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Miércoles, 14 de marzo 2018, 12:53
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En entrevistas realizadas por el antropólogo Goldstein para su libro, pobladores de barriadas pobres de Bolivia revelan la confusión -probablemente deliberada- que existe entre linchamiento y justicia comunitaria.
En la localidad de Mineros San Juan, cuenta una mujer que se robaban garrafas (bombonas de gas) a «señoras humildes». Dieciséis viviendas fueron allanadas por el ladrón. «Gracias a Dios le han agarrado con las manos en la masa y ¿qué es lo que han hecho los vecinos? Lo único que podemos hacer: justicia comunitaria. Le echaron gasolina y lo incendiaron».
Otro hombre, de la localidad de Juan Pablo II, explica cómo proceden para evitar la impunidad de los ladrones. «Agarramos a un supuesto ratero, la Policía lo recoge y después de unos pasos lo larga y el ratero se va riendo. Es por eso que tenemos esta idea de la justicia comunitaria. Es mejor agarrar al ratero y quemarlo».
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