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JUAN CARLOS HERNÁNDEZ
Viernes, 17 de junio 2016, 10:02
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La UE creará un fondo para reciclar los materiales tóxicos de los desguaces y sancionará a las navieras que desmonten sus navíos en playas del Tercer Mundo
La Eurocámara, en un mandato aprobado el 18 de abril, insta a la Comisión Europea a que aplique una tasa ambiental a los buques que recalen en puertos comunitarios. El propósito es financiar un fondo para el desguace de barcos en instalaciones autorizadas que cumplan con los requisitos ambientales de la UE.
Los astilleros españoles, incluido el de Cartagena, podrían beneficiarse de ello si son incluidos en la lista de desguazadores, que deberán elaborar las autoridades estatales.
El impuesto se aplicará a las embarcaciones que superen las 500 toneladas. Quedarán exentas tres categorías: las de menos de 500 toneladas, los buques del Estado y los de cabotaje. Para ferris se establecerá una rebaja similar a la del impuesto general de puertos.
La propuesta de la Eurocámara son tres céntimos por tonelada bruta. El importe podrá desembolsarse cada vez que se acceda a puerto (por ejemplo, en Cartagena entraron 1.758 navíos durante el año pasado, con un volumen total de 30,38 millones de toneladas), o bien se podrá abonar mediante una cuota anual. Si los propietarios depositan una garantía financiera para asegurar que usan un desguace respetuoso con el medio ambiente, sus buques quedarán exentos del pago.
La comisión parlamentaria que ha redactado el texto calcula que, cada año, barcos que suman 4.000 millones de toneladas brutas arriban a puertos comunitarios, por lo que la ecotasa recaudaría un mínimo de 120 millones anuales. Eso permitiría aplicar una prima de 75 euros por tonelada reciclada para una media de 1,6 millones de toneladas que las navieras europeas envían cada año al desguace. Con todo, el importe final de la ecotasa deberá ser decidido por la Comisión Europea.
El objetivo es asegurarse de que los navíos europeos -o de terceros países que recalan regularmente en puertos de la Unión- sean desmontados en instalaciones que cuenten con el visto bueno de la UE, incluso fuera de los límites de los Veintisiete. El fondo obtenido contribuirá a la competitividad de las instalaciones aceptadas por la UE para desguace, dado que, en la actualidad, la industria naval europea ya no realiza desmontaje de barcos.
El mandato de la Eurocámara exige que solo puedan acceder a ese fondo los buques que hayan enarbolado pabellones de la UE durante al menos los dos años previos a su retirada, para garantizar que no se recompense el cambio de pabellón en el último momento.
El texto reclama igualmente un registro obligatorio de los materiales peligrosos de las estructuras de los buques, que será exigible a los navíos extranjeros que atraquen en puertos de la UE. La resolución defiende la posibilidad de sancionar a los barcos que no porten ese catálogo. Asimismo, las navieras europeas que vendan mercantes para ser desmontados en países en vías de desarrollo serán multadas.
Más del 90% de los cargueros y petroleros con pabellones europeos son desguazados en Turquía, India, Pakistán, Bangladesh y China mediante el método conocido como 'beaching' o «varada voluntaria». Implica llevar a un buque lo más cerca posible de una playa para desmontarlo. A cambio de una paga miserable (entre 1,5 y 2,5 dólares diarios), miles de personas -muchas de ellas menores- desarman las piezas de acero con manos y pesados martillos, plancha a plancha, tornillo a tornillo.
Al peligro de trabajar sin ningún medio de seguridad se añade el hecho de que los barcos están fabricados con materiales tóxicos, con los problemas de salud que ello provoca, además de los vertidos al mar o a las marismas cercanas.
Negocio floreciente
El desguace mundial de buques se ha multiplicado por seis desde 2007 (de los 4,2 millones de toneladas anuales hasta los actuales 25 millones), debido a la retirada de los petroleros monocasco, la crisis y la incorporación de los supercargueros de contenedores, según los datos que adjunta la Eurocámara en su resolución.
Durante el período 2006-2015, al menos 5,5 millones de toneladas de materiales dañinos para el medio ambiente procedentes de buques desguazados acabarán en playas y marismas del Mediterráneo Oriental, Océano Índico y Pacífico.
Cada año llegan más de 700 grandes buques a las playas asiáticas para ser desmontados, según Greenpeace. Las más conocidas son las de Alang, Pipavav y Voradevou, en la India; Ganadi, en Pakistán; Chittagong, en Bangladesh; Aliaga, en Turquía, y Changjiang, en China. Cien mil personas trabajan en ellas.
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