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Robert Cox, en el jardín de su vivienda de Blanca, valorando los daños provocados por la inundación.

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Robert Cox, en el jardín de su vivienda de Blanca, valorando los daños provocados por la inundación. J.A.Moreno

La tromba de agua recarga los pantanos de la cabecera con 6 hectómetros cúbicos

Es la misma cantidad de pluviales que se hubiera recogido en un mes y medio, en comparación con las lluvias caídas en 2017, según cifra la CHS

Lunes, 4 de junio 2018, 07:45

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Fue tal la tromba de agua que descargó la borrasca fría durante la noche del sábado que, en esas horas, los pantanos de la cabecera de la cuenca del Segura se anotaron seis hectómetros cúbicos. La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) ejemplificó ayer que, para embalsar semejante cantidad, en comparación con el año pasado, «se necesitaría un mes y medio de precipitaciones en la cuenca». No obstante, las tormentas registradas en las comarcas del Altiplano, Vega del Segura y Noroeste, provocaron 69 intervenciones de los servicios de Emergencias. La mayoría por achiques de agua, retiradas de obstáculos en la vía, desprendimientos en carreteras y algún que otro rescate.

Aún así, «la distribución de las lluvias en la cabecera ha sido buenísima», reiteró el organismo de cuenca. El embalse del Cenajo recogió cuatro hectómetros, y otros dos el del Talave. «Está muy bien porque en esta época no entra agua». De hecho, desde la Aemet apuntaron que «se puede haber producido un récord de precipitación para el mes de junio y hay que analizar el episodio». También aclararon que lo ocurrido el sábado por la noche «no fue una 'gota fría', sino una borrasca fría». Aunque en Moratalla tuvieron la percepción de que se trataba más bien del diluvio universal, porque en la pedanía de Benizar se registraron la friolera de 105 litros por metro cuadrado.

«No llovía así desde hacía muchos años», aseguraba a 'La Verdad' el alcalde de Moratalla, Jesús Amo. «Por fortuna, solo cayó durante un par de horas». Como en el resto de localidades de la Región, la tromba no provocó daños personales en este municipio del Noroeste, aunque sí cuantiosos destrozos materiales en muros, carreteras y bancales situados en la zona baja del municipio, principalmente por la crecida de la rambla de la Talanquera. En Benizar, sin embargo, solo se registraron «daños menores».

La tormenta inundó garajes, casas y locales comerciales, obligó a rescatar a varias personas atrapadas en vehículos y arruinó media cosecha de albaricoque en Caravaca de la Cruz

También Blanca vivió una madrugada de sobresaltos por los 45 litros que cayeron en un periodo de unas tres horas, lo que provocó el desbordamiento de la rambla de Bulida (arrastrando hasta ocho coches aparcados) y la rambla de San Roque, además del corte de carreteras como la RM-520, desde Blanca hasta Ojós a la altura del pantano, por caída y arrastre de piedras.

Cortes de luz

El diluvio también provocó el corte del suministro eléctrico durante varias horas en algunas zonas de la población donde la lluvia se cebó con más intensidad. De hecho, como consecuencia del desbordamiento de la acequia en Alto Bayna, el agua inundó la casa situada en plena huerta de un matrimonio inglés, Robert y Wendy Cox, que viven en Blanca desde hace dos años. No fue la única vivienda con daños, pero aquí el agua llegó hasta los 40 centímetros y dejó inservibles todo tipo de enseres. «Lavadora, frigorífico, sofá...», seguía valorando daños ayer por la mañana Robert, en el jardín anegado de su vivienda, con los brazos en jarras.

Vídeo. La tormenta anega calles de Abanilla.

