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Un ejemplo clásico de mal desayuno: un café y una pieza de bollería
Desayunar poco o nada duplica las posibilidades de desarrollar aterosclerosis

Desayunar poco o nada duplica las posibilidades de desarrollar aterosclerosis

Según un estudio dirigido por Valentín Fuster y el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos II

F. OLMOS

Jueves, 16 de noviembre 2017, 12:14

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Que el desayuno es la piedra angular de una buena alimentación es algo que se nos ha repetido una y otra vez durante los últimos años. Sin embargo, un elevado tanto por ciento de la población sigue con unos malos hábitos alimenticios en este sentido y con el «yo un café y fuera» o «como máximo pillo un par de galletas o algo», bajo la excusa de que «a mí es que por la mañana no me entra nada». Sin embargo una nueva investigación, con la firma del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos II que dirige el reconocido cardiólogo español Valentín Fuster, no sólo insiste en el enorme valor nutricional de la primera comida del día, sino que demuestra que saltársela duplica el riesgo de infarto, tanto cardíaco como cerebral.

Desayunar poco o nada duplica las posibilidades de desarrollar aterosclerosis, la enfermedad desencadenante de la mayoría de accidentes cardiovasculares. No es un dato a tener en cuenta sólo por personas de cierta edad ya que, como recuerdan los investigadores, dicha patología es el resultado de pequeñas acciones que empiezan a repercutir desde la infancia, cuando los niños van a la escuela habiendo roto el ayuno nocturno con tan sólo un vaso de leche y colacao y quizás una o dos galletas. Dicho comportamiento alimenticio influirá de manera decisiva en su rendimiento escolar y en su futura salud. Además es un condicionante. Si no se desarrollan buenos hábitos alimentarios desde pequeño después es más difícil adquirirlos.

Hablando en cifras concretas, un primer alimento que contenga menos del 5% de las calorías diarias recomendadas (unas 100 para una ingesta de unas 2.000, en el caso de un adulto, claro) duplica el riesgo de que las arterias se recubran de placas de grasa. Según los resultados del estudio, de los 4.000 participantes un 20% acostumbraba a tomarse un desayuno con alto valor energético (20% de las calorías diarias), el 70% hacían un desayuno de bajo valor energético (entre el 5% y el 20% de calorías diarias recomendadas), y un 3% desayunaba poco o nada.

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