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Juan Ángel Serrano Masegoso, en la bañera de su casa de Murcia.
«Disfruto mucho siendo un Pepito Grillo»
ESTÍO A LA MURCIANA

«Disfruto mucho siendo un Pepito Grillo»

Exdirector de la ESAD de Murcia

Antonio Arco

Martes, 28 de julio 2015, 12:20

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Si se lo encuentran, ni se les ocurra darle la enhorabuena por su jubilación; de hacerlo, corren serio peligro de que les pegue un tiro. Es Juan Ángel Serrano Masegoso, exdirector de la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) de Murcia. Productor teatral, 'tocahuevos' rendido al genio de Calderón.

  • 1

  • -¿Un sitio para tomar una cerveza?

  • -En el River Café. Nueva York.

  • 2

  • -¿Qué música le suena en el teléfono móvil?

  • -Ninguna.

  • 3

  • -Un libro para el verano.

  • -'El pintor de batallas', de Arturo Pérez-Reverte.

  • 4

  • -¿Qué consejo daría?

  • -Jamás volveré a darlos

  • 5

  • -¿Facebook o Twitter?

  • -Facebook.

  • 6

  • -¿Le gustaría ser invisible?

  • -Por probar.

  • 7

  • -¿Un héroe o heroína de ficción?

  • -Don Quijote de la Mancha no está nada mal.

  • 8

  • -Un epitafio.

  • -[Se niega a pensar la respuesta.]

  • 9

  • -¿Qué le gustaría ser de mayor?

  • -¡Actor!

  • 10

  • -¿Tiene enemigos?

  • -Supongo que no, qué tontería.

  • 11

  • -¿Lo que más detesta?

  • -La deslealtad.

  • 12

  • -¿Lo peor del verano?

  • -El calor.

-¿Qué?

-No me pida un consejo, dejé de darlos porque me harté de quedar siempre como el culo cuando los daba; no me hacía caso ni Dios.

-¿Quién es usted?

-Yo soy el tonto de la familia, el único que se ha dedicado a algo improductivo: la educación y el teatro.

-¿Ninguno de sus tres hijos tiene nada que ver con el teatro?

-¡Nada, nada! De pequeñitos hicieron algunos papelitos en películas de los hermanos Ozores, pero no les gustó en absoluto. Más tarde, Jorge quiso estudiar Cinematografía cuando acabó el instituto. Yo tenía en casa dos o tres cámaras, y jamás se le había ocurrido coger una. Le dije: «Tú no quieres hacer cine, tú lo que quieres es ir a Hollywood directamente a recoger el Oscar. Así es que vamos a hacer una cosa, te matriculas en primero de la carrera que elijas y después haces cine». Y nunca más se supo.

-¿Qué logró?

-Tener una hija. África se lleva once años de diferencia con Jorge, el segundo de mis hijos. Quería tener una hija, estaba seguro de que a la tercera sería una niña y se lo dije a mi mujer: «Vamos a por la niña, ¡he tenido una revelación!».

-¿Qué le ha pasado?

-Que he experimentado lo terrible que es que te jubilen. Te obligan a que trabajes hasta que ellos quieran, y luego te jubilan porque se les ha puesto en... el alma. Los parlamentarios pueden serlo a los 83 años, pero tú tienes, como si fueses un yogur, fecha de caducidad a los 65 años. Me ha jodido enormemente que alguien decida que yo soy ya inútil para producir.

-¿Cómo se encuentra física y mentalmente?

-A ver: primero recordemos que los romanos, sin tampoco ser muy listos, inventaron el Senado; es decir, que cuando tú llegas a un período de madurez intelectual, a lo mejor es cuando se puede realmente exprimir el limón. Me encuentro físicamente perfectamente, e intelectualmente mejor que nunca; creo que tengo ahora más ideas de las que he tenido en toda mi vida.

-¿Qué tiene claro?

-Que a mí no me ha parido Dios para quedarme en mi casa, a no ser que tenga que cocinar, que eso ya es otra cosa muy seria. Yo hago en la cocina absolutas maravillas, desde un solomillo al hojaldre con 'foie', que me sale riquísimo, a unas tartas de frutos rojos que para qué le cuento. El caso es que yo necesito irme a la cama cansado, ¿comprende?

-¿Qué no hace jamás?

-No me acuesto nunca antes de la doce de la noche, ni me levanto nunca más tarde de las seis y media de la mañana.

-¿De qué no tiene costumbre?

-De estar leyendo solo un libro, ¡qué menos que tres o cuatro!

-¿Qué le resulta curioso?

-Que me pretendan nombrar personalidad de reconocido prestigio en el Consejo Superior de Enseñanzas Artísticas, del que he sido miembro desde su creación. [También ha sido presidente de la Asociación Española de Centros Superiores de Enseñanzas Artísticas (ACESEA).] Lo que yo me pregunto es: «¿Cómo voy a ser yo personalidad de reconocido prestigio si dicen que ya estoy caducado y me han jubilado?

-¿Qué hay que hacer?

-Hay que aguantar esto de vivir no sé cómo y hasta cuándo; y otra cosa: si te la tienes que jugar, juégatela porque nadie va a venir a sacarte las castañas del fuego.

-¿De qué daría fe?

-De que nuestros políticos no tienen ninguna vocación de servicio a la sociedad, solo tienen vocación de servirse a sí mismos.

-¿Qué estuvo a punto de hacer y no hizo?

