Borrar

Cuernos, Un clásico

NIEVES B. JIMÉNEZ

Lunes, 7 de agosto 2017, 23:39

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Un clásico. Como un Real Madrid-Barcelona, un posado veraniego de Ana Obregón... Vean 'Comedia sexual de una noche de verano', de Woody Allen. Inesperadamente, las parejas terminan enredándose. Cuernos. Seguidamente, otro clásico: negarlo todo. Como en ese diálogo de Chicago:

-¿Estás con dos mujeres en la cama?».

-No.

-Pero si te estoy viendo.

-¿Y vas a creer más a tus ojos que a mí?

El vaivén de las olas, el calor que «hace que la gente tenga, entre otros ideales, el de vestir la menor ropa posible», apuntaba Pla... Cualquier excusa despierta el mecanismo. Hoy la fidelidad solo se ve en los equipos de sonido, asegura Allen. Sergi Pàmies teorizaba en 'Canciones de amor y de lluvia': «Si te enamoras bajo la lluvia, el amor dura más que si luce el sol», pero no aclaró si el agua que te empapa es el Mediterráneo y los implicados están enredados en muslo ajeno como pulpos. Milena Busquets se preguntaba, «no sé si hacemos más cosas por amor o por aburrimiento. Por aburrimiento besamos al primero que pasa para no adormecernos. Inventamos historias porque las que vivimos nosotros casi nunca son suficientes [...] ¿Y por amor? Por amor soportamos el aburrimiento».

'El amor dura tres años', de Frédéric Beigbeder, nos aclara más: «Un mosquito vive un día; un gato, trece años. El amor, tres. Primero hay un año de pasión, luego un año de ternura y, finalmente, un año de aburrimiento. El primer año, uno dice: 'Si me abandonas, me mato'. El segundo: 'Si me abandonas, lo pasaré muy mal pero lo superaré'. El tercero: 'Si me abandonas, invito al champán'. Algunos amores deberían ser la historia de un fin de semana. Miren a Pla, pasó con Lilian Hirsch, en el verano de 1932, unos días. Ocho. «¿Qué buscamos aquí que no tengamos en casa?», preguntaba Kristin Scott Thomas a Hugh Grant en 'Lunas de hiel'. Esa delgada línea entre lealtad y fidelidad. Acabo coincidiendo con Màxim Huerta, «nunca vuelve quien se fue, aunque regrese». Entonces, si aún duda mirándole a los ojos, siga otro clásico, diga como Yocasta a Edipo: «Mejor no sigas indagando».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios