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Alberto Garre, en su casa del Campo de Cartagena. :: josé maría rodríguez
«Yo no miento. Mi palabra va a misa»
ESTÍO A LA MURCIANA

«Yo no miento. Mi palabra va a misa»

presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia

ANTONIO ARCO

Lunes, 18 de agosto 2014, 13:20

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He aquí un hombre tranquilo: Alberto Garre (Torre Pacheco, 1952). Serio, de fiar, con -sus- ideas claras. Ni es el Oráculo de Delfos, ni lo pretende. Abogado, político entregado al PP, presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia. Si su mujer le dejase, que de eso ni hablar, tendría una moto de gran cilindrada.

  • DOCE TRAGOS

  • 1

  • -¿Un sitio para tomar una cerveza?

  • -El Kiosko de Francis [en Santiago de la Ribera].

  • 2

  • -¿Qué música le suena en el teléfono móvil?

  • -Ninguna.

  • 3

  • -Un libro para el verano.

  • -'Los asesinos', de Elia Kazan.

  • 4

  • -¿Qué consejo daría?

  • -Diga siempre la verdad.

  • 5

  • -¿Facebook o Twitter?

  • -Ninguna de las dos. Cara a cara.

  • 6

  • -¿Le gustaría ser invisible?

  • -No.

  • 7

  • -¿Un héroe o heroína de ficción?

  • -No creo en los héroes.

  • 8

  • -Un epitafio.

  • -Aquí yace un español, ¡viva España!

  • 9

  • -¿Qué le gustaría ser de mayor?

  • -Un abuelo al que admiren sus nietos.

  • 1

  • 0

  • -¿Tiene enemigos?

  • -Lo desconozco.

  • 1

  • 1

  • -¿Lo que más detesta?

  • -La mentira y la hipocresía.

  • 12

  • -¿Lo peor del verano?

  • -Las noches de calor.

-¿Qué no es?

-¡Abuelo! Ya me gustaría, pero ninguno de mis [dos] hijos se ha casado todavía. ¡Están tan a gusto en casa! [Risas.] Esperaré.

-¿No debería dejar de fumar?

-Pues sí, y le diré una cosa: de este mes de agosto no pasa. [Risas.]

-Sí, claro. ¿Qué tal su salud?

-Llevo cuatro años sin problemas. Tuve dos ictus: uno en 2002, que duró no más de diez segundos y que me dejó desplomado en el despacho de la portavocía; y otro en 2010, que no duró más de veinte. Me pasó estando en la Arrixaca, con mi mujer [Susana Cler] recién intervenida de una cosa sin importancia.

-¿Qué le gusta mucho?

-Consultar antes de tomar decisiones, y hacerlo sin que sepan qué es lo que estoy pensando cuando consulto. Me gusta sopesar los pros y los contras.

-Y hacer de abogado del Diablo.

-Sí. Hay gente que no me entiende cuando lo hago. '¡Pero cómo me estás diciendo esto si tú no eres así, es que no te entiendo!', me dicen.

-¿Su palabra va a misa?

-Así es.

-¿Qué queda de ese joven de 15 años que tenía una motocicleta Derbi?

-Era roja. Queda, por ejemplo, la afición al motociclismo y a todos los deportes. Yo siempre he practicado montones de deportes, incluido el tiro al plato, y quizás, si me hubiese dedicado a uno solo, habría llegado lejos. Primero tuve una Derbi, y después una Ducati 250. Y no me he comprado una moto de gran cilindrada, que era mi gran ilusión, porque mi mujer no me ha dejado.

-¿Le dijo que tururú?

-Que tururú, sí.

-¿Qué pudo haber cambiado su vida?

-Pues no lo sé. Yo jugué al fútbol 20 años, entre los 16 y los 36, siempre en equipos del Campo de Cartagena. Con 17 años, Nito, que era ojeador del Elche y más tarde llegó a serlo del Real Madrid [en la zona de Levante], me quiso llevar a los juveniles del Elche. Pero mi padre, creo que afortunadamente, no me dejó.

