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Juan Luis Guerra durante el concierto en la plaza de toros de Murcia.
Ojalá que llueva

Ojalá que llueva

El artista dominicano Juan Luis Guerra brindó al público de Murcia un concierto espectacular que sirvió para presentar su nuevo álbum, 'Todo tiene su hora', además de recordar sus clásicos

JAM ALBARRACÍN

Viernes, 31 de julio 2015, 02:45

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Sale de una cabina telefónica para arrancar el concierto con 'Cookies and cream' y no suena el primer clamor porque ya antes, no más apagarse las luces, el estrepitoso griterío pareciera anunciar la resurrección de John Lennon. En la plaza de toros cabía un alfiler pero no un imperdible, tremendo 'fenómeno fan'. No se trataba del último promocionado producto juvenil sino de Juan Luis Guerra, 58 ya cumplidos, el artista dominicano que hace 25 años nos enseñó que una bachata no tenía nada que ver con un boniato.

Cualquiera diría que ha pasado tanto tiempo porque sigue igual. Con su gorra, su chaleco, su barba y en magnífica forma. Quizá sea el pacto que hace unos años hizo con Dios, a cuyo hijo dedicó 'Para ti'. También dedicó otras a los esposos que no se divorcian, a su mujer y a su hija. Pero lo que brindó al público de Murcia -bastante latinoamericanos, mayoría de murcianos, amplio muestrario de damas siliconadas- fue un concierto espectacular que sirvió para presentar su consistente nuevo álbum, 'Todo tiene su hora', además de recordar los clásicos que arrasaron en España.

Bien dotado de voz, con una producción lujosa -hasta cinco pantallas- y unos solventes 4:40 con profusión de metales, coros y percusiones. Cuando el artista es grande, el estilo es lo de menos. Ojalá que llueva y la riada se lleve el reguetón machista y deje a los buenos.

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