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José María Marín, a la izquierda, ayer en la Floristería San Francisco. Pablo Sánchez / AGM
Rosas y claveles para el día grande

Rosas y claveles para el día grande

Los fieles esperan a última hora para llevarse los ramos de las floristerías, donde los venden a precios que van de 4 a 6 euros

RUBÉN SERRANO

CARTAGENA

Viernes, 23 de marzo 2018, 03:38

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Ramos elegantes, tijeras en mano para cortar las espinas de las rosas y centros de diferentes colores en forma de abanico. Si hay días señalados en rojo en el calendario de las floristerías, no cabe duda de que el Viernes de Dolores es uno de ellos, con el permiso de Todos los Santos y San Valentín. Al menos ese es el sentir de los propietarios de estos establecimientos en el casco histórico, desbordados de encargos por la ofrenda floral a la Patrona, la Virgen de la Caridad, que se celebra esta tarde.

Así lo comenta Javier Vera, empleado de la floristería Campos Garden, en la calle del Aire. «Es un día muy bonito, y también uno de los más duros del año», dijo ayer a 'La Verdad' tras el mostrador, mientras terminaba de decorar con lazos un centro colorido y variado. Ahora lo que se lleva, contó, «son los encargos», listos para colocar en la fachada de la iglesia. «Esta semana, Cáritas nos encargó unos centros, y ya los tenemos listos para que vengan a recogerlos. Ahora me han llamado del Coto Dorda, que quieren otro para mañana [hoy para el lector]». El precio ronda los 40 euros y puede hacerse con flores primaverales y de tonos suaves, como las anémonas moradas (color marrajo) y las begonias rosas.

  • 4 € es el precio medio de media docena de claveles blancos y rojos, los más demandados.

  • 30 € es el precio mínimo de los centros, que puede subir a 60 en función de la variedad de sus flores.

Sin envolver

Pero los vecinos que va a honrar a la Patrona hoy depositando ramilletes en el templo tienen un perfil más clásico: no buscan una planta voluminosa, sino vistosa y, sobre todo, económica. De ahí que el clavel gane la partida por goleada. «Todos los años es la que más se llevan», aseguró Vera.

El pedido más solicitado es el de un ramillete básico de claveles blancos, sin envolver y sin lazos. «El precio normal de media docena, que es lo que más se vende, sale por 4 euros» en Campos Garden. Aquí las mantienen a remojo, y procuran mantener el establecimiento aireado para que entren los rayos de sol por las ventanas.

Mucha faena también tenían en la Floristería San Francisco, ubicada en la esquina de la calle Cuatro Santos con la Plaza de San Ginés. «En la basílica nos han hecho varios encargos, para que decoremos la fachada con rosas blancas y rojas», explicó el dueño, José María Marín, que estuvo ultimando la decoración con dos empleados hasta casi entrada la madrugada.

Menos flores por el frío

Los ramos sueltos, dependiendo del tallaje, cuestan aquí «una media de 6 euros», mientras que los centros varían su precio en virtud de la variedad, la cantidad y los colores, «desde 30 hasta 60 euros». Según este comerciante, el precio del resto de flores «está al alza, porque en invierno ha hecho frío y hay poca producción. Se ha acercado poca gente. Las asociaciones de vecinos compran en sus barrios, y por aquí en el centro vive muy poca gente, no ves ambiente hasta el mismo día», apuntó.

También siguen esa línea en la Plaza de Juan XXIII, donde mantienen la esperanza y esperan que las ventas suban algo más a lo largo de esta jornada. Ginés García, de la floristería Bambú, tiene claro que el beneficio que van a obtener va a ser «mínimo», salvo sorpresa, porque la media docena de claveles también sale a 4 euros. «Hasta última hora no van a venir. Las familias dejan el coche aparcado por aquí, algunos pasan y solo compran una flor, para llevarla en el pelo, y de ahí se van directos» a la calle Caridad.

Productos directos de Cehegín, Colombia, Israel y Haití

El producto estrella en los escaparates de las floristerías del casco histórico es el clavel, cuya media docena cuesta 4 euros. Algunos establecimientos, como el Huerto La Campana (presente en Santa Lucía, San Antón y Los Dolores), apuestan por tener surtidos de esa flor de varios colores, la mayoría de fuera de España. «Tenemos producto nacional, pero cuando se acaba, tiramos de Holanda y Colombia, que tiene mucha calidad», explicó José Ovejero. Las ventas hasta ayer, añadió, fueron «flojas». En la calle Cuatro Santos, José María Marín tiene producto de Haití, Israel y Colombia, mientras que en la Plaza de Juan XXII, «casi todos» los claveles de la floristería Bambú «los traen de Holanda», y otra tanda de Cehegín. Según su propietario, Ginés García, han vendido «muy pocos gladiolos por el frío; está muy caro y no podemos subir demasiado el precio».

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