-¿Qué no ha dejado de ser?

-Un soñador. Me gusta pensar en que las cosas van a discurrir bien, en que podemos ir a mejor.

-¿Qué más?

-Un romántico y un nostálgico.

-¿Ha vivido como ha querido?

-Bueno, hay una cosa que siempre me ha lastrado: la pérdida de mi madre con 18 meses; tenía 33 años cuando murió. Me pasaba los días escuchando a mis compañeros de colegio hablar sin parar de sus mamás; y yo no la tenía. Todavía se me ponen los pelos de punta cuando hablo de esto; quizás no lo he sabido superar.

-¿La ha imaginado muchas veces?

-Muchísimas veces, y otras muchísimas la he soñado.

-¿Cómo aparecía en su sueños?

-Dulce, muy preocupada por mí...; yo sentía en esos sueños un cariño muy especial hacia ella. La abrazaba, la besaba... [Largo silencio.] Pero no todos los sueños eran agradables..., de alguno no quiero ni acordarme.

-¿Y su padre?

-Fue para mí todo, y cuando murió me dejó un vacío tremendo. Era una persona de campo, que había nacido aquí [estamos en su casa del Campo de Cartagena], hijo de molineros y de agricultores y que tuvo la suerte de tener un tío materno que lo enfocó hacia los estudios: primero hizo Químicas y, tras hacerse después farmacéutico, puso su farmacia en Balsicas, que tenía 300 habitantes.

-¿Por qué en Balsicas?

-Podía haberla puesto en Murcia, por ejemplo. Decía que había querido devolverle a la gente que había ido a moler al molino de su padre, haciéndole la vida un poco más fácil, el que él hubiese podido hacer dos carreras universitarias. Se podía haber forrado, como todos los farmacéuticos, pero decidió otra cosa. Principios así son los que yo he mamado.

-¿Es un tipo duro?

-¡Qué va! Quienes lo piensen tendrían que haberme visto hinchándome a llorar el día que murió mi perro Pilón, que era como se llamaba el perro de Popeye.

-¿Practica la caza mayor?

-No, a mí me gusta trabajar la caza; me encanta, por ejemplo, ir a las esperas nocturnas del jabalí. Es impresionante estar en mitad de Revolcadores disfrutando de las estrellas y del silencio.

-Eso será hasta que tenga encima al jabalí.

-Claro, cuando se te acerca el jabalí el corazón se te sale.

-¿Qué guarda en todos esos armarios que tiene ahí?

-Yo lo guardo absolutamente todo. Creo que no hay nadie que tenga la información que yo tengo sobre absolutamente todo lo que ha pasado en esta Región, y en mi partido, entre 1987 y ahora. Tengo una carpeta abierta con cada asunto y con cada personaje.

-¿Barco?

-No, pero mi suegro fue durante 20 años capitán del barco de Elizabeth Taylor y Richard Burton.

-¿Cuándo se rebela?

-Cuando las cosas dejan de ser racionales.

-¿Qué aprendió a hacer?

-Durante años hice harina en el molino electrificado de Balsicas. Estaba estudiando en Murcia, venía los viernes por la tarde y hacía, a veces, hasta diez mil kilos de harina; y los sábados por la mañana la repartía. Cuando terminé la carrera fui un día a moler y mi padre me dijo: 'No, la saga de molineros [que empezó en 1848] ha terminado contigo. Tú eres licenciado y ya no mueles más'.

-¿Hay un Más Allá?

-Lo creo firmemente.

-He leído que a veces habla usted con la Virgen de la Fuensanta.

-Sí. Procuro entenderme con ella cuando necesitamos agua, por ejemplo. Pero hablo también mucho con la Virgen del Rosario, que es la patrona de Balsicas.

-¿Y se siente escuchado?

