Borrar

2014, el año de la indignación

ALBERTO AGUIRRE DE CÁRCER, DIRECTOR DE LA VERDAD

Domingo, 28 de diciembre 2014, 20:32

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En el anuario de 2013 de 'La Verdad' este artículo llevaba por título 'Un turbulento año de transición'. Todo indicaba que 2014 iba a ser el año de la recuperación, pero finalmente fue el de la indignación porque, por encima de los signos de mejoría en la evolución de la economía que recalca el Gobierno de Rajoy, prevaleció la desconfianza ciudadana en las instituciones y en los partidos mayoritarios por el pestilente reguero de casos de corrupción. Lo peor parece haber pasado, según las grandes cifras macroeconómicas, pero a pie de la calle la interminable crisis económica y social dejó, junto a un repunte del empleo, más desahucios, pobreza y desigualdad. La imagen que nos devuelve el espejo es la de una sociedad que recuperó crédito exterior y da muestras de que es capaz de salir adelante, aunque empobrecida y aún asfixiada por índices de desempleo inaceptables. Y harta, muy harta, de corruptelas, de comportamientos amorales en algunas cajas rescatadas con dinero público, de cuentas en Suiza de ilustres políticos, del relativismo con los comportamientos poco ejemplares... La brecha entre los ciudadanos y las élites del poder político y económico alcanzó su punto álgido en 2014 y eso explica la meteórica irrupción del fenómeno 'Podemos' en todo el territorio, incluida la Región de Murcia, donde hace meses esa nueva formación ya era la tercera en intención de voto. Agarrada al salvavidas de las exportaciones agrícolas y de una mejoría del turismo, la Región sigue lastrada por su débil modelo productivo y por unas cuentas públicas marcadas por una deuda de más de 6.600 millones de euros y de un déficit cuya contención se antoja ya imposible sin un nuevo modelo de financiación autonómica. Aunque las últimas cifras indican un repunte del crecimiento y del empleo, la pobreza y la desigualdad están en cotas insufribles. Mientras, los grandes problemas estructurales (el déficit hídrico de la cuenca y la ausencia de infraestructuras modernas que nos conecten con el exterior) siguen ser resueltos. Ni llegó el Plan Hidrológico Nacional, como prometió el PP, ni se eliminaron las incertidumbres sobre el agua que causan zozobra al sector agroalimentario. Fue un año perdido, otro más, para el proyecto del aeropuerto de Corvera y solo la llegada del AVE parece al alcance de la mano, aunque de forma muy diferente a como prometió el Ayuntamiento de Murcia. Los casos judiciales que implican a líderes del PP marcaron un año donde una y otra vez fueron noticias los casos Novo Carthago, Roblecillo, Púnica, Umbra... Con la marcha de Valcárcel a Bruselas, el Ejecutivo de Alberto Garre trató de reaccionar con una nueva ley de transparencia y un estatuto del cargo público, pero mucho más tendrá que hacer para recuperar la confianza de una ciudadanía que ansía trabajo y una regeneración de la vida pública que no termina de llegar.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios