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Alex, el único inmigrante atendido en Marruecos tras el salto que permanece ingresado.
El camerunés apaleado en la valla de Melilla no ha perdido un riñón ni sufre parálisis

El camerunés apaleado en la valla de Melilla no ha perdido un riñón ni sufre parálisis

Los centros médicos de la zona y los organismos de derechos humanos confirman que no hubo ningún herido de gravedad en el salto de la pasada semana

JESÚS BLASCO DE AVELLANEDA

Lunes, 20 de octubre 2014, 13:59

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El portavoz de la ONG Pro Derechos de la Infancia (Prodein) que difundió el vídeo en el que un joven era apaleado por la Guardia Civil cuando intentaba entrar a Melilla saltando la valla asegura que Dani, el camerunés golpeado, estuvo inconsciente y necesitó asistencia sanitaria para recobrarla, pero que no sabe si fue en un centro hospitalario o en una ambulancia. «La conversación fue rápida y no me dio demasiados detalles», explica José Palazón y niega que el inmigrante haya perdido un riñón o esté paralizado como señalaron algunos medios de comunicación.

En esa charla, Dani contó que apenas podía descansar porque tenía todo un lateral dolorido -no medio cuerpo paralizado- y un riñón destrozado por los golpes -no perdido ni extirpado-, lo que le producía grandes episodios de dolor y por lo que orinaba sangre.

Palazón sabe que fue atendido «porque le han mandado analgésicos y antiinflamatorios que no puede costearse», pero no tiene conocimiento de si se encuentra en los campamentos del monte Gurugú o si ha sido trasladado en autobús a Fez por la Gendarmería marroquí junto a otros 150 compañeros que permanecen allí aislados: «No he logrado saber dónde se encuentra. Le he escrito y estoy a la espera de una respuesta».

Desde la dirección del Hospital Provincial Hassani de Nador, único centro sanitario público de toda la comarca, aseguran que desde que se produjo el salto, el 15 de octubre, no ha ingresado ningún subsahariano inconsciente ni han tenido que llevar a cabo ninguna intervención quirúrgica. Este centro médico, donde son trasladados los heridos en los saltos a la valla que permanecen en el lado magrebí, informa de que en la mañana en que se produjo el intento de entrada a Melilla ingresaron por urgencias cuatro jóvenes de nacionalidad camerunesa, todos ellos trasladados por los servicios sanitarios. Tres de ellos presentaban cortes y contusiones leves que fueron atendidas y resueltas por los servicios de emergencias. Tan sólo uno de los chicos fue derivado a traumatología e ingresado con una fractura en tibia y peroné de la pierna derecha y una posible fisura de radio en el antebrazo derecho.

Ibrahim Mohamed, sanitario del centro nadorense, asegura que siempre se intenta dar la mejor atención a los inmigrantes e incluso se les concede un trato de favor. No tiene constancia de ningún herido al que se le haya extirpado un riñón, pero asegura que, de ser así, estaría ingresado y permanecería en el centro más tiempo del necesario, ya que el entorno en el que se mueven estas personas no es el más favorable para una buena recuperación postoperatoria.

Esta versión la corrobora en su totalidad Alex. Este chico de 22 años y natural de Duala, Camerún, permanece en una silla de ruedas rudimentaria en la sala 7 de la planta de Traumatología para hombres. Confirma la versión que da el centro sanitario y señala que se han portado muy bien con él y que le van a dejar al menos una semana más ingresado porque no quieren que se eche al monte sin que los huesos hayan al menos empezado a soldar, una deferencia que no tiene siquiera con los propios marroquíes.

"No puedo volver"

Dice ser muy amigo de Dani, el joven camerunés que recibió la paliza de la Guardia Civil. Ambos provienen de la misma ciudad y no sólo comparten campamento en el Gurugú, sino también la etnia bamileke y la religión católica. Cuenta que estuvieron juntos durante el salto, pero él se quedó rezagado al caer en la gran zanja que Marruecos ha construido metros antes de la valla española, obstáculo que Dani superó y logró encaramarse al vallado.

Alex se hizo mucho daño en un brazo y luego los golpes de un par de agentes de las fuerzas marroquíes quebraron una de sus piernas: «Tengo miedo de no poder volver a intentar entrar en Melilla. No puedo volver a Camerún, no puedo contar a mi familia todo lo que he vivido».

No ha vuelto a ver a Dani, no sabe si está en el Gurugú o si lo han trasladado a Fez, como han hecho con muchos compañeros, pero afirma que no ha pasado por el Hospital Hassani de Nador.

La Policlínica Al Wahda (La Unión), único centro privado de la provincia que accede a atender en contadas ocasiones y casos muy graves a heridos subsaharianos, informa de que por sus instalaciones tampoco ha pasado Dani y que si un inmigrante hubiera tenido graves problemas renales, incluso en otro centro de la provincia, se habrían enterado. Incluso Médicos del Mundo en Oujda ha confirmado que en los centros hospitalarios entre Nador y la frontera con Argelia tampoco ha ingresado ningún subsahariano inconsciente ni ha sido sometido a intervención quirúrgica alguna.

Desde la Delegación de Migraciones del Arzobispado de Tánger en Nador, institución encargada del acompañamiento y asesoramiento sanitario de los campamentos de inmigrantes en la zona, sostienen que tampoco tienen constancia de esos hechos. Pero, además, aseguran que uno de los chicos trasladados al Hospital Hassani de Nador llegó a estar inconsciente durante el traslado, pero llegó al servicio de urgencias despierto y por su propio pie. Pero no se trata de Dani. Este joven camerunés atiende al nombre de Oscar Bias y tras darle el alta hospitalaria, fue trasladado por las fuerzas marroquíes a la ciudad de Fez.

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