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Tres años de prisión por abuso sexual a un menor con discapacidad intelectual

El acusado, cuya identidad corresponde a las iniciales de M. C. M. S., tiene prohibido aproximarse a la menor, a su domicilio o cualquier otro lugar frecuentado por ella a una distancia inferior a doscientos metros

EFE

Lunes, 25 de julio 2016, 13:02

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La Audiencia Provincial de León ha condenado a un hombre a tres años de prisión por un delito de abuso sexual a una menor vecina suya que padece una discapacidad intelectual. La sentencia establece que el 18 de julio de 2015, la menor, de 13 años y con una discapacidad del 59%, había estado dando una vuelta por la localidad donde reside en la provincia de León con una bicicleta que el acusado, cuya identidad corresponde las iniciales M. C. M. S., vecino suyo y de 69 años, le había dejado.

Ese mismo día, sobre las ocho de la tarde, la menor fue a la vivienda de éste para devolverle la bicicleta y el ahora condenado insistió para que subiera a la parte de arriba de la vivienda con el fin de ver los pájaros que allí tenía. Aunque en un principio la menor se negó, finalmente accedió ante la insistencia del procesado. Una vez arriba, el condenado cerró la puerta con un pestillo y le dijo a la menor que se sentara en un sillón donde empezó a tocarle los pechos y los genitales y la besó en la boca.

La menor insistió en que parara, y cuando finalizaron los tocamientos le dijo que ya se podía marchar, no sin antes advertirle de que no dijera nada a sus padres de lo sucedido. Como consecuencia de los hechos, la menor sufrió un trastorno adaptativo mixto, con problemas de sueño, vergüenza y desconfianza.

La Audiencia ha condenado al procesado como autor responsable de un delito de abuso sexual a la pena de tres años de prisión, y le ha impuesto igualmente la prohibición de aproximación a la menor, a su domicilio, centro de educación o cualquier otro lugar frecuentado por ella a una distancia inferior a doscientos metros, así como la prohibición de comunicación con la misma por cualquier medio durante cinco años.

De igual modo se le impone al procesado la medida de libertad vigilada durante cinco años, a cumplir después de la pena de prisión. La sentencia recalca que durante el juicio la menor puso de manifiesto un relato "coherente y lógico en el que no se aprecian interferencias externas, que es ratificado por el informe del equipo psicosocial y forense de los juzgados". El procesado en ningún momento reconoció los hechos por los que finalmente ha sido condenado.

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