3 claves que casi nadie tiene en cuenta al comprar un coche nuevo

Muchas veces, los coches “entran por los ojos”. Los compradores suelen fijarse más en aspectos externos como el color, el maletero, el diseño, etc. Sin embargo, es vital revisar cuáles son las tecnologías de seguridad que incluye el automóvil. Por ejemplo, es muy importante, tal y como advierten desde HTMBoxes, fijarse elementos como aviso de cambio de carril involuntario, control de crucero adaptativo, detector de fatiga y somnolencia, sistema de frenada autónoma de emergencia, sistemas de visión nocturna, alerta de tráfico cruzado (ángulo muerto) o llamada de emergencia E-CALL (será obligatorio en abril 2018).

Del mismo modo, es básico cuestionarse qué tipo de uso se le va a dar al vehículo. Esto es clave a la hora de poder calcular el consumo. Si se compra el coche para circular por la ciudad y realizar trayectos cortos, la mejor opción es adquirir un gasolina. En este punto otra buena opción es optar por un automóvil eléctrico o híbrido. Además, existen ayudas públicas para su compra. También hay que tener en cuenta que, si bien antes se visualizaba a este tipo de automóviles como utilitarios de poca potencia y autonomía, esto ya ha cambiado y los nuevos modelos ofrecen mejores prestaciones. Sin embargo, si el objetivo es recorrer grandes distancias, lo lógico sería optar por un motor diésel (esto cada vez es más discutible), pero siempre teniendo en cuenta que el coste de mantenimiento de este tipo de coches es más alto.

Al igual que es necesario plantearse para qué se va a utilizar el coche, es también importante reflexionar sobre qué es lo que se va a transportar en el coche y a quién. Es decir, si se va a viajar en familia, solo, por trabajo o con la pareja. Muchos compradores se dejan deslumbrar por modelos deportivos de líneas definidas sin tener en cuenta que luego no van a tener el suficiente espacio para el fin último de la compra del automóvil.

Aunque también, en ocasiones, ocurre todo lo contrario y aplican el “ande o no ande, caballo grande” y se declinan por las versiones más voluminosas ignorando los inconvenientes asociados a estos modelos: mayor consumo, limitación de aparcamiento, etc.