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Sanidad ordena la retirada temporal del anticonceptivo Essure

Sanidad ordena la retirada temporal del anticonceptivo Essure

El producto lleva años en el punto de mira y acumula cientos de denuncias por sus efectos secundarios

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Martes, 8 de agosto 2017, 16:33

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La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, ha requerido a la farmacéutica Bayer que suspenda temporalmente la comercialización de su anticonceptivo Essure y lo retire del mercado "al no disponer de un certificado de marcado CE en vigor". Asimismo, ha ordenado a los centros y profesionales sanitarios que dispongan del producto el cese en su utilización durante la suspensión del certificado, que tiene efecto desde el 3 de agosto de 2017 y durante un periodo de 90 días, hasta el 2 de noviembre de 2017.

A pesar de la suspensión temporal, la Agencia Española del Medicamento no considera necesaria "la retirada del dispositivo ni modificar las pautas de seguimiento de las personas portadoras" de este anticonceptivo permanente, un muelle que se implanta en las trompas de falopio y que "provoca una reacción de cuerpo extraño que produce la oclusión de la trompas". Asimismo, la AEMPS recuerda que "las pacientes que experimenten alguna sintomatología deben consultar con su médico".

Por su parte, la farmacéutica ha asegurado en un comunicado que "la suspensión no está relacionada con ninguna cuestión de seguridad o de calidad del producto", sino que responde a un retraso en los trámites para renovar el marcado CE, necesario para su comercialización en la Unión Europea. Bayer recalca asimismo que en ningún momento se cuestiona "la relación beneficio/riesgo del dispositivo".

Años en el punto de mira

Sin embargo, el anticonceptivo "estrella" de la farmacéutica alemana lleva años en el punto de mira y acumula cientos de denuncias por sus efectos secundarios. En España la polémica se intensificó en 2015, cuando una asociación formada por 240 afectadas (ahora reúne a cerca de un millar) exigió su retirada. Sus fundadoras, Angélica del Valle y Elena Fernández, recurrieron a la extirpación del útero para lograr la retirada del anticonceptivo, una decisión que tomaron tras un calvario de dos años de dolor, infecciones, inflamación abdominal y hemorragias continuas.

Según su relato, en 2015 había implantados en España 80.000 anticonceptivos de este tipo, por lo que las afectadas suponían un 0,3% del total, en muchos casos por la alergia al níquel, uno de los componentes del implante, aunque también se documentaron decenas de embarazos no deseados. A nivel mundial, con más de un millón de dispositivos implantados, la cifra de afectadas ascendía a 17.000. Unos datos que la compañía alemana justificó en su momento como dentro de la normalidad.

La decisión de Sanidad ha sido valorada positivamente por las afectadas, aunque Del Valle ha recordado en declaraciones a la revista Redacción Médica que "el objetivo es la retirada definitiva", como ha sucedido en países como Finlanda y Holanda, donde dejó de distribuirse en julio; o Inglaterra, que hará lo propio en septiembre; una decisión que la farmacéutica ha atribuido exclusivamente a "razones comerciales".

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