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El rey Gaspar saluda a los niños, en Héroes de Cavite, después de desembarcar en el Puerto.
«Si sois buenos, tendréis más caramelos»

«Si sois buenos, tendréis más caramelos»

Miles de personas brindan una calurosa bienvenida al cortejo real, en el Muelle. La multitud infantil que recibió a los Magos compartió la mañana con los mayores que acudieron a encargarles los últimos regalos

Eduardo Ribelles

Martes, 6 de enero 2015, 00:40

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«¡Niño!, no te pierdas, que ya podrás verlos esta tarde!», le gritaban sus padres a un crío no de no más de diez años. «¡Papá!, ¡mamá! Es que ahí, al lado del árbol, veremos pasar a Baltasar», les gritaba él, mientras se colaba por entre el gentío en busca de un punto por el que llegar hasta los Reyes Magos. Alrededor de 1.500 personas llenaron toda el área entre el lugar en que desembarcó el cortejo, en la Escala Real, y el punto escogido para la recepción a los pequeños que quisieron hablar con ellos.

Antes de atender los deseos de los pequeños que les esperaban en el Muelle, los monarcas hicieron un primer alto en el Hospital Santa Lucía, para alegrarles el despertar a los niños que se encuentran ingresados allí afectados por alguna dolencia. También acudieron a la Casa Cuna, para darles calor y entregarles obsequios a los chavales residentes en el albergue infantil. Después, la comitiva volvió a embarcarse para llegar hasta el Muelle, a bordo del catamarán turístico de Puerto de Culturas.

El recibimiento fue entusiasta. A Melchor, Gaspar, Baltasar y sus pajes les faltaron brazos y manos para estrecharlas y abrazar a los chiquillos. Los dos primeros fueron muy solicitados a la hora de retratarse con los niños. Pero Baltasar, el rey negro, que iba abriendo la comitiva fue, una vez más, la estrella de la mañana. «Si habéis sido buenos, recibiréis más caramelos en el desfile de tarde», les decían los miembros del cortejo a los pequeños, mientras continuaban los 'clics' de las cámaras de fotos. El cielo azul y la temperatura, que rondó los 15 grados, contribuyeron al buen desarrollo del acto de bienvenida.

Una banda de música amenizó con animados villancicos todo el recorrido hasta el escenario montado a las puertas del Palacio Consistorial. Allí, el público concentrado había podido disfrutar de un espectáculo de animación con música y juegos. También pudo observar la meritoria escenificación del belén viviente por parte de una docena de niños de la Agrupación de Granaderos Marrajos.

Lentamente, los monarcas llegaron hasta sus tronos para enterarse de los deseos que muchos de los chavales ya les habían hecho llegar por carta, pero querían repetirles de viva voz y en persona. La alegría y el asombro se dibujaron en el semblante de los chavales.

La recepción concluyó a la una y cuarto de la tarde y los Reyes se retiraron a descansar, antes del grandísimo esfuerzo de la noche.

Tecnología y lotería

Mientras los Reyes recorrían Cartagena de un extremo al otro, agasajando a todos los que encontraban a su paso, muchos cartageneros se apresuraban a dejarles encargados en los comercios los últimos regalos que niños y grandes esperan recibir durante la mañana de hoy.

Las tiendas de dispositivos informáticos y electrónicos, los establecimientos de moda y los comercios de venta de todo tipo de complementos estuvieron a rebosar hasta la hora de cierre. Algunos centros comerciales, como El Corte Inglés y las tiendas de Espacio Mediterráneo, prolongaron su horario de ventas para que todos encontraran lo que iban buscando.

También las administraciones de lotería recibieron a un buen puñado de personas. Se trata de los compradores rezagados, que acudían en busca del ansiado número de la lotería del Niño, que hoy puede darles una alegría, en el sorteo que se celebra a las doce del mediodía.

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