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Los escolares aprenden en un entorno dinámico y de diversión.
Diversión y aprendizaje para los más pequeños

Diversión y aprendizaje para los más pequeños

Los niños disfrutan y se socializan, a la vez que los padres concilian la vida laboral y personal

L. MARTÍN

Viernes, 12 de mayo 2017, 11:58

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Con la llegada del verano comienzan las vacaciones escolares, haciendo que durante unos meses niños y niñas dispongan de un sinfín de horas de tiempo libre para disfrutar y divertirse. Sin embargo, muchas familias no disponen de largas vacaciones en la época estival, por lo que tienen que conciliar la vida laboral con la familiar como el resto de meses del año. Por este motivo, las escuelas de verano han supuesto una solución beneficiosa para ambas partes: por un lado para los padres, que pueden coordinar sus rutinas como el resto del año, y por otro para los niños, que aprenden en un entorno lúdico y se relacionan con otros niños durante los meses de verano.

Las escuelas de verano suponen la organización del tiempo libre de los niños uniendo aprendizaje, diversión y creatividad; una actividad en la que comparten acciones conjuntas con otros escolares para fomentar la socialización, que intercambien experiencias y que adquieran hábitos de vida saludables en un ambiente participativo. De esta manera, hacen nuevas amistades, refuerzan sus capacidades de concentración o estudio y aprenden nuevos conocimientos y valores, en un entorno ameno y dinámico que hace que se lo pasen bien.

El boom de las escuelas de verano en los últimos años ha motivado que las opciones se diversifiquen, y que en cada lugar se ofrezcan alternativas originales y creativas para ir más allá de un aprendizaje en época estival. Este ambiente lúdico, desarrollado en centros concretos o colegios, lo organizan desde el ámbito municipal, como los ayuntamientos, o a nivel privado, donde la variedad de las actividades suponen un factor importante para la elección de un emplazamiento u otro. Así, se encuentran desde actividades deportivas, a marítimas, artísticas, musicales, de idiomas o incluso de educación vial.

Pero no sólo las actividades son el único factor para determinar la escuela más adecuada. Una de las características más importantes es saber el coste de estas actividades para las familias, ya que muchas no pueden permitirse un gasto extra durante los meses de verano. Para ofrecer solución a esta problemática, cada vez es más frecuente la gratuidad de las escuelas de verano municipales, gracias a subvenciones por diferentes concejalías, organizaciones o entidades.

El horario supone otro elemento importante para poder conciliar la vida laboral y familiar. Lo más habitual es encontrar una jornada que se extiende desde las nueve de la mañana a las tres de la tarde, con posibilidad de disponer de un aula canguro.

SERVICIO DE COMEDOR

Uno de los servicios más solicitados en los últimos años en las escuelas de verano es el comedor. Se trata de una opción que brinda un servicio más completo a las familias, con menús saludables y específicos que se adaptan a las edades de los niños participantes.

Este servicio puede estar incluido en el coste de las escuelas de verano o suponer un gasto extra.

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