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Kilian Jornet, en el momento en el que hizo cumbre en el Everest.
La leyenda de Kilian Jornet

La leyenda de Kilian Jornet

El atleta catalán añade el Everest a una lista de cimas exprés entre las que incluye Mont Blanc, Cervino, McKinley y Aconcagua

DANIEL PANERO

Martes, 23 de mayo 2017, 01:29

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Alpinista, corredor, esquiador y todo lo que se proponga. Esa es la hoja de servicios de Kilian Jornet. A sus 29 años lo tiene todo. El deportista catalán coronó en la noche de este domingo uno de los retos más importantes que le faltaban en su extenso currículum, el Everest. Lo hizo a lo grande, de una tacada, en tan solo 26 horas, y sin necesidad de echar mano al oxígeno ni cuerdas fijas. Una escalada de leyenda digna de un montañero de cuna.

La historia de Kilian Jornet es la de un deportista con su destino grabado a fuego. Creció en un refugio de montaña de Cerdaña, un territorio de la Cataluña histórica a 2.000 metros de altitud, y con un póster del monte Cervino en la pared de su cuarto. Con tres años ya subió su primer tresmil y con cinco el Aneto, en los Pirineos. Su vida se convirtió en una escalada en la que se estaba fraguando el nacimiento de una bestia.

Tras competiciones como Zegama, Ultra Pirineu, Transvulcania o la mítica Hard Rock y ser campeón del mundo en varias ocasiones en Skyrunning, Ultrarunning y varias disciplinas de esquí, Kilian Jornet se embarcó en 2012 en un proyecto con el que cerrar el círculo. 'Summits of my life' es el nombre que puso el atleta catalán a un reto que le iba a llevar a escalar las cumbres más importantes del planeta. En 2012 y 2013 el Mont Blanc, en 2013 Cervino y en 2014 McKinley y Aconcagua. Las únicas cimas que se le resistieron fueron el Elbrus en 2013 y el Everest en 2016 por climatología adversa, un revés para el que iba a tener revancha.

La gesta del Everest

La cima más alta del planeta no se le iba quedar sin ser escalada. Kilian Jornet no dudó un solo segundo del objetivo que tenía entre manos. Solo así se explica su proeza. Escaló la montaña -8.848 metros- de una sola tacada, por la ruta tradicional y a la vieja usanza, sin ningún tipo de ayuda extra. Su gesta comenzó en el campamento base, cerca del Monasterio de Rombuk -5.100 metros-, a las 22.00 -hora local-. En el campamento base avanzado, a 6.500 metros y algo más de un día después, confirmó su ascenso. «Subir a la cima del Everest sin cuerdas fijas no es algo que se pueda hacer todos los días. Vi una puesta de sol espectacular», aseguró.

Kilian Jornet se ha convertido en todo un icono. En 2014, National Geographic le nombró Aventurero del Año por «demostrar que los límites están hechos para romperlos» y «ejemplificar el sentido de la aventura». Kilian Jornet, que ya ha completado Cross Mont Blanc, Mont Blanc, Cervino, McKinley, Aconcagua y Everest, es además un atleta comprometido. En la página de 'Summits of my life' dispone de una tienda en la que se pueden adquirir películas de sus gestas y el relato de un viaje al corazón de Nepal con el que contribuye a la reconstrucción de 116 casas en el Valle del Langtang, la zona cero del terremoto que arrasó el país en 2015.

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