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El acusado de asesinar a la peregrina estadounidense Denise Pikka Thiem, Miguel Ángel Muñoz Blas.
Un vecino vio al acusado de asesinar a Denise «hostigando» a otras peregrinas

Un vecino vio al acusado de asesinar a Denise «hostigando» a otras peregrinas

El alcalde de Castrillo de los Polvazares afirma que Miguel Ángel tenía un plan perfectamente trazado sobre un terreno que conocía perfectamente y que, en realidad, había plagado de trampa

A. CUBILLAS

Miércoles, 22 de marzo 2017, 15:42

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Blanco y en botella. Miguel Ángel Muñoz, el asesino confeso de la peregrina Denise Pikka, había tejido en el entorno de su vivienda una tela de araña en la que pretendía atrapar a peregrinas solitarias. Lo suyo era un plan perfectamente trazado sobre un terreno que conocía perfectamente y que, en realidad, había plagado de trampas.

Así lo ha advertido este miércoles el presidente de la junta vecinal de Castrillo de los Polvazares, Estaban José Salvadores, que ha sido determinante en sus afirmaciones. El hoy acusado y asesino confeso habría realizado escondites y puntos ocultos al lado del Camino de Santiago. Esas especies de trincheras, dos de ellas localizadas por el testigo, estaban ocultas siempre por la maleza.

Además, el pedáneo tuvo que corregir hasta en dos ocasiones la modificación de la señal del Camino de Santiago situada en el cruce de Santa Catalina con la que, presuntamente, el acusado redirigía a las peregrinas hasta su vivienda a través de un camino que no era transitado por nadie.

«Muchas casualidades»

Incidentes que, según apuntó, ni se registraron antes de la llegada de Miguel Ángel ni se han repetido después de su detención. Blanco y en botella, espetó el testigo, que si bien reconoció que nunca vio a Miguel Ángel cambiar la dirección de las señales ni robar en las huertas. No le hemos visto pero son muchas casualidades que apunta directamente a su autoría.

A ello se suma, relató el testigo, los incidentes previos que había protagonizado con varias peregrinas. Es más, el pedáneo fue testigo de cómo Miguel Ángel molestaba a dos peregrinas en sendos sábados de enero y febrero de 2015. Él las hablaba y ellas le hacían caso omiso, en una actitud de escape.

Pero no fue lo único que hizo saltar las alarmas. La llegada de Miguel Ángel representó un antes y después en la zona a pesar de que inicialmente los vecinos se volcaron en su llegada. Él luchaba para traer a su mujer y su hija a vivir al pueblo y por ello todos nos ofrecimos a ayudarle en tareas habituales de la casa.

Entre ellas, la instalación de la fosa séptica en la vivienda que había instalado a escasos kilómetros de Santa Catalina. Un hecho que despertó incluso la admiración de sus vecinos. Me sorprendió que a pico y pala hubiese realizado un socavón de más de dos metros de profundidad. En ese momento llegué a admirarle.

El cambio de Miguel Ángel

Pero pronto, la relación entre Miguel Ángel y sus vecinos cambió. Fue a partir de que confesase que su familia ya no se trasladaría a su domicilio. A partir de ahí, relató, se sucedieron los rifirrafe con el hoy acusado.

Un día salió de forma muy violenta de su vivienda mostrando su hartazgo de que el tránsito de personas por el entorno de su vivienda, apuntó el testigo, que recordó que Migue Ángel incluso le acusó de llevar merodeadores a la zona.

Fue a partir de ahí se sucedieron diversos incidentes en la zona. Salvadores recordó que se registraron números hurtos en huertas de la zona y cómo empezaron a desaparecer tablillas en el coto de caza que posteriormente aparecían dobladas y tiradas, lo que desembocó en mayores enfrentamientos con Miguel Ángel.

En el punto de mira

Ante ello, el pedáneo de Castrocontrigo empezó a correr la voz de alarma para evitar que nadie discurriese próximo a la vivienda del acusado que, a partir de ese momento, estuvo en el punto de mira de todos los vecinos de la zona.

Durante su relato, el testigo recordó haberle sorprendido que tras saltar la noticia de la desaparición de Denis, el acusado se cortó el pelo y la barba y empezó a vestir ropa de montaña de primeras marcas, algo que no era habitual.

Creo en las casualidades pero no en tantas porque Miguel Ángel cambió de un extremo a otro, remarcó el testigo, que incidió en que tras su detención no se han vuelto a repetir ningún incidente en la zona.

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