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La rambla de la Parra, eje de vida en zona de 'badlands'.
Santuarios para la fauna

Santuarios para la fauna

Regulan ciclos hídricos, retrasan avenidas, son lugares con una elevada productividad, regulan el clima, actúan como filtros verdes capaces de depurar el agua que los atraviesa y conforman microclimas e islas de humedad que permanecen activas en el estío frente la aridez circundante.

PEPA GARCÍA

Viernes, 17 de junio 2016, 10:01

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Especies singulares como la nutria, la malvasía cabeciblanca, el fartet y el galápago leproso encuentran su hábitat ideal en estos territorios

Regulan ciclos hídricos, retrasan avenidas, son lugares con una elevada productividad, regulan el clima, actúan como filtros verdes capaces de depurar el agua que los atraviesa y conforman microclimas e islas de humedad que permanecen activas en el estío frente la aridez circundante. Precisamente por esta última función, los humedales son los santuarios para la fauna de la Región, espacios en los que la vida se abre paso y que se han convertido en el hábitat ideal de especies tan amenazadas como el pequeño fartet (pez de aguas continentales) y la malvasía cabeciblanca (ave acuática); endémicas como el galápago leproso (tortuga de la Península); o escurridizas como la nutria. Además, son lugares ideales para aprender a amar y a respetar la naturaleza.

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