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El rapero sevillano Toteking, que actúa este viernes en la Sala REM de Murcia.
Toteking: «El rap sin sinceridad es puro ejercicio, filigranas y estilo»

Toteking: «El rap sin sinceridad es puro ejercicio, filigranas y estilo»

El rapero sevillano presenta su nuevo disco, 'Lebron', con el que reflexiona con contundencia sobre su trayectoria personal y profesional

ALBERTO FRUTOS

Viernes, 16 de febrero 2018, 13:12

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Rozalén, una de las colaboradoras ilustres que podemos encontrar en 'Lebron', el nuevo trabajo de Toteking, canta en 'Gente tóxica' una de esas líneas que sirven para recoger toda la esencia de una obra: 'No existe un todo sin un caos, no hay subida sin bajada. En este estado de tristeza, mi creatividad se dispara'. Y ahí está la clave. Son poco más de veinte palabras que condensan, disparando al mismo centro de la diana, todas las causas y consecuencias de un disco donde el rapero sevillano vuelve a enfrentarse a sí mismo con la ayuda del verso disfrazado de tigre rabioso. Un animal desatado que, en pleno estado de furia, adquiere conciencia de su vulnerabilidad, decidido a pisar los cristales de los espejos rotos que siempre ofrecen un reflejo invisible, espejismo de una realidad que alcanza su auténtico poder cuando el dolor comienza su contradicción hasta resultar sanador. Hay denuncia social, quejas en voz alta, poesía desbordante de ingenio e incendios, a partes iguales, pero lo que termina pesando más en 'Lebron' es la capacidad de su autor, con todas las letras, para diseccionar los errores del pasado, las facturas por pagar, el infierno acorralado por todos los paréntesis que caben en tres años, y el camino que lleva hacia ninguna parte, un lugar en el que no siempre hace tanto frío como puede parecer. Un disco repleto de artistas invitados y productores entregados a la causa que, y aquí reside su virtud más importante, suena a equilibrio en medio de los restos del naufragio. El tiempo dirá en qué lugar se sitúa dentro de una trayectoria repleta de trabajos inspirados, pero, aquí y ahora, 'Lebron' suena a triple sobre la bocina, a victoria desde el impulso, a ladrido detallado desde la transparencia. Hablamos con Toteking para conocer cómo ha sido el proceso de creación del disco y su visión sobre la situación actual del rap en España, sus sueños de infancia y las lecciones aprendidas desde el agujero de la decepción.

  • Cuándo Viernes 16, a las 22.30 horas Dónde: Sala REM Cuánto: 12 /15 euros

-Tras escuchar 'Lebron' numerosas veces tengo la sensación de que se trata, y perdón por el tópico, de su disco más maduro hasta la fecha. Para alguien tan autocrítico como usted, ¿qué sensaciones le despierta? ¿Cree que ha logrado todos los objetivos que se había planteado con él?

-Tengo 39 años, si el disco no fuera maduro tendríamos un problema (risas). La verdad es que no sabría decirte todavía lo que he logrado con el disco, ahora mismo está demasiado reciente, lo he vomitado todo y así ha quedado. Con el tiempo lo veré mejor.

-¿La honestidad brutal crece con el paso de los años? ¿De qué manera cree que influye el paso del tiempo a la hora de desnudarse en una canción?

No queda otra, cuando eres un crío tienes otras ventajas, cuando te haces más mayor y pierdes a seres queridos te das cuenta de lo tremendamente corto que es este paseo. Al final, ser honesto es casi una cuestión de honor, no se puede mentir a la gente.

-Ahora que lo menciona, ¿de qué manera ha influido la pérdida de su padre en el proceso de composición de estas canciones?

-Llevaba tres años malísimos, demoledores, y cuando encima mi padre se nos fue, ya pensé que nada en mi vida podía ir a peor. Toqué fondo emocionalmente, estuve realmente destrozado estos tres últimos años de mi vida. Sin embargo, creo que he conseguido reponerme dignamente y acabar el disco. Sin duda, la pérdida ha influido al tono del disco, me ha hecho luchar y abrirme.

-Después de todo, ¿en qué quedaría el rap si le quitamos la sinceridad?

-En puro ejercicio, filigranas y estilo. Que, ojo, también mola.

-En términos puramente musicales, encontramos también un gran número de productores que han participado en 'Lebron', un elemento que, en cualquier caso, no resta ni un ápice de fuerza a la sensación de conjunto que transmite el disco. ¿Hasta qué punto se puede encontrar esa libertad de movimiento dentro de un trabajo conceptual?

-Trabajar con distintos productores es casi lo que más me gusta de mi trabajo. Cada tipo interpreta la música a su manera, se notan las diferentes manos. Algunos destacan por los bombos y cajas que usan, otros son genios encontrando samples, otros tienen un sonido completo gordísimo... A mí me apasiona buscar productores y mezclarme con ellos.

-En el disco también analiza en cierto modo su pasado artístico. De hecho, habla de una manera bastante dura de 'El lado oscuro de Ghandi', señalando que le parece su peor trabajo hasta la fecha. ¿Suele ser muy duro consigo mismo a la hora de evaluar su propia obra?

-Sí, suelo odiarme con fuerza durante todo el año.

-¿Cuál fue la mayor lección que sacó de aquella etapa de su carrera?

-Que no se puede grabar un disco borracho en casa de un colega durante los huecos que quedan entre concierto y concierto.

-¿Qué les diría a todas esas voces que apuntan a cierto inmovilismo y comodidad dentro del género del rap español?

-Que se van a morir antes de lo que creen, y que si acaban sus vidas sin haber arriesgado nunca en nada van a dejar un triste legado. Los que tengan hijos transmitirán ese miedo a los hijos, y así contribuirán a que haya más miedicas en el planeta. La vida son dos días, los artistas deben mojarse, ser valientes, opinar de política, actuar.

-¿De qué manera entiende usted la competitividad dentro del rap de nuestro país?

-Puro ejercicio de estilo. Me encanta, no entiendo este oficio sin eso. El rap tiene dos caras: el contenido que, a ser posible, debe ser original e interesante, y el vacile y la competición que, a ser posible, debe ser ácida e ingeniosa.

-¿Cree que aquel chaval que soñaba con ser escritor tendrá la oportunidad de ver su deseo cumplido en el futuro?

-Se es escritor siempre que no se escriba para alimentar al lector pasivo. Cualquier autor que convierta al lector en escritor cuando éste está leyendo su obra, ya ha conseguido su objetivo. Espero explicarme. Hoy en día, por desgracia, los 'autores' alimentan al lector pasivo con charadas lineales, predecibles, de estilo pésimo y tramas góticas. Todo esto aniquila al pensamiento, como bien he aprendido del grandioso Enrique Vila-Matas. Por desgracia, esa es la línea que siguen las editoriales de hoy en día.

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