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La magistrada Miriam Marín, en el centro, encabezando una comisión judicial en 2006. Vicente Vicéns / AGM
El traslado de la juez Marín amenaza con ralentizar las diligencias sobre el Mar Menor

El traslado de la juez Marín amenaza con ralentizar las diligencias sobre el Mar Menor

El Consejo del Poder Judicial autorizó el miércoles la marcha a Madrid de la instructora, que también lleva el 'caso Novo Carthago'

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Sábado, 27 de enero 2018

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En el proceloso océano de los tribunales murcianos, en el que nunca se sabe qué adversidades habrán de afrontar los procesos sobre corrupción y desviaciones de poder ocurridos en las administraciones públicas, la causa por la contaminación del Mar Menor acaba de encontrarse con el primer escollo cuando ni siquiera ha llegado a soltar amarras. Todavía está la nave atracada a puerto y quien estaba llamada a ser la impulsora de esta investigación judicial -la capitana, como si se dijera- acaba de ser designada para afrontar bien diferentes tareas allende los mares.

La Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) aceptó en su reunión del pasado miércoles la solicitud de traslado a Madrid que había cursado la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Murcia, Miriam Marín, quien ahora pasará a hacerse cargo del Juzgado de Primera Instancia número 100 de la capital, encargado de asuntos hipotecarios. Su marcha puede acabar suponiendo un serio contratiempo para la ágil marcha del llamado 'caso Topillo', que deberá investigar los presuntos delitos denunciados por el fiscal superior de la Región, José Luis Díaz Manzanera, por la degradación del espacio natural del Mar Menor.

Y ello a pesar de que la magistrada va a solicitar al CGPJ que aplace unos meses -en torno a junio- el momento de incorporarse a su nuevo destino, según confirmaron ayer fuentes del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Región. Miriam Marín alegará razones de conciliación familiar, ya que tiene un hijo en edad escolar y preferiría no tener que partirle el curso por razón de su traslado.

De esta manera, si el órgano de gobierno de los jueces accede a esa petición, la magistrada podrá dar el primer impulso a las diligencias sobre el Mar Menor, pero ello no evitará muy probablemente que, llegado el día de su marcha, la instrucción sufra un brusco frenazo. Ocurrirá cuando tenga que reemplazarla un juez sustituto, o en el mejor de los casos cuando llegue el nuevo titular, que tendrá que dedicar semanas o meses a conocer el estado de la investigación y a decidir cómo continúa impulsando esas diligencias.

No hay que olvidar que un proceso como el del Mar Menor acumula ya, sin haber arrancado formalmente, miles de folios de documentación. Algo que obliga a realizar un gran esfuerzo para documentarse. De hecho, y a pesar de que la denuncia fue presentada hace un mes y medio, no existe constancia de que se hayan incoado aún diligencias previas ni que la juez se haya pronunciado sobre las tomas de declaración a sospechosos, testigos y peritos que, según la Fiscalía, es necesario acometer, en algunos casos con cierta urgencia.

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