Borrar
Investigadores de la UMU muestrean la fauna ictícola.
Las enfermedades de los peces revelan el grado de degradación

Las enfermedades de los peces revelan el grado de degradación

La CHS abrirá en unos días la última escala, en Cañaverosa, a falta de construir la proyectada a la altura de Manterola

PEPA GARCÍA

Miércoles, 21 de septiembre 2016, 02:08

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En unos pocos días, la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) abrirá a los peces la última escala de artesas construida en Cañaverosa. La que ha tenido que superar el desnivel más alto. Justo bajo esta infraestructura, que permitirá eliminar el séptimo de los obstáculos incluidos en el Life Segura Riverlink para que la ictiofauna pueda remontar el río, están muestreando los investigadores del departamento de Zoología de la UMU que colaboran en el proyecto.

A este Life, que concluye el 30 de julio próximo, todavía le queda por ejecutar la octava y última escala, la proyectada a la altura de la pasarela de Manterola (Murcia), para cumplir con las exigencias que la UE plantea a la hora de financiarlo. Sin embargo, y pese a que estaba previsto que comenzara a construirse en enero de este año, todavía no se ha iniciado el proceso para llevarla a cabo.

No obstante, confirman los investigadores de la UMU José Manuel Zamora, Ana Sánchez y Antonio Zamora -estos días muestrean bajo la escala de Cañaverosa, antes de que se abra, para saber si la usan para subir-, ya han comprobado que están usando todas las que se abrieron entre el otoño y la primavera pasada. «Ya hemos recapturado peces que habíamos marcado debajo de las escalas», aunque todavía, la pesca de los ejemplares identificados solo se produce en el tramo inmediatamente superior. «Lo ideal sería encontrar los marcados en El Esparragal, en Cañaverosa», afirma optimista Ana Sánchez. Y Eduardo Lafuente confirma que las escalas que son ríos artificiales están funcionando muy bien, dice refiriéndose a las de Los Charcos, Hoya García y El Menjú, también la de El Jarral, que es de artesas, y «otras funcionan con un poco menos de éxito, asegura sobre la de El Esparragal», que es la última que se abrió.

Durante la pesca eléctrica, con la que muestrean la ictiofauna los investigadores de la UMU, han encontrado barbos de entre 1,5 y 2 kilos, con de 13 a 14 años que cuentan en los anillos de sus escamas, y también que, cuanto más se desciende en el curso del Segura, más problemas de parásitos y enfermedades víricas y bacterianas tienen los peces. «Muchas de estas infecciones no las conocemos y, en los peces de la cabecera, no aparecen», afirma José Manuel, que muestra el gusano ancla ('Lernaea cyprinacea') que lleva enganchado uno de los barbos. Según aseguran, son un indicativo del nivel de degradación del río. «La icitiofauna que vive en zonas del río más perturbadas, con el nivel de estrés que sufren, son más susceptibles de verse afectadas por estas enfermedades». Y añade Sánchez que los alburnos, percas y gobios que han capturado en la jornada, los eliminan porque son especies exóticas invasoras.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios