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Calderas de biomasa similares a las que se instalarán en las experiencias piloto de la Región de Murcia.
Bullas y  Mula dan la 'alternativa'  a la energía renovable

Bullas y Mula dan la 'alternativa' a la energía renovable

Al mal tiempo económico, buena cara ecológica. El ahorro para el bolsillo en época de 'vacas flacas' es compatible con el desarrollo del medio ambiente.

MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ

Viernes, 17 de junio 2016, 09:37

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Los ayuntamientos de las localidades, en colaboración con el Gobierno regional, instalan calderas de biomasa que evitarán la emisión de unas 373 toneladas de CO2 al año

Al mal tiempo económico, buena cara ecológica. El ahorro para el bolsillo en época de 'vacas flacas' es compatible con el desarrollo del medio ambiente. Así lo entienden los ayuntamientos de Mula y Bullas que, junto a las direcciones generales de Medio Ambiente y de Desarrollo Rural, lideran la apuesta de las administraciones públicas por la biomasa como energía limpia y generadora de empleo.

Gracias a un convenio de colaboración entre la Comunidad y el Consistorio de Mula, se sustituirán las viejas calderas de gasoil en los colegios públicos del municipio Anita Arnao, Santo Domingo y San Miguel por otras de biomasa para la generación de calor y agua caliente. También se reemplazará la caldera de gas de la piscina municipal climatizada de Bullas. La iniciativa supone una inversión que se amortizará en poco tiempo, puesto que contribuirá a reducir el consumo energético, lo que se verá reflejado en la factura eléctrica, además de disminuir la emisión de gases de efecto invernadero.

Con la instalación de las calderas de bioenergía se dejarán de emitir 372,9 toneladas de CO2 al año, de manera que en la próxima década se evitará lanzar a la atmósfera un total de 3.729 toneladas.

De acuerdo a los precios actuales de los combustibles fósiles, el coste de producción de cada kilovatio-hora (kWh) térmico se encuentra en torno a 9 céntimos, en el caso de utilizar gasóleo, y entre 7 y 8 céntimos si se usa propano. Solo si se utiliza gas natural se podría reducir hasta los 6,5 céntimos por kWh. Sin embargo, no todos los municipios de la Región tienen acceso al gas natural, por lo que se ven obligados a tener costes energéticos altos.

La solución planteada con calderas de biomasa reduce el gasto hasta valores entre 4 y 5 céntimos por cada kWh, lo que hace que sea la tecnología más rentable y que los plazos de amortización de las instalaciones sean reducidos. Así pues, con la sustitución de las calderas en Mula y Bullas, a los beneficios ambientales hay que añadir el ahorro económico en combustible, que se estima en 678.918 euros durante los próximos diez años.

«La biomasa no es una energía para el futuro, se trata de una realidad que compite directamente con los combustibles fósiles como el gas y el gasoil no solo en protección del medio ambiente, sino también en costes», explica Roque Pérez, técnico de la Dirección General de Medio Ambiente y uno de los responsables del proyecto, quien destaca que el aprovechamiento ordenado y responsable de las leñas y maderas de los montes arbolados representa «un catálogo de beneficios y oportunidades económicas, ambientales y sociolaborales». Asimismo, señala que esta experiencia piloto tendrá un «carácter ejemplar» para los ciudadanos y agentes privados, además de para su utilización en otros edificios públicos de gran consumo energético, como hospitales.

Impacto positivo

La biomasa es una energía renovable y limpia. Tiene un balance neutro en emisiones de CO2 porque en su combustión libera a la atmósfera la misma cantidad de dióxido de carbono que absorbe en su crecimiento la planta, todo lo contrario de lo que ocurre con los combustibles fósiles. Por ello, no contribuye al efecto invernadero, como sí sucede con el gas o el petróleo.

Igualmente, Pérez señala que su uso puede tener un impacto positivo en el patrimonio forestal de la Región, pues permitirá reducir el riesgo de incendios forestales y plagas, mejorar las rentas cinegéticas y pastorales, el control de la erosión superficial e incrementar la diversidad biológica de las especies de flora y fauna.

Otra ventaja de este recurso energético ecológico es que se trata de un producto que se produce de forma local, lo que contribuye a disminuir la dependencia exterior española de los combustibles fósiles. Además, la recogida, transporte y tratamiento de biomasa genera nuevas oportunidades de empleo en las zonas rurales.

Con el objetivo de impulsar la obtención de energía renovable a partir del aprovechamiento de la biomasa forestal, la Consejería de Presidencia, por medio de la Dirección General de Medio Ambiente, lidera y participa en el proyecto europeo 'Proforbiomed' (Promoción de la Biomasa Forestal en el Mediterráneo). Esta iniciativa innovadora está dirigida a aumentar las oportunidades de desarrollo y uso de la biomasa para la creación de una cadena energética sostenible.

Para ello, un total de 18 socios de seis países europeos de la cuenca Mediterránea (España, Portugal, Francia, Eslovenia, Italia y Grecia), liderados por Murcia, están poniendo en marcha un amplio número de experiencias piloto para garantizar el aprovechamiento sostenible de los montes mediante el uso de la energía renovable.

La elaboración de planes de gestión forestal sostenible de montes públicos, así como proyectos de viabilidad de pequeñas calderas para producción de calefacción y agua caliente en edificios públicos son algunas de las iniciativas que se están fomentando en la Región y de donde surge el proyecto para reemplazar las calderas de gasoil en Mula y Bullas.

Los ayuntamientos de estas localidades han solicitado, a través del programa Leader+ de la Dirección General de Desarrollo Rural, la financiación necesaria para llevar a cabo la sustitución de estas instalaciones. Leader+ es una de las iniciativas financiadas por los Fondos Estructurales de la Unión Europea.

Pacto ambiental

Los municipios de Mula y Bullas, tras su adhesión al Pacto de los Alcaldes, se comprometieron junto a otros ayuntamientos de la Región a reducir sus emisiones de CO2. Con esta iniciativa, los gobiernos locales comparten la responsabilidad de la lucha contra el calentamiento global, puesto que las ciudades y pueblos son directa o indirectamente responsables de más de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al uso de energía en las actividades humanas.

El Pacto de los Alcaldes parte de la idea de que las administraciones públicas locales y regionales, las más cercanas a la ciudadanía, deben liderar la acción en la lucha contra el efecto invernadero y servir como ejemplo. Muchas de las acciones que son necesarias desarrollar en relación a la demanda de energía y las energías renovables para hacer frente a las alteraciones del clima son competencia de ellas o no serían viables sin su apoyo político.

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