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Decenas de manos se alzan desde el público hacia el Rey Melchor y el séquito de su carroza para reclamar su atención y coger los caramelos y los regalos que tiren en la Alameda de San Antón.
La cabalgata de Reyes rebosa ilusión infantil

La cabalgata de Reyes rebosa ilusión infantil

El desfile con más afluencia en años triunfa por la suma de carrozas cinematográficas y grupos de animación

Eduardo Ribelles

Miércoles, 6 de enero 2016, 00:38

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Los niños con bolsas y cucuruchos para recoger caramelos y regalos se aprietan en la primera de las cuatro hileras de personas que esperan en cada acera para ver la cabalgata de los Reyes Magos de 2016, una de las más multitudinaria en años. Están en la Alameda de San Antón y el desfile acaba de empezar, a las seis y media de la tarde, para pasar por la Plaza de España y el Paseo de Alfonso XIII antes de entrar en el casco histórico. Miles de personas, distribuidas a lo largo del itinerario, demuestran que su ampliación en más de un kilómetro, iniciada el año pasado fuera del área peatonal, ha gustado.

Las carrozas de Melchor, Gaspar y Baltasar salen las últimas dentro de una comitiva en la que los niños se quedan prendados de una serie de novedades muy cinematográficas, como los engalanados vehículos con personajes de 'La Guerra de las Galaxias', 'Jurassic World', 'Batman contra Superman', 'Spiderman', 'Ice Age', 'Tadeo Jones' y 'Los Minions'. También triunfan, sobre todo entre las niñas, el de 'Frozen', y el de Cortilandia, de El Corte Inglés. El primero arroja confeti al aire en todas direcciones, por medio de un surtidor. El segundo utiliza el mismo sistema para dejar salir miles de pompas de jabón cada minuto que pasa.

Catorce carrozas, una más que el año pasado, y una docena de grupos de animación, con personajes de todos los mundos fantásticos que se pueda imaginar, iniciaron la marcha con 7.500 kilos de caramelos y 14.000 peluches que la multitud se afanó en coger al vuelo o del suelo conforme salían volando de sus cajas.

Máxima seguridad

La Policía Local tomó todas las medidas para evitar que tanto entusiasmo causara problemas de seguridad. Agentes a pié y en moto se encargaron, durante todo el recorrido, de garantizar que los asistentes respetaran unos límites suficientes para dejar pasar holgadamente las carrozas más grandes. La necesidad de poner el máximo cuidado en determinados tramos, sobre todo en los cruces, hizo que el desfile se ralentizara e incluso parara por un instante antes de entrar en la Plaza de España. Pero el gentío se hizo atrás y la comitiva continuó. Lo mismo se repitió en la Plaza del Icue, para evitar incidentes. La escolta la completaron los nuevos vehículos policiales adquiridos recientemente, al menos durante la primera parte del recorrido.

Pero la ilusión de los niños no se vio empañada por nada, mucho menos por mínimos contratiempos resueltos adecuadamente. Ellos siguieron a lo suyo: gritar a los distintos personajes de fantasía del desfile y a los monarcas de Oriente para que les hicieran caso y poder recoger la mayor cantidad posible de golosinas y pequeños regalos. Uno de los más entregados a la causa fue el Rey Gaspar, muy implicado en hacer llegar un peluche a cada mano que se alzaba. Melchor y Baltasar se lo tomaron con más calma, sin por ello dejar de atender a los deseos del público. También destacó, durante toda la tarde, la dedicación de un hada real, 'alter ego' de la vicealcaldesa, Ana Belén Castejón, en su carroza colocada antes de las de los Reyes. Desde ella contribuyó al reparto de dulces y presentes, con la ayuda de niños con alguna discapacidad intelectual.

Once '600' colocados nada más empezar dieron un sabor añejo al desfile; al igual que el viejo y muy bien arreglado camión de los Bomberos de Cartagena. Gigantes y cabezudos ataviados como piratas y como rancheros, divertidos globos aerostáticos unipersonales y un grupo de 'Grobletrotters', con canasta portátil incorporada, se intercalaron con Pluto, Goofy, Minnie, Donald, los 101 Dálmatas y otras criaturas del mundo Disney, de Barrio Sésamo y de cuentos infantiles tradicionales.

La expectación y la avidez por estar lo más cerca posible de todos los participantes en el desfile, en especial de los Reyes Magos, continuó durante todo el recorrido, desde la Calle Santa Florentina hasta las del Carmen, Tolosa Latour, Sagasta y Puerta de Murcia. Allí, los vecinos que vieron el desfile desde los balcones se unieron a los que estuvieron sentados en las sillas dispuestas para ver más cómodamente el desfile y a los que lo presenciaron de pie, detrás de ellos. Y todos pidieron también recibir regalos y caramelos, lo cual originó una nueva lluvia de obsequios.

La cabalgata dejó un rastro de ilusión a su paso que continuó por la calle Mayor hasta llegar a la Plaza del Ayuntamiento. Allí se completó, tres horas después de su inicio, un desfile que consolidó el recorrido mixto entre la zona peatonal y las dos calles más grandes del ensanche: el Paseo Alfonso XIII y la Alameda de San Antón. Con tantas emociones en el cuerpo, grandes y pequeños se despertarán hoy, tras una noche de profundo sueño, con el deseo de recibir los regalos que le pidieron a los Reyes durante toda la jornada de ayer.

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