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Jueves, 7 de diciembre 2017, 08:46
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Marcos Legaz hizo las maletas con 14 años para cumplir un sueño: jugar en el Real Madrid. Brillaba en el Plus Ultra y su promiscuidad goleadora llamó la atención de muchos grandes equipos del fútbol español y extranjero como el Valencia, el Milan y el Nápoles, aunque él quería triunfar en el conjunto blanco. Así que este argentino de nacimiento (San Miguel, 1995) y murciano de adopción marchó para la capital de España con el fin de iniciar una carrera que prometía. Su adaptación a un club como el Madrid fue difícil. «Salí de casa con 14 años y no fue fácil. Yo era cadete y me costó arrancar. No era yo. Hasta que mi entrenador José Fernández me dijo que si seguía así, me iba para casa. A partir de ahí comencé a jugar y a marcar goles», asegura Legaz.
Y cuando llegó el primer tanto, vinieron todos los demás. En su primer año marcó 41 goles, 34 en el equipo cadete y 7 en el juvenil. En su segunda temporada, anotó 25 goles, ya en el juvenil B del club blanco. En sus dos siguientes temporadas, ya en el juvenil A, logró 18 y 17 goles, respectivamente. Y le llegó la oportunidad en el Real Madrid Castilla de Zidane. «Me conocía perfectamente. Yo había jugado con su hijo Enzo varios años. Confiaba en mí porque sabía bien quién era», asegura. Marcos Legaz ya había jugado cinco años con el equipo juvenil del Madrid en la UEFA Youth League, la 'Champions' de los juveniles.
Cuando estaba en su mejor momento y ya había marcado cinco goles con el Castilla del actual entrenador del primer equipo del Madrid, llegaron sus problemas en la espalda, que lo frenaron pese a que el club blanco confiaba plenamente en él e incluso lo había blindado con una cláusula de 20 millones de euros.
Lesión en el peor momento
«Solo pude jugar 5 partidos y me tuve que tirar casi toda la temporada en blanco. Después acabé mi contrato y me fui del Madrid. Lo peor fue que me fui lesionado. De no haber sido así, hubiera estado allí muchos años. Es una pena, porque estaba en mi mejor momento y me encontraba muy bien», asegura Legaz, que recuerda que Zidane mostró su lado más humano con él: «Siempre que nos encontrábamos me preguntaba cómo estaba, era muy atento».
Tras salir del Real Madrid llegó al Deportivo de La Coruña, en el que tampoco pudo desarrollar su mejor fútbol. «Sabían que estaba lesionado y me ficharon. Y me encontré muy a gusto. En el Deportivo estaba bien y valoro positivamente mi paso por aquel club. Me apoyaron siempre, no me arrepiento de nada».
Cumplió sus dos años de contrato en el club gallego, pero no remitieron sus problemas físicos. Además del de la espalda, sufrió problemas musculares en los isquiotibiales y en los aductores. Entonces decidió ponerse en manos de Chema Faraco y Juan Daniel Belmonte, fisioterapeuta y recuperador que trabajan en la Región y que han dado con la tecla. «El UCAM me dio la oportunidad de venir y recuperarme. Estoy trabajando muy bien y ya no tengo molestias. De esta manera, he podido jugar media hora en los últimos cuatro partidos. Quiero llegar a mi mejor nivel y tener la oportunidad de jugar en el primer equipo», asegura un Marcos Legaz que cumplió 22 años la pasada semana. «Tengo el sueño de llegar a Primera. Soy joven y me veo capaz de llegar. Conozco a compañeros que lo consiguieron con 26 o 27 años, solo necesito una oportunidad y creo que en el UCAM la voy a tener», dice el actual delantero del filial del UCAM.
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