-En ocasiones me siento escuchado, sí; y, desde luego, lo que sí me siento siempre es reconfortado. Siempre que rezo obtengo alguna respuesta.

-¿Qué procura seguir haciendo ahora que es Presidente?

-Como casi todos los días en casa, y mi mujer y yo seguimos saliendo todos los santos viernes a cenar, algo que llevamos haciendo desde hace 33 años. Solo lo hemos dejado de hacer cuando hemos vivido algún aprieto económico.

-¿Ella ha tenido mucho que ver en el paso que usted ha dado?

-Mire, ella fue la que me hizo dar el último paso para entrar en política. Yo estaba ejerciendo la abogacía en Torre Pacheco y me iba muy bien. Vinieron a buscarme para que formase parte de una candidatura de Alianza Popular y les dije que no. Y cuando fui a la cocina para hacer el café -porque el café en casa siempre lo hago yo-, se metió conmigo y me dijo: 'Luego te quejas delante del televisisor de las cosas que pasan, y ahora que vienen a buscarte para que aportes tu grano de arena, dices que no'. Volví al comedor y les dije que sí. Así es que ella, que tiene como todas las mujeres un sexto sentido, es la responsable del comienzo de mi andadura política. Fíjese las vueltas que ha dado la vida.

-¿Baila usted?

-Bailaba fatal, pero mi mujer me ha enseñado y ahora hacemos muy buena pareja.

-¿Especialmente bailando qué?

-Especialmente el tango, el pasodoble y el vals.

-¿Yoga?

-Ella sí, pero yo no.

-¿Su deporte ahora?

-Como las fuerzas ya no le asisten a uno como antes, lo que hago es andar mucho.

-¿Qué llegó a hacer?

-Cien kilómetros en bicicleta.

-¿Qué es un hecho?

-Que siempre he pisado la calle y sigo haciéndolo, y que siempre soy yo mismo y no me dejo llevar por las circunstancias que me rodean; no voy a meter la pata intentando ser otro.

-¿Qué procura?

-Procuro no hacer nada que pueda perjudicar a mi nación y a mi región. El amor que siento por España y por la Región de Murcia es inmenso.

-¿Qué nos pasa a todos?

-Que tenemos algún momento en el que se nos va la olla.

-¿Qué le ha dicho al ya exalcalde de Torre Pacheco? [Daniel García Madrid presentó su dimisión tras ser condenado a diez años de inhabilitación por prevaricación.]

-Que la vida sigue, que sé que es un gran abogado -porque ha estado trabajando conmigo en el despacho-, que tiene un recurso puesto y que, por lo tanto, la sentencia no es definitiva; y que no se amedrante ante nada porque es una buena persona que puede haber cometido un desliz de tipo administrativo que ha rozado la esfera penal, pero nada más.

-Pero, mientras tanto, ¿está mejor fuera de la alcaldía?

-Él ha dimitido. Yo no se lo he pedido. Él sabe perfectamente cómo pienso yo.

-¿No está ya cansado de los políticos corruptos?

-Pues sí. No hay tantos corruptos pero, en cualquier caso, son demasiados. A mí me llevó a la política lo que se estaba viviendo en los años 86 y 87, en toda la peor etapa de Felipe González, con la corrupción de los hermanos Guerra y compañía y todo lo que se destapó entonces. Más que la propia política en sí, lo que me lleva a ella es un sentido de colaboración con la Justicia.

-No debe resultar cómodo gobernar con dos de sus consejeros, varios alcaldes y el propio delegado del Gobierno en Murcia imputados.

-Lo peor de esto es que la situación se mantiene durante años, y yo creo que este tipo de asuntos se deberían resolver con una celeridad mayor. Cuando se enjuicia a un político, está afectada toda la sociedad, y por lo tanto el proceso debería ser rápido, sin dilaciones, como dice la Constitución; pero lejos de eso, nos encontramos con procesos que duran 7 u 8 años.

-También están los abogados que se dedican a dilatar y dilatar los procesos.

