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Una farmacia del centro de Vitoria.
Las farmacias reniegan de los cigarrillos electrónicos

Las farmacias reniegan de los cigarrillos electrónicos

Aseguran, al igual que los neumólogos, que este producto debe venderse en tiendas especializadas y que carece de los estudios "que demuestren su seguridad"

Daniel Roldán

Domingo, 30 de agosto 2015, 07:34

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La venta de cigarrillos electrónicos en las farmacias españolas solo tiene, por el momento, un defensor: el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. El borrador que prepara el departamento de Alfonso Alonso para adecuar la normativa europea a la nueva directiva sobre el tabaco incluye esta decisión que no ha gustado a nadie. Si la semana pasada dos agentes antagonistas como la Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico y la Comisión Nacional para la Prevención del Tabaquismo se mostraban contrarias a este planteamiento -quieren que se venda en estancos o tiendas especializadas-, ahora se les ha unido los farmacéuticos y los neumólogos.

La Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) asegura que el cigarrillo electrónico es un producto que no se puede recomendar para dejar de fumar. Faltan estudios que avalen tanto su efectividad como la completa inocuidad de sus componentes, sobre los que no hay información suficientemente transparente, comenta en un comunicado esta sociedad que aglutina a más de 3.000 asociados. Además, incide en que la Organización Mundial de la Salud prohíbe que se haga publicidad de estos productos como elementos que ayudan a dejar de fumar. La venta de cigarrillos en farmacias no es propio de los servicios que caracterizan un centro sanitario como la farmacia comunitaria, apunta.

En el mismo sentido se expresa la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). Hasta el momento no hay evidencias científicas de que el cigarrillo electrónico sirva para dejar de fumar, afirma el doctor Carlos Jiménez, director del programa de investigación del tabaquismo de Separ. Por este motivo, indica el neumólogo, no debería permitirse su venta en farmacias y parafarmacias.

Para el Separ, solo se podría vender en estos establecimientos si los fabricantes de este tipo de productos, que comenzó a aparecer como tratamiento para los fumadores en China en 2003, presentasen la suficiente información científica que demostrase claramente que sus dispositivos son eficaces y seguros para ayudar a dejar de fumar. Además, esta sociedad científica espera que el Ejecutivo modifique en profundidad el real decreto e incluya medidas encaminadas a que los fumadores dejen este hábito.

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