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Uno de los voluntarios que participaron en el dispositivo de vigilancia de las tortugas bobas recorre una playa de Calblanque.
'Baby boom' de tortugas bobas en el Mediterráneo

'Baby boom' de tortugas bobas en el Mediterráneo

Aumenta la presencia de la especie en el Levante español, cada vez más prolífica en aguas y playas regionales

PEPA GARCÍA

Miércoles, 7 de septiembre 2016, 03:22

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El pasado viernes miembros de la Asociación Naturalista del Sureste (Anse) documentaban el último avistamiento de tortuga boba ('Caretta caretta') en las costas de la Región. Un juvenil nadaba en aguas cercanas a la playa del Barco Perdido, a la altura de la urbanización Las Sirenas de La Manga del Mar Menor (Cartagena). Lo cuenta Rocío Huertas, técnico medioambiental del Parque Regional de Calblanque, Peña del Águila y Monte de las Cenizas, que aclara que su avistamiento por aguas regionales es «bastante habitual».

  • 2001. Vera (Almería).

  • 2006. Puzol (Valencia) y Premiá de Mar (Barcelona).

  • 2014. San Juan de Alicante (Alicante) y Tarragona.

  • 2015. San Juan de Terreros (Pulpí, Almería), el 17 de julio; y Torrevieja (Alicante), el 31 de julio.

  • 2016. Sueca (Valencia) y Centro de Recuperación de Animales Marinos (Barcelona).

Las cada vez más frecuentes puestas de tortugas bobas en las playas del Levante español -seis documentadas en los últimos tres veranos- han convertido a estos simpáticos reptiles marinos en las estrellas del verano. Precisamente, la noticia, replicada en periódicos, informativos de televisión y radios, de la puesta de una tortuga boba en la playa de Les Palmeres de Sueca (Valencia) el 3 de julio encendió la bombilla de un turista madrileño que, a finales de junio, había observado en la playa Parreño del Parque Regional de Calblanque las huellas de una tortuga boba sobre la arena. Consciente 'a posteriori' de la importancia de lo que había visto para esta especie en peligro de extinción, no dudó en ponerse en contacto con el centro de información de Calblanque para avisar del acontecimiento el 26 de julio.

Había transcurrido ya más de un mes, y el tiempo, el viento, los bañistas y las mareas habían borrado todo rastro de las huellas del simpático reptil, pero desde Medio Ambiente no dudaron en alertar al responsable del proyecto 'Tortuga boba' e investigador de la Estación Biológica de Doñana (EDB-CSIC), Adolfo Marco, para pedir su colaboración.

Tras una conversación con el testigo, Adolfo Marco determinó que las huellas que había observado el turista oriundo de Madrid en la playa eran, efectivamente, de tortuga boba y recomendó a los responsables regionales establecer un dispositivo de vigilancia con voluntarios, ya que no se pudo encontrar el nido, para salvaguardar las crías si la puesta había sido exitosa o para detectar futuros desoves en la zona. «Este verano ha habido observaciones de una hembra intentando anidar en Calblanque, al menos en dos calas distintas, y esa misma u otra hembra ha intentando anidar en Cuevas de Almanzora (Almería)», apunta Marco, convencido de que este es un síntoma de la mayor abundancia de la especie en el Mediterráneo español.

Con los consejos expertos del especialista, los responsables de la Oficina de Impulso Socioeconómico del Medio Ambiente (Oisma) recurrieron a voluntarios de la Asociación Calblanque, Anse y la Asociación Vecinal Cobaticas-Las Jordanas para que, en turnos y en grupos reducidos, recorrieran cada mañana al amanecer las playas de Calblanque en busca de huellas de crías recién nacidas o de hembras adultas que hubieran hecho puestas más tardías -pueden anidar hasta octubre, según asegura Marco-.

«Según calculamos, el nacimiento de las crías, si la puesta de finales de junio había sido exitosa, debía producirse en torno al 19 de agosto. Por eso y porque teníamos noticias de un intento de puesta reciente en Almería, comenzamos con el dispositivo de vigilancia la segunda semana de agosto», explica Huertas.

