El valor de David Fernández convence en la feria de Blanca

Le tocó en suerte el primer novillo de la feria de Blanca a Tomás Campos. Cumplió el extremeño con una faena cimentada sobre la mano izquierda, malograda con la espada. En el saludo de capote el utrero de Jandilla, muy en el tipo de la ganadería, le rajó el capote de arriba abajo, después de tres verónicas con el torero algo encogido. Recibió la res dos fuertes puyazos y el tercio de banderillas resultó deslucido en exceso con dos palitoques sobre el lomo del astado de seis posibles. Con la muleta el ejemplar de Jandilla metió bien la cara en el engaño, con el defecto de salir suelto de los muletazos, sobre todo cuando el viaje era hacia los adentros. Le cogió el aire por el izquierdo Campos, con series bien compuestas, y un final de faena más de público, con circulares y pases por alto y dos manoletinas, que de ajustadas, resultaron tropezadas. El descabello privó de premio mayor a Campos y solo consiguió una ovación saludada desde el tercio.

El tercero de la tarde fue un castaño con romana. No anduvo suelto con la capa Tomás Campos con el novillo, al que mandó otra vez dos veces al piquero. Brindó al público y aguantó la embestida cansina y andando de un toro, que aunque luego metía la cara, resultaba desconcertante. Citando en corto lo intentó al natural, con el animal sabiendo en todo momento dónde estaba el torero, hasta resultar prendido sin consecuencias en una de las acometidas. Pinchó antes de cobrar una media estocada que precisó de un descabello.

Gran disposición

Excelente fue la actitud de David Fernández. Pese a ser su segunda novillada con picadores, suplió la falta de experiencia con una gran disposición. No dejó escapar la oportunidad de entrar al quite, por chicuelinas, en el primero de la tarde, y ante el primero de su lote apostó al dejarlo crudito en el caballo. Tuvo el Jandilla volumen para más ruedo que el de Blanca y un pitón izquierdo más que potable, que aprovechó Fernández, quien siempre presentó la muleta por delante y no dio un paso atrás. Ligó las tandas de derechazos, y en el final de faena se pasó cerca de la taleguilla los pitones en terrenos de tablas. La espada, sin embargo, fue su talón de Aquiles. Tres pinchazos mal señalados y un sinfín de descabellos derivaron en dos avisos y en que se esfumaran los trofeos.

Con el último del festejo, David se repuso a un desarme en el saludo de capa. Peleó bien el novillo en los dos puyazos que recibió y superior estuvo en banderillas Juan Soriano. Brindó Fernández al alcalde de Blanca, Rafael Laorden, y se clavó en los medios para citar de rodillas. Resultó atropellado y volvió a ponerse, y fue cogido de forma espectacular, volando por los aires. Valor del ceheginero que convenció con su enorme disposición en las siguientes tandas con la diestra, aguantando las tarascadas de un novillo con peligro evidente, que le hizo una radiografía al torero en cada embestida. Volvió a pinchar, esta vez en dos ocasiones y tampoco acertó con el descabello, perdiendo de nuevo los trofeos.