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La habitación roja.
«La música sirve como refugio para gente que siente lo mismo que tú»

«La música sirve como refugio para gente que siente lo mismo que tú»

La banda valenciana La Habitación Roja presenta las canciones de 'Sagrado corazón', su última oda al romanticismo y la melancolía

ALBERTO FRUTOS

Viernes, 22 de septiembre 2017, 23:18

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La Habitación Roja lanzó una moneda al aire hace tres años y salió del lado del corazón. Sagrado, con sus dosis inevitables de espinas y nostalgia otoñal, pero corazón. Incluso después de las celebraciones con motivo de sus veinte años en el mundo de la música, la banda valenciana no se dejó caer sobre la almohada de medallas obtenidas por sobrevivir y entregó una nueva colección de canciones que animaban al entusiasmo. Principalmente porque aquel disco, 'Sagrado corazón', y aquí vienen las mejores noticias, conseguía que ese ansiado equilibrio entre luces y sombras pareciera fácil de alcanzar, confirmando nuestras sospechas de estar ante un grupo por encima de la media. Hablamos con su líder, Jorge Martí, durante un paréntesis de la grabación de su próximo disco.

  • Cuándo Sábado 23, a las 23.30 horas

  • Dónde: Sala REM

  • Cuánto: 5 /12 euros

-Vuestro último trabajo, el estupendo 'Sagrado corazón', parece casi una celebración condensada en diez temas que podrían representar perfectamente cada una de las caras que habéis ido mostrando a lo largo de vuestra carrera. ¿Nace con esa intención?

-Creo que la música se va abriendo camino y te representa, así que de alguna manera cuando has terminado un disco te das cuenta de que refleja muchas de las vivencias que has experimentado mientras los componías y los preparabas. De alguna manera, reflejan tu tiempo, tu relación con la gente y con el mundo que te rodea. Todo queda al final expresado de una manera u otra en el resultado final. Ahora mismo, con el nuevo disco, sí que queríamos sonar y hacer cosas de manera diferente, cambiando el proceso de aproximarnos a las canciones. A partir de las 'demos' iniciales vamos desguazando las canciones y rehaciéndolas de nuevo buscando enriquecerlas a todos los niveles y salir de nuestra zona de confort.

-En alguna ocasión habéis citado como referentes directos en vuestro sonido a bandas con un sonido tan característico como The Byrds, The Beatles, Blur o New Order, pero me ha dado la sensación de que en 'Sagrado corazón' se han abierto puertas a otros discursos musicales como el género disco, con 'La deriva continental' y 'You gotta be cool' a la cabeza. ¿La evolución de La Habitación Roja se dirige hacia un terreno más bailable?

-No lo creo. Habrá momentos puntuales en los que el grupo pueda explorar ese tipo de géneros, pero no creo que el devenir del grupo vaya a ir por esos derroteros. Como te decía, ahora mismo estamos terminando el nuevo disco, que saldrá en la primera mitad de 2018, si no pasa nada, y he de decir que la paleta de sonidos se ha ampliado y hemos hecho un trabajo con muchísimos matices y, lo que es más importante, grandes canciones. Los músicos siempre decimos que lo último que hemos hecho es lo mejor, pero luego es el tiempo el que pone a cada disco en su sitio. Mi impresión es que hemos hecho un clásico. El tiempo dirá si estoy en lo cierto, pero yo tengo la convicción de que hemos conseguido algo muy especial.

-Otros de los guiños musicales que podemos encontrar en el disco es el de ese pop español tan característico de los años 60 y 70 representado por artistas como Los Brincos o Jeanette, muy presentes en temas como la maravillosa 'Al querer' o '24 de marzo'. ¿Lo consideráis parte de vuestra influencia?

-Sí, claro. Muchas de nuestras canciones tienen ese poso de canción melódica de esas dos décadas y los artistas que citas nos encantan. Digamos que es una parte muy importante de nuestra educación musical. Cuando éramos unos críos escuchamos mucho a cantantes melódicos que interpretaban obras maestras del pop español como Camilo Sesto, Nino Bravo, Julio Iglesias o Perales. Esa música que escuchas de niño te marca y te acompaña toda la vida.

-El amor, la nostalgia, la pérdida y el paso del tiempo son los pilares sobre los que se construyen las canciones de 'Sagrado corazón' y de alguno de vuestros trabajos más recientes como 'Universal' o 'Fue eléctrico' o 'La moneda en el aire'. ¿Cuánto tienen de autobiográfico y cuánto de observar con detalle lo que os rodea?

-Pues diría que tienen mucho de ambas cosas. Escribir es de alguna manera una forma de sacarme cosas de encima. Las cosas que te afligen, que te angustian, los momentos difíciles de la vida se convierten en canción y ese es el primer escalón para poder superarlos. Por supuesto, uno también intenta celebrar la vida y las cosas buenas que le pasan de modo que quede reflejado en las canciones, aunque he de reconocer que tal como reza el refrán, cantar los males hace que uno los espante. Muchas veces esa música sirve de inspiración y refugio para gente que siente lo mismo que tú. La gente que admiro como compositores hacen de cronistas de su tiempo y para eso uno debe tener un mundo propio y una gran vida interior que se nutra de la observación cotidiana de todo lo que nos rodea. Es en ese instante cuando empiezan a incubarse las ideas que acabarán convertidas en canciones.

-En estos tiempos que corren, ¿no os entran ganas de volver a escribir sobre temas más sociales o políticos? En algunos de vuestros primeros discos encontrábamos canciones relacionadas directamente con estos ámbitos.

-Yo ahora mismo no tengo ganas de hacer ese tipo de canción y no quiero forzarlo. Editamos en 2007 un disco que hablaba de lo que luego sucedería, 'Cuando ya no quede nada'. Aquel trabajo fue casi profético y estaba lleno de referencias sociales y políticas que han aparecido en muchas de nuestras canciones posteriores, a veces de manera sutil, otras de forma más explícita. Pero las nuevas canciones que hemos estado escribiendo hablan más de las relaciones humanas. No es que no me preocupe la situación política actual, pero me parece que uno tiene que dejarse llevar por sus sentimientos y hacer lo que le sale de forma natural. Y eso es lo que hacemos. En la actualidad también afloran temas como la incomunicación, la soledad, la enfermedad, el paso del tiempo, la falta de empatía, el egoísmo, el amor y la falta de mismo o el desgaste que el paso de los años va produciendo en las relaciones. Muchas veces hablo del contraste entre cómo éramos antes y cómo somos ahora, de lo que se ha perdido por el camino y de lo que se va encontrando.

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