Los voluntarios de la Anse y Calblanque se encargaron de revisar las playas de la parte oriental del parque -la playa de Calblanque y las calas Arturo, Magre y de los Dentones-; y los de Cobaticas-Las Jordanas, las de la parte occidental -las calas de Parreño y las playas Negrete, Larga y de las Cañas-. Todas las mañanas comenzaban su cuidadoso recorrido por las calas en busca de algún rastro reconocible de tortugas bobas. «Además -explica José Manuel Vidal, «voluntario, socio y presidente» de la Asociación Calblanque-, coincidiendo con la luna llena, salimos también al anochecer con la esperanza de ver la eclosión de huevos o la salida de adultos para nuevas puestas». Reconoce Vidal que, como voluntario habitual de actividades relacionadas con fauna, es consciente de que los animales son difíciles de ver, seguir y estudiar. Pero aún así, cada mañana se despertaban aún de noche para desplazarse desde distintos puntos de la Región y participar en esta emocionante iniciativa.

«Todas las asociaciones que hemos colaborado hemos tenido listas de espera», asegura Vidal. También lo confirma José Juan, voluntario de Anse que cada día acudía desde Alicante para buscar, durante dos horas, el rastro de la presencia de tortugas bobas en Calblanque. «Es un voluntariado muy bonito, que, además, nos ha permitido pasear por el parque y ver los solitarios amaneceres. La experiencia ha sido muy positiva», reconoce José Juan, que, pese a no ver ninguna boba en tierra, no se siente «para nada desanimado, volveré el año que viene».

También los vecinos de la zona han colaborado en estas tareas, preocupados como están por la conservación de este espacio natural privilegiado. «La presencia de tortugas bobas es un argumento más para proteger el parque», apunta José Benedicto, presidente de la Asociación de Vecinos Cobaticas-Las Jordanas, que también ha buscado el rastro de los quelonios marinos «al amanecer y por la tarde, pero hubiera sido imposible ver sus huellas -asegura con ironía-. Estaba todo lleno de rastros de perros y otras cosas. Ha sido raro el día que no hemos encontrado gente acampada en la playa con perros. Pero no solo eso, Parreño estaba llena de barcos fondeados y era frecuente ver grupos en bicis de montaña y senderistas». En esas condiciones, explica Benedicto, son casi un milagro los intentos de puestas. «Muy contentos con cómo ha funcionado el parque este verano -tras la regulación de los accesos-», considera imprescindible «potenciar la zona para que esté más protegida, ya que no hay agentes suficientes para vigilar de manera rutinaria los parques». Y propone que, de cara a la próxima temporada, las actividades de Calblanque se regulen contando con el grupo de trabajo del parque que se reúne periódicamente. Para Benedicto, «lo ideal sería que el parque fuera marítimo-terrestre, porque ahora hay un vacío legal que impide poner límite al fondeo de embarcaciones» en un área sensible, lo que «no favorece su conservación».

También desde la Asociación Calblanque cuentan en el haber negativo de esta «espectacular» experiencia la presencia de acampadas y la basura que dejan los usuarios. «Es verdad que este año estaban mejor las playas, se nota que ha habido menos gente. Aún así, todos los días durante el recorrido, recogíamos restos de sedales, plásticos y otras basuras». De todo ello han dado cuenta a los responsables del parque.

«Hay que tener en cuenta que los plásticos que llegan al mar perjudican a la fauna y hay que evitarlo. No hay animal que vare que no tenga restos en el estómago», apunta el voluntario de Anse José Juan, que asegura que este verano «han aparecido dos tortugas adultas muertas en Alicante, una en el faro de Santa Pola y otra en el puerto de Alicante, que tenía un sedal enredado en el cuello, lo que, seguro, le impidió comer».

Con la temporada de puestas dando sus últimos coletazos y casi todas las nuevas crías detectadas este verano fuera del cascarón, desde Medio Ambiente aseguran que a principio del próximo año se pondrán a trabajar para planificar con tiempo un voluntariado más amplio, desde principios de junio, y realizar una campaña de divulgación en las redes sociales previa a la época de reproducción para dar a conocer la forma idónea de actuar ante estos avistamientos.

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