-Si es que aquí todo el mundo tiene la posibilidad de recurrir hasta la más mínima providencia. El cuento de nunca acabar. Lo que yo haría, eso se lo puedo asegurar, es colaborar con la mayor celeridad y transparencia total con la Justicia.

-¿Le sorprendió verse de Presidente?

-Para nada, y eso que la cosa vino como vino y después de otras propuestas. Y, ahora, creo de verdad que la sociedad está percibiendo que mi Gobierno está próximo a los ciudadanos y que vamos a salir del bache.

-Ya sabe que dos de sus consejeros [Juan Carlos Ruiz y Pedro Antonio Sánchez] suspiran día y noche por su sillón.

-[Risas.] Pero es que las aspiraciones en política son muy legítimas [risas].

-¿Qué no ha tenido nunca?

-Grandes aspiraciones, y sin querer nada he llegado a casi todo. Para empezar, fui portavoz del grupo municipal en Torre Pacheco porque el número uno decidió que lo fuera el número dos; éramos dos concejales [en 1987]. Y he terminado siendo Presidente de la Comunidad Autónoma porque el partido lo ha decidido, tampoco yo lo he pedido nunca. No he dado jamás ningún codazo para tener un cargo, y en lo sucesivo tampoco lo voy a dar.

-¿Qué sigue diciendo?

-Que yo no estoy en política para tener enemigos, y de hecho tengo amigos en todos los partidos.

-¿Qué es seguro?

-Que yo no miento.

-¿Le molesta que digan que usted es un apéndice de Ramón Luis Valcárcel y que él controla los hilos?

-Es que no es verdad. Ramón Luis es incapaz de ejercer ese protagonismo que, sin embargo, se le asigna. Nunca se ha comportado así; desde luego, conmigo, jamás. Otra cosa es que pueda pedirle consejo, que él me lo dé y que yo, con total libertad, lo aplique o no.

-¿Desmiente que Vicente Martínez-Pujalte sea una especie de 'Supernanny' o de 'Hermano Mayor' de su Gobierno?

-[Risas.] Totalmente. Es mi amigo; un amigo que conoce muy bien la política, que tiene una estrecha relación con todo el Gobierno de España y que, además, quiere a la Región de Murcia. Y porque reúne todos esos requisitos yo decidí hacerlo comisionado [del Gobierno regional para asuntos económicos]. Creo que hubiese sido de necios tenerlo al alcance de la mano y no haberlo aprovechado. Y creo que está siendo una muy buena decisión y a las pruebas me remito: ahí está el comportamiento de Hacienda, con Montoro, con la Región de Murcia. Jamás habíamos tenido un trato con Montoro tan bueno como el de ahora.

-¿Su lema?

-La verdad nos hace libres, la coherencia creíbles, y la cohesión fuertes.

-¿Qué sería muy triste?

-Morir solo.

-Tengo que decirle que parecía usted Evita Perón cuando dijo eso de que mientras fuese Presidente ningún niño murciano pasaría hambre.

-Es que hasta ahí podíamos llegar; por ahí no paso.

-¿Con el espejo?

-Ni fu ni fa.

-Que sepa que no le voy a preguntar por ese supuesto parecido suyo con Sean Connery.

-[Risas.] Como me dijo uno: '¡Joder, macho, cómo te pareces al tío de 'La Roca'! [la dirigió Michael Bay en 1996]'. Me han pedido muchas veces fuego para ver si hablaba inglés y era él.

-¿Qué tiene por costumbre?

-Comer cuando tengo hambre.

-¿Cocina?

-Desde joven, mis fritos de tomate con pimiento y cebolla tienen mucho éxito. Pero mi mujer no me deja cocinar porque dice que lo dejo todo hecho un desastre.

-Sin los amigos, ¿qué?

-Esto sería muy aburrido.

-¿Volaremos desde Corvera? Y me refiero a hacerlo en avión, no en globo.

-Claro, y eso será bueno para la Región.

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