Rajoy se ahorra la foto con Barberá en el Senado

Mariano Rajoy no ha pasado por el trago de la foto con Rita Barberá en el Senado por la oportuna ausencia de la exalcaldesa de Valencia en la reunión del presidente del Gobierno con el grupo popular en la Cámara alta. El jefe del Ejecutivo no ha querido meterse en el barro de la corrupción después de que su partido haya decidido blindar el aforamiento de la ahora senadora por designación de las cortes Valencianas.

El presidente ha recuperado el discurso laxo de hace unos meses, muy distinto del que expuso el jueves pasado en el Congreso, cuando prometió "no pasar ni una". Ante los senadores ha comentado que su Gobierno ha tomado "muchas" medidas en la lucha contra la corrupción, "algunas muy duras", y ha "permitido" trabajar a las fuerzas de seguridad y la Fiscalía para combatir esta lacra a fin de que "estas cosas se conozcan". Aun así, se ha mostrado dispuesto a apoyar otras iniciativas si otras fuerzas políticas las hacen "de buena fe".

Ni una alusión directa ni indirecta a Rita Barberá, a la que no se vio en la reunión porque "en estas condiciones, es más prudente no ir al Senado".

La parquedad de Rajoy ha contrastado con la sorpresa y malestar que reinan entre los populares por la decisión de la dirección de su partido de reforzar la condición de aforada de la exalcaldesa al incluirla entre los miembros de la Diputación Permanente de la Cámara alta.

Declaraciones de Fabra

Así, el expresidente de la Generalitat y del PPCV Alberto Fabra ha insistido este miércoles en que Rita Barberá "es una persona con mucha experiencia" y "sabe qué tiene que hacer para que el partido no se sienta incómodo en ningún momento". En declaraciones a la Cadena Ser, Fabra ha apelado "a su sensibilidad para saber lo que tiene que hacer", reiterando así el llamamiento que le dirigió el martes en los pasillos del Senado.

Fabra se ha pronunciado así sobre la conveniencia de que la exalcaldesa deje su acta de senadora y ha recalcado que "tiene la suficiente experiencia para saber lo que tiene que hacer". No obstante, ha admitido que "la decisión tiene que ser suya".

Sobre la situación general de la Comunidad Valenciana, Fabra ha asegurado que él siempre actuó con "contundencia" cuando tuvo conocimiento de casos de corrupción en su etapa al frente del PPCV aunque se encontró con resistencias de quienes no entendían que él exigiese responsabilidades cuando alguien resultaba imputado y no, como decían los Estatutos, una vez que era condenado con sentencia firme. "Ahora entiendo por qué, porque les afectaría directamente a ellos en el futuro", ha opinado. Preguntado si encontró resistencias o apoyo en el PP nacional para combatir la corrupción en Valencia, ha respondido: "Nadie me dijo adelante, pero nadie me dijo para".

Más crítico ha sido el portavoz del PP en el Ayuntamiento de San Sebastián, Ramón Gómez Ugalde. En su cuenta de Twitter ha publicado el siguiente mensaje:

Lo cierto es que al mantener la condición de aforada, Barberá solo puede ser investigada y enjuiciada por el Tribunal Supremo. El equipo municipal de la exregidora está implicado en una presunta operación de blanqueo de dinero mediante aportaciones individuales de mil euros para la financiación de la campaña de las municipales del año pasado. Donaciones que luego eran devueltas en billetes de 500.

Hasta las próximas generales

Las pesquisas no han alcanzado a Barberá porque como senadora está aforada, privilegio que mantendrá, salvo que renuncie al escaño, hasta las próximas elecciones generales. La exalcaldesa guarda silencio y solo ha emitido un comunicado para declararse inocente de todo. Señaló en su escrito que, en efecto, atendió «las peticiones de donaciones» que le hicieron desde su partido, pero «desde la legalidad, con mi propio patrimonio y con toda transparencia». La investigación, sin embargo, apunta a que formó parte de la trama de blanqueo, pero no puede ser llamada a declarar salvo que la causa pase al Supremo y este tribunal solicite al Senado el suplicatorio para citarla.

En la dirección nacional del PP reconocen que el caso es una bomba de relojería para el partido y el artefacto tarde o temprano estallará. Por eso presionan para que entregue su acta de senadora y defienda su inocencia en los tribunales. El vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, invitó este lunes a la exregidora a «dar un paso atrás» porque su situación es un lastre para las negociaciones de Mariano Rajoy ante la investidura.