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Vacunación. Elena Chaves (i) y Alicia García (d), investigadoras del área de acuicultura del Centro Oceanográfico de Murcia administran la vacuna de ADN.
Un antivirus para la acuicultura

Un antivirus para la acuicultura

La acuicultura se ha convertido con el paso de los años en una potente industria de alta tecnología que genera mucho dinero. En el caso de España, se calcula que alrededor de 500 millones de euros, de los que unos 60 corresponden a la Región de Murcia. Sin embargo, existe un escollo que por ahora parece insalvable para el sector: los virus.

MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ

Viernes, 17 de junio 2016, 10:03

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El Centro Oceanográfico de Murcia busca desarrollar vacunas de ADN contra estos agentes infecciosos, la principal amenaza y causa de mortalidad en el cultivo de lubinas y doradas

Las enfermedades infecciosas producidas por bacterias, parásitos y virus, que se transmiten rápidamente a través del agua, son el motivo de la pérdida de millones de euros cada año. No solo causan la muerte de un elevado porcentaje de los peces en las granjas de crianza, hasta el 20%, sino que interrumpen los ciclos de producción, incrementan los costes de las empresas y producen deformaciones en los supervivientes, por lo que no son aptos para la comercialización.

Bacterias asesinas

Las enfermedades de origen vírico, en concreto, son las que tienen mayor impacto en el desarrollo de la acuicultura, puesto que no existen métodos realmente efectivos para actuar contra ellas. Si bien la ciencia ha desarrollado tratamientos con antibióticos para las bacterias, la aparición de un virus en una granja requiere la destrucción de todo el stock y la esterilización de la instalación antes de proceder a la repoblación.

La vacunación es el método preventivo más eficaz, pero las vacunas tradicionales no resultan completamente eficaces para muchos de los virus más 'belicosos', como rabdovirus, birnavirus, iridovirus y nodavirus. Una de las soluciones que manejan los investigadores es la mejora de las vacunas comerciales mediante la administración conjunta con moléculas del sistema inmune que potencian su efectividad (adyuvante). La otra, que parece más viable tanto por los resultados obtenidos como por su menor coste económico, es la vacuna de ADN, una técnica novedosa que ha irrumpido con fuerza en los últimos años.

Entre los centros en España que trabajan en este campo, se encuentra la planta experimental de cultivos marinos que el Centro Oceanográfico de Murcia (perteneciente al Instituto Español de Oceanografía) posee en el Puerto de Mazarrón que, en colaboración con el departamento de Biología Celular e Histología de la Universidad de Murcia, ha realizado avances significativos.

Alicia García y Elena Chaves, investigadoras del área de Acuicultura, participan en un proyecto para el desarrollo y la mejora de vacunas genéticas con el propósito de reducir las pérdidas ocasionadas por las patologías más comunes en dos de las especies de mayor interés comercial en la Región, la lubina y la dorada.

Chaves explica que estas vacunas están formadas por moléculas circulares de ADN, que contienen un gen, que codifica para una proteína del virus que se quiere combatir. Al inyectarlo en los peces, producen de forma natural esta proteína frente a la cual su sistema inmune genera una respuesta, quedando protegido ante la infección.

Actualmente tienen en experimentación varias vacunas de ADN muy eficaces, a falta de que empresas del sector realicen los estudios clínicos y las licencien. Por ahora, eso solo ha sido posible en Canadá, con una vacuna frente al virus IHNV que afecta a salmónidos (salmones, truchas,).

Las investigadoras indican que Europa es más «cautelosa» a la hora de introducir alteraciones en productos destinados al consumo. En este sentido, destacan que en la planta experimental de cultivos marinos se trabaja para conocer y potenciar la transferencia de la inmunidad entre ejemplares reproductores vacunados, que no son destinados al consumo humano, y su descendencia, que sí está dirigida al consumo y no está vacunada, pero se encuentra protegida gracias a la transmisión de la inmunidad frente a la infección. «Si los estudios dan su fruto, sería un gran paso para la acuicultura mediterránea», asegura Chaves.

Dos líneas de trabajo

Este centro, que comenzó su actividad a principios de 1990, tiene dos líneas prioritarias de investigación: el avance en las técnicas y el abaratamiento de los costes en el cultivo de especies tradicionales como la dorada y la lubina, y el estudio de otras potenciales para la acuicultura murciana (bonito, verrugato, seriola, atún,).

Uno de los resultados más significativos ha sido la mejora de una vacuna frente a la vibriosis, una enfermedad bacteriana que afecta a las principales especies de peces cultivados. El trabajo formaba parte de un proyecto conjunto con la Universidad de Murcia y la empresa Probelte Biotecnología, que fue la encargada de patentar la vacuna que, tras realizar diversas pruebas, presenta una mayor tasa de protección que las que se empleaban hasta ahora a nivel comercial. Alicia García explica que la clave es el uso de adyuvantes, unas moléculas que, incorporadas a la vacuna y suministradas con el pienso, hacen más efectiva la respuesta inmunológica, es decir, prolongan y optimizan la protección que le confieren al pez.

Sin antibióticos

Destaca que el estudio de nuevas vacunas contra las infecciones bacterianas es fundamental para evitar o disminuir en lo posible el uso de antibióticos, cuyo uso en acuicultura está muy restringido. El motivo es que pueden aparecer poblaciones de bacterias resistentes a los medicamentos y producirse impactos negativos sobre el medio ambiente, puesto que el engorde de las lubinas y doradas se realiza en jaulas flotantes en mar abierto. Asimismo, se garantiza la seguridad alimentaria de los peces destinados al consumo humano.

Las investigadoras, además de los estudios sobre la transferencia de la inmunidad de los progenitores a la descendencia, realizan pruebas sobre el momento ideal para llevar a cabo la vacunación, de tal manera que se pueda asegurar una mayor eficacia de las mismas. También prueban nuevos métodos de administración como, por ejemplo, por vía oral con el alimento. Este sistema presenta grandes ventajas sobre otras técnicas (inyección individual o baño), puesto que no requiere la manipulación de los peces y evita producirles estrés, puede realizarse en masa y se evitan pérdidas de la vacuna en el agua.

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