tierra' y 'Los gozos y las sombras', en los que ensartaban a seis chicas a la vez como si jugasen a 'churro'. También parodiamos 'Los ángeles de Charlie' con sexo a lo bestia, y escondimos el cómic detrás de la pizarra. Quien lo encontrase debió flipar». Ojo al descubridor, porque podría alcanzar altas cifras en el mercado ese incunable con la firma de Vera, que cuenta con 29.500 seguidores en Twitter y llena salones de actos con cada nuevo tomo de sus 'Ranciofacts'. Sus bolos preferidos son los que hace con 'Ilustres ignorantes': «Te ríes y te pagan. No se puede describir con palabras», goza el compinche de correrías del humorista Pepe Colubi. «Es un profesional de la marcha», refuerza lazos, a pesar de que Vera se declara «un poco misántropo, como toda la gente más o menos cuerda». Por eso disfruta trabajando en casa, en pijama y zapatillas, y ya con superpantalla digital: «Empecé tintando con plumilla, después con rotuladores, y ahora no toco un papel ni con puntero láser atado a un palo». Se regocija Pedro cada día de haberse incorporado a la era tecnológica y poder eliminar de su vida «las mesas llenas de virutas de goma. Las odio con todas mis fuerzas». «Ahora dibujo como si fuera en una 'chopper'», cuenta de su vida en el negociado de la risa, que alterna con partidas de Grand Theft Auto y mucha lectura.

Quién se lo diría a los rigurosos catedráticos de Derecho que le dieron clase antes de que el joven pinatarense, hijo de pescador, eligiera una vida de creatividad y desafío constante a lo establecido, sobre todo si desprende caspa. «Mi primera denuncia fue en el año 2000, por supuestas injurias al Ejército español. La jueza era una fan de 'El Jueves'», firmó autógrafos en la sala judicial. «La segunda tampoco prosperó. Pidieron el secuestro de la revista por mi dibujo de la duquesa de Alba en plan 'American beauty'», muestra sus dos trofeos. Creador de los hermanos Ortega y Pacheco -«son Modern Talking después de un verano en Soria», describe-, ideó los 'Ranciofacts' para desarmar «el cuñadismo y la ranciedad universal». El rapero Tote King acaba de poner música a sus 'rancios'. «La gente me manda 'rancios' por Twitter. Tengo un documento madre con todos, desde los de periodistas -lo del marco incomparable- al de que se come bien donde hay camiones aparcados en la puerta», explica Vera, que no libra a nadie. Sus 'Ranciofacts' beben de «esa olla rancia que es el mundo, y todos estamos en el puchero». Piensa seguir metiendo el dedo en el ojo de los rancios hasta el hogar del jubilado: «Por entonces tendré la mente de 30 años, porque ahora la tengo de 18. A mi mujer se la llevan los demonios».

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