La misma tormenta, que visitó diferentes localidades de la Región, inundó la noche del sábado varias calles y avenidas de Mula, donde dejó anegados garajes y bajos comerciales. El mayor susto, sin embargo, se lo llevaron los ocupantes de dos vehículos que tuvieron que ser rescatados en la carretera de Pliego (frente a la fábrica de Cofrusa) y en la mismísima Gran Vía. El Niño de Mula registró 60 litros de agua por metro cuadrado en una hora, lo que hizo que Bomberos, Policía Local, Guardia Civil y voluntarios de Protección Civil tuvieran que emplearse a fondo para normalizar la situación en zonas como la avenida Juan Antonio Perea, que se convirtió en un auténtico torrente sin control.

Esperando en el teatro

El alcalde de Mula, Juan Jesús Moreno, coincidía con el regidor de Moratalla en que «hacía mucho tiempo que no veía llover así». Un chaparrón que también sorprendió a muchos muleños que se encontraban en bares y restaurantes cerca de la medianoche, cuando la tormenta cobró más intensidad. De hecho, unas doscientas personas que estaban en el teatro Lope de Vega, en la clausura de la Semana de Cine Español, vieron cómo una de las canaletas del teatro se desbordó, teniendo que esperar a que aminorara la lluvia para poder salir del edificio con seguridad.

La tromba de la noche del sábado también provocó el colapso de varios colectores de aguas pluviales en el casco urbano de Caravaca de la Cruz. Las zonas más afectadas fueron la calle Mayor y la confluencia de las avenidas Gran Vía y Almería. En ambas zonas se produjeron inundaciones en varios locales comerciales, en sótanos y en la entrada a las viviendas. Los clientes que se encontraban en el interior de varios restaurantes se vieron sorprendidos al comprobar cómo los establecimientos se inundaban en cuestión de minutos. En la mañana de ayer, los dueños de los locales comerciales de la calle Mayor seguían achicando agua y evaluando los daños provocados por la tormenta.

Soluciones definitivas

Vecinos y comerciantes reclamaron una solución definitiva para evitar los problemas que se producen en esa zona cuando caen cuatro gotas. «Anoche llovió mucho y en poco tiempo, pero los problemas se repiten cada vez que llueve porque las canalizaciones del colector de pluviales no se limpian, están llenas de suciedad y se colapsan enseguida», lamentaba José Martínez, del restaurante El Horno, uno de los establecimientos afectados.

El servicio de Urgencias del Centro de Salud también sufrió los efectos de la tormenta, que dejó más de 50 litros por metro cuadrado y que mutó por momentos en granizada, afectando seriamente la cosecha de albaricoque. Así lo confirmó ayer el presidente de la cooperativa Frutas Caravaca, Juan Pedro Martínez, quien aseguró que más de la mitad de la cosecha de la zona de huerta tradicional más próxima al casco urbano se había perdido como consecuencia de la tromba. Por su parte, el presidente de Coag Región de Murcia, Miguel Padilla, aseguró a 'La Verdad' que la tormenta de granizo no había afectado a más cultivos «salvo en zonas muy puntuales».

En total, los bomberos del parque comarcal realizaron más de una decena de intervenciones, en su mayoría para abrir alcantarillas y levantar rejillas taponadas por el granizo; también tuvieron que realizar achiques de agua en garajes y casas inundadas. El concejal de Seguridad Ciudadana, Tráfico y Emergencia, Pedro Antonio Muñoz, junto al Coordinador de Protección Civil en Caravaca, Alfonso Martínez, recorrieron ayer las carreteras y caminos principales de Caravaca y pedanías, comprobando que todos estaban «en perfecto estado para la circulación».

Sin embargo, los desperfectos en diferentes carreteras de la Comunidad como consecuencia del diluvio fueron numerosos y, ya bajo el habitual sol de justicia de junio, ayer continuaban los trabajos de adecuación en la RM-420, en dirección La Albatana (Albacete); en la RM-427, dirección a Pinoso; en la RM-428, que une Jumilla con Hellín; y en la RM-B10, que se encontraba cortada a su paso por la rambla de Ulea, en el Parque de La Marquesa.

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