Pepe Buitrago: «Admiro el expresionismo abstracto»

Reconoce que no se ha prodigado mucho como artista, pero ahí están otras series, como 'La metamorfosis del señor Samsa', 'La música de las esferas' o 'Los creyentes', que le han llevado muchos años de trabajo. «Quizá, más de veinte llevo haciéndolas». La labor de Buitrago siempre ha estado centrada en el mundo de las artes gráficas, porque toda su vida ha transcurrido trabajando con ordenadores. Lo singular fue cuando «sentí la necesidad de hacer también algo en sentido más artístico que el propio diseño. No tenía trastos para pintar, ni pinceles, ni lienzos, y, a través del ordenador, herramienta que manejaba y manejo habitualmente, quise buscar una salida a esa necesidad. Así fue como empecé a hacer cosas, que, a veces, no encerraban mucha intención, pero, poco a poco, me fui centrando, y sentí que entonces sí brotaban cosas que me interesaban, aunque como siempre sucede en estas situaciones, unas me parecían más acertadas y otras, que no lo son para nada. Por esto, hay muchas que he dejado en barbecho, a la espera de comprobar qué puede suceder después».

¿Cómo comprobó que surgían obras que le interesaban? «Para las que ahora expongo, realicé distintos proyectos. Hasta que noté que ya estaban terminadas, porque no admitían nada más. Es cierto que hago la pieza, la miro y hasta insisto; pero también me doy cuenta de que debe quedarse ahí, en lo que está. Otras veces, a cada pieza incorporo capas y capas, y noto que las admite, porque va mejorando, va creciendo. Todo esto lo dice la propia pieza».

Le preocupan menos las opiniones del espectador, porque «yo no vivo de esto, que para mí se trata de un 'hobby', un modo de evadirme y de pasarlo bien. Primeramente, hago lo que me gusta y me interesa; si, además, lo puedo compartir con la gente y le gusta, mejor todavía, sin mayores pretensiones que mi propia satisfacción, como ya me pasó con 'La metamorfosis del señor Samsa', otra serie que presenté hace años en Ceutí, que quedó muy bien y gustó mucho; pero, antes que nada, mi satisfacción personal, porque me doy fuerza a mí mismo».

En la exposición aparecen obras con similitudes a manchas en blanco y negro, y otras, como si estuviesen salpicadas de colores, diferencias que obedecen a que «están hechas con una intencionalidad. Cada obra tiene una significación muy directa, y está pensada con un sentimiento artístico. En general, diría que son formas, que voy haciendo y que, sobre la marcha, voy completando». Y, ¿por qué tanta diversidad y contrastes? «Tiene su explicación. Ahora he estado inmerso en otra serie diferente, a base de manchas negras, que, a diferencia de esta, ha estado un poco motivada por una situación familiar que me hizo cambiar el estilo. En esta última serie, para mí el color no existía, no podía existir. Diría que todo responde a un estado de ánimo, a esa situación personal. Se trata de pinceladas sobre lo que en cada momento puedo estar viviendo. En la exposición hay piezas negras, como si estuviese viviendo unos días de luto, en las que no me interesaba el color; pero también las hay con colores».

Pepe Buitrago se deja «muchas piezas en el trastero, muchísimas. Para sacer adelante esta serie, quizá habré hecho más de seiscientas. Las que no están expuestas siguen en el estudio. Es que, a veces, me gusta algo de una o de otra, pero no me agrada la obra en conjunto. Y, si no es así, prefiero archivarla. Puede ser que luego me enfrente de nuevo a ella y la recupere, pero también, abandonarlas para siempre».

¿Piensa que ha descubierto algo con la metodología del ordenador? «Desconozco si hay estudios hechos sobre esto, o si se trata de una metodología nueva de expresión artística. Mucha gente trabaja hoy con este tipo de sistemas y cada cual lo enfoca de una manera; por ejemplo, la fotografía, que se puede tratar de muchas maneras, manipulándola o haciendo 'collages'. Yo he usado el ordenador para confeccionar estas obras, con las que creo que puedo recordar la de los expresionistas abstractos, que es la que me gusta. Entonces, trabajo siempre enfocado hacia este camino. No se trata de una invención mía, pero sí busco dar a estas obras un toque creativo, porque sería demasiado 'fusilar' las de esos autores, en los que me recreo».