-Producir un montaje de 'El carro de heno', una obra de teatro de [Camilo José] Cela que no hay cojones a tragársela y que, afortunadamente, no se hizo. Comí con él un par de veces; lo acompañaba Marina [Castaño], que entonces era su secretaria y que le impedía todo el rato que comiese pan. Le gustaba ponerse ciego a pan.

-¿En qué es único?

-Creo que soy el único español gilipollas que lleva haciendo su declaración de la renta desde unos días antes de nacer y al que siempre le sale a pagar, no sé por qué cojones.

-¿Con qué sueña?

-Con llevar a escena, tras adaptarla al teatro, la novela de Arturo Pérez-Reverte 'El pintor de batallas'.

-No me engañe. Dígame algo.

-No le engaño: hay que tener suficiente dinero para poder ser suficientemente libre.

-¿Qué sigue siendo?

-Sigo siendo un Pepito Grillo, y Pepito Grillo tiene un tanto de suicida. Me siento muy feliz habiendo podido insultar personalmente a varios ministros de diversos gobiernos; a [Jorge] Semprún, incluso, llegue a hacerle una pedorreta en Almagro.

-¿Con qué disfruta?

-Me encanta amargarle la siesta a los que no se han ganado el descanso; sí, eso me hace feliz.

-¿No han intentado vengarse de usted?

-Normalmente, los bordes son cobardes. Han intentado darme una patada en el culo, pero siempre a través de culos ajenos. Pocos han tenido la valentía de intentar dármela directamente.

-¿Tiene mala leche?

-Total, me han conseguido amargar. Espero que algún día se me pase, aunque no creo.

-¿Siempre la ha tenido?

-A lo largo de la vida he hecho las cosas a lo 'masegosamente', lo cual incluye un pronto muy malo. No soporto que se hagan las cosas mal, sobre todo cuando no es más difícil hacerlas bien que mal.

-¿Qué no es y le gustaría ser?

-Actor, me gusta el escenario más que a un tonto un lápiz.

-¿Y por qué no no lo es?

-Soy pequeño, regordete y feo, y con esas tres condiciones qué quiere usted que le diga. Ahora soy pequeño, regordete, viejo, barbudo y feo. Sin embargo, los directores dicen que soy muy disciplinado. Creo que el único momento en el que obedezco es cuando estoy en el escenario.

-¿Qué sería raro?

-Difícilmente me verá poniéndole un reparo a una mujer. Me han deleitado montones de ellas; no he tenido una vida amorosa muy agitada, pero tampoco tenue. Y con este cuerpo mío tiene, indudablemente, su mérito.

-¿Qué no tiene remedio?

-Me hago viejo, lo veo claro en el espejo. Me doy cremas hasta en el carnet de identidad, pero no hay manera de quitarme las ojeras; y esta barriga, ¡paso un hambre!, pues nada, no hay manera tampoco. ¿Qué puedo hacer? ¡Pero si ya ni bebo nada, nada, nada!

-¿Tiene alguna teoría?

-Varias, pero una que espero no poder demostrar nunca es la siguiente: si los hijos de puta volaran cambiaría el clima, porque estaríamos varios años sin ver el sol.

-¿Lo más raro que le ha pasado?

-En Adelaida (Australia), llevaba en el bolsillo de la camisa los papeles con una conferencia escrita que tenía que dar; de pronto, un canguro me los quitó de un brinco y se los comió.

-¿Hay un Más Allá?

-¡Seguro, joder, a mí me quedan aquí tres ratos! Será un mundo feliz, sin políticos, en el que no tendrás que dormir, ni por supuesto que defecar. Un Más Allá tiene que existir por huevos.

-¿Qué defiende usted con uñas y dientes?

-La libertad y la justicia.

-Dígame una verdad.

-Yo no tengo precio, no se me puedo comprar, no estoy en venta.

-¿Qué es prescindible?

-Absolutamente todo menos la libertad.

-¿Se tiene algo prohibido?

-Todo lo que me dañe físicamente, menos el tabaco, me lo tengo ya autoprohibido. Entiendo que la gente se drogue, pero yo no me volvería a drogar nunca.

-El tabaco mata, ¿no?

-Claro que mata, cojones, ¿pero quién tiene huevos a dejarlo? Yo no.

-¿Practica deporte?

-Jamás. Estoy haciendo un estudio del aprovechamiento hidráulico de mi meada; creo que hacer esfuerzos baldíos es una idiotez.

-¿Qué ayudaría a mejorar la sociedad?

-Que la música y el teatro se estudiasen y practicasen en las escuelas desde la enseñanza primaria.

-Si pudiera volver atras...

-...procuraría aprovechar algunas oportunidades que tuve y que dejé pasar. Pude elegir, por ejemplo, irme como agregado cultural a Bogotá, a Caracas, a Rabat. Hubiese estado bien.

-¿Qué le harta?

-Tanto político imbécil poniendo a gente atrevida que no tiene ni zorra idea en puestos de responsabilidad. En el terreno de la cultura pasa mucho.

-¿Su obra de teatro preferida?

-Ay, 'El príncipe constante', de Calderón.

-¿Ha sido un buen padre?

-Supongo que no, que no he sido el padre ideal aunque he intentado hacerlo bien. Lo que sí creo que voy a conseguir es ser un buen abuelo. También tengo muy claro que me lo han puesto muy fácil tanto mis hijos como mi mujer [Nieves]. Mi mujer ha sido mejor mujer mía que yo marido de ella, y mis hijos han sido mejores hijos míos que yo padre de ellos.

-¿Cuál es la conclusión?

-Pan, pijo y habas.

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