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«Disparos y un grito desesperado» en el pantano donde mataron a Paula y Marc

En la zona en la que aparecieron los cuerpos de la pareja suele haber pescadores furtivos que ya han amenazado a los lugareños y grupos de gente marginal

M. Ripoll

Viernes, 29 de septiembre 2017, 12:15

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El pasado martes eran localizados en el pantano de Susqueda (Girona) los cuerpos de los dos jóvenes desaparecidos el pasado 24 de agosto. Los investigadores tienen sumamente claro que fueron brutalmente asesinados y que, posteriormente, desnudos por completo, lanzados al agua en una zona de difícil acceso con mochilas cargadas de piedras con la intención de que no salieran a flote. Ambos presentan signos de violencia notorios. Paula Mas, de 21 años, tenía una fuerte contusión en la cabeza además de al menos un orificio causado por un arma de fuego. No ha trascendido si se trata de una pistola, un revólver o un rifle.

Los investigadores de la Unidad de Personas Desaparecidas de los Mossos d’Esquadra interrogaron a una persona que se encontraba en el pantano el día en el que se perdió la pista a la pareja. Confesó haber escuchado a lo lejos una pelea, llegando a oir gritos y varios disparos. El testimonio apunta, en primer lugar, a «una ráfaga de tres o cuatro disparos, luego un grito desesperado y un último disparo», detallan fuentes próximas a la investigación. Después, llegó el silencio.

Hoy se desconocen las causas de este doble crimen. Quizá vieron algo que no debían. Quienes suelen visitar la zona afirman que se han llevado algún susto casual al coincidir con pescadores furtivos, los cuales han llegado a proferir amenazas. También se señala a la existencia de personas marginales en lugares próximos y la celebración de fiestas ‘raves’ en masías del entorno.

Lo que sí parece quedar descartado es que el homicidio se viese motivado por un robo. El Opel Zafira con el que accedieron al lugar apareció hundido a siete metros de profundidad. En su interior se encontraron enseres personales, documentación y alguna ropa.

Todo está siendo un gran misterio. No se descarta que Marc Hernández, el joven de 23 años de Arenys de Munt, recibiese varios disparos en lugar de puñaladas -como se llegó a apuntar en un principio-, o quizá ambas. La autopsia lo determinará. Su cuerpo fue localizado completamente desnudo y flotando no muy lejos de la orilla del embalse, emplazamiento al que pudo llegar por el movimiento del agua. Tenía una mochila enredada entre sus brazos. El asesino o los asesinos colocaron la mochila con sus pertenencias y con una piedra de grandes dimensiones en su interior para que no saliera a la superficie. Por su parte, el cuerpo de Paula se encontró fuera del agua. Las autoridades creen que su cadáver salió a la superficie por el descenso del nivel del pantano. También estaba desnuda. Las sospechas apuntan a que también se llevó a cabo una práctica idéntica con ella con otra mochila y otra piedra, pero no se han encontrado por ahora.

Pese a que los encargados del caso tienen claro que los cadáveres corresponde a Marc y Paula pese a llevar un mes en el agua, la autopsia practicada en el Instituto de Medicina Legal de Girona y que concluyó ayer no ha conseguido determinar la identidad. Fuentes cercanas a la investigación explicaron que ahora será la policía científica de los Mossos quien se encargará de confirmar la identidad mediante pruebas como las de ADN.

Las cámaras de seguridad dieron las últimas pistas con vida de los jóvenes, cuando visitaron un cajero automático de La Caixa en La Cellera de Ter -a 12 kilómetros del pantano-. Los investigadores confían en poder tener más pistas sobre los coches o personas que estuvieron en la zona el fatídico día de la desaparición de Marc y Paula o incluso saber si alguien interactuó con la joven pareja.

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