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Una pareja de cigüeñas anida en una iglesia. Miguel Herreros
Se alimentan en los vertederos y se ahorran el viaje

Se alimentan en los vertederos y se ahorran el viaje

Martes, 31 de octubre 2017, 11:02

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La llegada de las cigüeñas era un acontecimiento en los pueblos castellanos. Estas cicómidas cruzaban el Estrecho de Gibraltar y atravesaban el Sahara hasta encontrar saltamontes y otros insectos con los que alimentarse y solo regresaban a la Península Ibérica para la cría. Las cigüeñas no migraban por el frío -su plumaje le permite aguantar bajas temperaturas- sino por el alimento, como se ha demostrado en los últimos años, cuando ya se ha convertido en algo habitual ver a estas zancudas en pleno invierno.

El principal motivo de este cambio ha sido la proliferación de vertederos por toda España, donde encuentran comida en abundancia que les permite ahorrarse el largo viaje transahariano. Las cigüeñas vuelan aprovechando las corrientes térmicas -las elevan y luego, desde lo alto, planean-, que escasean en el Estrecho de Gibraltar. Esto supone un gran esfuerzo para estas aves. Algunos ejemplares sí hacen una breve migración hasta las marismas del Guadalquivir y los regadíos de las vegas altas del Guadiana. Hace treinta años era una especie amenazada y en 1994 se contaron 6.753 parejas, pero en 2004 ya había más de 30.000 y hoy en día abundan en Castilla y León, Extremadura y hasta en Galicia.

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