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LA SOLUCIÓN CONESA

El AVE se retrasa a finales de 2020. Esta vez no es por causas técnicas o económicas, sino por una decisión política. El tren entrará soterrado y no provisionalmente en superficie, lo que apacigua el conflicto vecinal pero no restaña la división social

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Domingo, 15 de julio 2018, 07:42

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Camarillas suena en boca de toda una generación de murcianos como el Rosebud de Orson Welles en 'Ciudadano Kane'. Pero en lugar de remitir a la imagen de un trineo sobre la nieve, como símbolo de la infancia perdida, Camarillas evoca la imagen de un tren que nunca termina de llegar a su destino, como paradigma de un futuro de progreso que se le resiste a nuestra periférica Región. Camarillas, AVE y soterramiento de las vías se acercan y se alejan en el túnel de lo inalcanzable. Murcia en su eterno laberinto ferroviario. Un fracaso colectivo, con un veterano expresidente copando el medallero, después de tres décadas de espera para la supresión de las vías en Murcia y transcurridas casi dos desde la firma por Valcárcel en 2001 del Pacto del AVE para que llegase, nos dijeron, solo tres años después.

Pero cuando ya no cabía imaginar más vueltas de tuerca, el delegado del Gobierno, Diego Conesa, trajo esta semana novedades relevantes: la puesta en servicio del AVE se retrasará hasta el segundo semestre de 2020 para evitar su entrada provisional en superficie, como estaba previsto hasta el reciente cambio de Gobierno, y para mantener abierto el paso a nivel de Santiago el Mayor el mayor tiempo posible. Otra demora más, aunque no se produce, como en ocasiones anteriores, por razones técnicas o presupuestarias, sino por una decisión política del líder de los socialistas, que ha dado prioridad a la movilidad de los vecinos del sur de la ciudad sobre los efectos económicos inmediatos que produciría la llegada cuanto antes del AVE por vía provisional en superficie. Una decisión política legítima de Diego Conesa, respaldada por el apoyo de Podemos y Ciudadanos en la Asamblea y el Ayuntamiento, que resuelve el conflicto vecinal pero que deja igual de abierta la fractura social. El delegado recibió el efusivo aplauso de la Plataforma Pro Soterramiento junto a sonoras protestas de los empresarios de Croem por no haber sido ni siquiera oídos antes de la toma de decisión y por las mismas razones por las que siempre criticaron, con las Cámaras y los colegios profesionales, los sucesivos retrasos de la alta velocidad. A juzgar por las reacciones de unos y otros, la 'solución Conesa' no es de suma cero. Sigue dejando vencedores y vencidos. Cambian las tornas, pero se perpetúa la brecha que hace de la Región una singularidad nacional: en ningún otro lugar del país se ha visto que la llegada de la alta velocidad provocara tanta crispación social.

Conscientes de las otras consecuencias del enésimo retraso del AVE, el secretario de Estado de Infraestructuras, Pedro Saura, y Diego Conesa han prometido que a partir de la próxima primavera se podrá llegar en tres horas a Madrid. Aún no saben ni cómo ni por dónde (probablemente con trenes híbridos). Lo prudente será, por tanto, dejar en suspenso toda expectativa hasta que el ministro Ábalos concrete esa promesa en su primera visita a Murcia en el mes de septiembre. También queda la promesa de acelerar los trámites y los trabajos del soterramiento, pero la realidad es que se sigue de momento con los mismos plazos. Al cabo de esta semana solo hay pues dos nuevas certezas:que el AVE no entrará en superficie provisionalmente, como exigían los vecinos afectados por las obras, y que su entrada en servicio comercial se retrasa cuanto menos más de un año. Ambas son lo suficientemente importantes como para tener sus consecuencias políticas. Aún no está claro quién gana y quién pierde a medio plazo con esta confrontación a cuenta del AVE. Tras el 'no' de Pedro Sánchez a aprobar en esta legislatura el nuevo modelo de financiación autonómica y las advertencias de Teresa Ribera, la apocalíptica ministra de «los días contados» para el diésel y los trasvases, los populares de López Miras se encuentran con el relato electoral prácticamente en bandeja. El PSOE se lo ha puesto más fácil accionando el freno de emergencia del AVE. El discurso de los socialistas también es previsible. El PP también se lo pone fácil con una gestión regional en materia ferroviaria que causa bochorno de tanto bandazo en dos décadas. Con independencia de lo que señalan las sondeos, espejismos demoscópicos cuando falta un año para las elecciones autonómicas, la pugna política es hoy solo cosa de dos: Fernando López Miras y Diego Conesa. Los demás aspirantes lo tienen más crudo. Podemos, porque el PSOE está relanzado y movilizando al electorado de izquierdas, y Ciudadanos, porque anda grogui desde la moción de censura, sin saber ni siquiera lo que en ocasiones vota en la Asamblea Regional. PSOE y PP, otra vez, frente a frente. Esta semana continuará la gresca.

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